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¿Por qué Red Bull nunca subió a Carlos Sainz? Cuando en la F1 no todo es el asfalto
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LA FÓRMULA 1 ENTRE BASTIDORES

¿Por qué Red Bull nunca subió a Carlos Sainz? Cuando en la F1 no todo es el asfalto

El éxito de Carlos Sainz en McLaren y Ferrari contrasta con la decisión de Red Bull de no subir al primer equipo al único piloto que había rivalizado con Max Verstappen

Foto: Carlos Sainz y Max Verstappen, juntos en el podio del GP de Rusia. (EFE)
Carlos Sainz y Max Verstappen, juntos en el podio del GP de Rusia. (EFE)

Tan solo restan seis carreras para cerrar la primera temporada de Carlos Sainz con Ferrari. A día de hoy, Leclerc y el español están empatados en la clasificación general, en un año singular para cualquier piloto que haya cambiado de un equipo a otro este curso.

El español firmaba con un equipo que confirmaba por cinco años a Leclerc en una inédita declaración de intenciones sobre el liderazgo del monegasco. Pero en Ferrari no esperaban el rendimiento de Sainz, al menos en 2021. El español llegaba a la Scuderia tras batir dos años seguidos a Lando Norris, uno de los pilotos de moda. Ante el rendimiento de Sainz tras su marcha de Red Bull la pregunta aún tiene validez: ¿por qué no subieron a Sainz al primer equipo tras superar al resto del Junior Team en Toro Rosso y rivalizar con Max Verstappen cuando ambos compartieron monoplaza en 2015?

"Vimos su rendimiento en 2018 contra Nico Hulkenberg y, obviamente, tenía mucho talento, pero no estábamos seguros de que tuviera el nivel de consistencia que buscábamos", contestaba el pasado año Christian Horner al respecto. "Ciertamente, está contento en el entorno de McLaren en el que está ahora, y ha hecho un gran trabajo desde que está allí. Creo que es uno de esos pilotos que rinde cuando todo alrededor está alineado así que, con el beneficio de una mayor experiencia, ha aumentado su ventana de rendimiento". Pero no se trataba solo de rendimiento en pista. El eje inicial de la historia sería la llegada de Max Verstappen a Red Bull. Y el final, la inesperada salida de Daniel Ricciardo del equipo austriaco.

Foto: Vettel, en una imagen reciente. (Reuters)

¿Qué pasó aquí?

Helmut Marko adquirió el compromiso de subir a la Fórmula 1 a Max Verstappen en un año, ganando por la mano a Mercedes gracias a esa última carta. El holandés pasaba directamente a Toro Rosso por encima del resto del Junior Team. Sainz y Verstappen debutaron en 2015 con un férreo duelo que terminó 10-9 a favor del español en los entrenamientos y prácticamente empatados en carrera, aunque con seis abandonos por avería de Sainz por cuatro del holandés. Antes del GP de España de 2016, Verstappen era inesperadamente ascendido a Red Bull con la sorprendente salida de dos técnicos del holandés, entre ellos su ingeniero de pista, Xavi Pujolar. ¿Qué había pasado aquí? La pugna entre Sainz y Verstappen podía desvirtuar el guion previsto para el holandés, Kyvat no rendía con Ricciardo y Marko decidió que Verstappen debutara con el primer equipo en Montmeló. Su victoria en el GP de España parecía validar la decisión del austriaco.

Pero Red Bull no quería deshacerse de Sainz y le mantuvo en Toro Rosso, donde fulminó a Kyvat, lo que tampoco valía para ser ascendido porque el español se encontraba con el techo de Daniel Ricciardo y Verstappen. Sainz no veía salida en el seno de la organización austriaca. Pero nadie imaginaba lo que sucedería en los meses siguientes. Ni siquiera en el seno de Red Bull.

placeholder En Toro Rosso, Sainz encontró su techo en el seno de Red Bull. (Reuters)
En Toro Rosso, Sainz encontró su techo en el seno de Red Bull. (Reuters)

Uno de los peores momentos

En el GP de Austria de 2017, Sainz empezó a mostrar señales de esa impaciencia. "Si no ocurre [correr con Red Bull en 2018], obviamente un cuarto año en Toro Rosso es improbable y no voy a cerrar la puerta a cualquier oportunidad". Aquel fin de semana, Marko, Horner y Tost salieron en tromba a criticar al piloto español. Fue uno de los peores momentos de la trayectoria de Sainz en Red Bull. Toro Rosso tenía un techo, cambiaba de motores cada temporada y no contaba con la asistencia técnica actual de Red Bull. Las intenciones de Sainz chocaban con la voluntad y la idiosincrasia de sus responsables que, por otro lado, también habían financiado su carrera. Hasta que se cruzaron en la vida del español una serie de episodios que cambiaron tan sombrío panorama.

Porque Red Bull y Renault estaban enfrascados en un borrascoso divorcio con Honda esperando en la puerta, primero en Toro Rosso y más tarde en Red Bull. Sainz se convirtió en pieza clave para que el fabricante francés aceptara resolver el contrato. Ante la voluntad manifestada por el español y la coyuntura con Renault, Carlos Sainz fue cedido al equipo francés, pero hasta que en otoño de 2018 se resolviera la opción que Red Bull disfrutaba sobre el futuro del español. Red Bull no imaginaba la situación a afrontar poco más tarde.

placeholder El año en Renault fue complicado para Sainz en lo deportivo y en lo político. (EFE)
El año en Renault fue complicado para Sainz en lo deportivo y en lo político. (EFE)

La bomba de Ricciardo

Durante los primeros compases de 2018, ya en Renault, Sainz tuvo dificultades para exprimir el monoplaza francés, a las que se referían las palabras de Horner. Pero, a partir del verano, su rendimiento cambió completamente y empezó a superar a Hulkenberg. Sin embargo, durante los meses previos entraron en juego factores inesperados. Renault pidió a Red Bull precio por Sainz para mantenerle en 2019, quien no esperaba tener hueco en el primer equipo ante una renovación de Daniel Ricciardo que se daba por hecho. Pero Red Bull no quiso aceptar un acuerdo con Renault. Ante las dudas que suponía depender de la voluntad de Marko y compañía hasta otoño, Renault se enfrió con Sainz y buscó alternativas. Ocon, por ejemplo, incluso con apretón de manos con Toto Wolff como preacuerdo. Mientras, el español tenía que buscarse la vida. McLaren y Sainz se prometieron para la boda, aunque pendiente de la decisión final de Red Bull.

Entonces, explotó la gran bomba. Daniel Ricciardo se fue a las vacaciones de verano de 2018 con un fabuloso contrato en la mesa en el que Dietrich Mateschitz personalmente había aceptado todas sus últimas exigencias. Horner no entendía que Ricciardo cogiera el avión sin firmarlo. Luego comprendió por qué, para su enorme sorpresa. Consciente de que Red Bull se estaba articulando en torno a Verstappen, Ricciardo quería marcharse a pesar de recogerse todas sus peticiones.

placeholder Sainz triunfó en McLaren y mantiene el pulso en Ferrari con Charles Leclerc. (Reuters)
Sainz triunfó en McLaren y mantiene el pulso en Ferrari con Charles Leclerc. (Reuters)

Red Bull se portó

La negativa de Red Bull a liberar a Sainz había obligado a Renault a buscar alternativas y se encontró con un Ricciardo más abierto de lo que nadie imaginaba. La oferta económica debió resultar más que jugosa. De repente, los austriacos se encontraron con un escenario inesperado: el australiano se marchaba y había que ocupar el segundo puesto con Pierre Gasly o Carlos Sainz. Pero el español ya había dejado clara su voluntad, algo que había enfriado sus relaciones con Red Bull. Y contaba un preacuerdo con McLaren. En su honor, cabe reconocer que Red Bull se portó con el piloto español y le dejó el camino libre en su carrera. Se ignora si hubo compensación económica con McLaren para liberarle, lo que hasta sería lógico ante la inversión realizada en su formación, pero no cerró su paso al equipo británico.

Ni Pierre Gasly ni Alex Albon, ambos cosecha de la casa, cuajaron frente a Max Verstappen. El veterano Checo Pérez está sufriendo con el holandés. Indudablemente, Red Bull no se ha equivocado con su actual número uno. Pero nunca sabremos qué hubiera sucedido si Red Bull hubiera conocido antes la decisión de Daniel Ricciardo. Lo cierto es que Carlos Sainz tampoco se ha equivocado. En Ferrari, el desafío acaba de empezar.

Tan solo restan seis carreras para cerrar la primera temporada de Carlos Sainz con Ferrari. A día de hoy, Leclerc y el español están empatados en la clasificación general, en un año singular para cualquier piloto que haya cambiado de un equipo a otro este curso.

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