"Vine para ganar estos partidos". La motivación extra de Sergio Ramos contra el Betis

Al insaciable y competitivo Sergio Ramos le queda una cuenta pendiente por cumplir en su regreso al fútbol español. Se salió con la suya de vestir, 18 años después, la camiseta del Sevilla, pero no disputó el derbi sevillano del mes de noviembre en el Sánchez Pizjuán por unas molestias en el sóleo. Hasta el último momento quiso probar sus sensaciones para participar del encuentro más especial y no pudo.

En su carrera ha disputado finales de todo tipo con el Real Madrid y la Selección, con títulos en juego y momentos de gloria. Triunfó por su carácter y calidad en el escalón más alto como profesional. Con 38 años vuelve a sus raíces y a sentir la adrenalina que le da el derbi sevillano del Benito Villamarín. Son emociones que no se pueden comparar con un derbi madrileño ni un Clásico. Es otro nivel. Lo vive como el partido más grande del mundo con su sentimiento y pasión sevillista.

No se juegan solo tres puntos en la casa del Betis. Hay algo más. Una motivación extra de enorme valor. La satisfacción que da estar meses y meses, hasta el siguiente derbi, restregando al vecino, con guasa y chachondeo, que es un perdedor.

Esto le queda por cumplir a un Sergio Ramos que llega en su mejor momento de la temporada y, como afirma en el canal oficial del club hispalense, fichó por el Sevilla para volver a disfrutar y ganar el enfrentamiento contra el Betis: "Vine a Sevilla para vivir este tipo de partidos. Sería maravilloso ganar en el Villamarín y ojalá, incluso, pueda hacerlo con un gol. Sería histórico a nivel personal y un recuerdo imborrable. Me gusta la presión, los partidos especiales".

Sergio Ramos solo ha disputado tres derbis sevillanos y el balance es de una victoria, un empate y una derrota. No se cuenta, a nivel individual, el empate del 12 de noviembre (1-1) en el Sánchez Pizjuán que no pudo jugar por los problemas en el sóleo.

Regresa al Benito Villamarín con el Sevilla. El escenario en el que jugó su primer derbi sevillano hace veinte años, saliendo al campo, a falta de once minutos por Dani Alves y un resultado de empate a uno. Su segundo derbi lo ganó (2-1) en el Sánchez Pizjuán jugando de lateral derecho. El tercero lo perdió (1-0) en casa del equipo verdiblanco. Su último partido en el Benito Villamarín es con el Real Madrid en el mes de septiembre de 2020 y marcó el gol de la victoria de penalti (2-3).

Un futuro incierto

Su regreso al Sevilla no ha hecho posible que el equipo esté en la parte noble de la Liga, compitiendo por los puestos que dan acceso a Europa. Le queda la 'final' contra el Betis tras ser eliminado de la Champions en la fase de grupos, sin Europa League y caer en la Copa del Rey contra el Atleti.

La temporada ha sido complicada con las tensiones de las luchas por el poder en el accionariado del club, la mala planificación deportiva, con tres entrenadores diferentes (José Luis Mendilibar, Diego Alonso y Quique Sánchez Flores) y un clima de crispación social en la grada, del que Ramos no se ha librado al ser increpado.

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Ulises Sánchez-Flor

El partido contra el Betis llega en un buen momento para Sergio Ramos, en lo físico y lo anímico, y con cierta calma institucional. El central ha ido de menos a más, pudiendo demostrar que con su carisma, liderazgo y compromiso suma en el campo y en el vestuario. Ha podido evitar el naufragio. Su rendimiento (37 partidos y 7 goles) es notable. Uno de los futbolistas más regulares para evitar las posiciones de descenso.

Llega el Betis y después tocará hablar de su futuro. No está nada claro que vaya a continuar en el Sevilla, pese a que Del Nido Carrasco sienta debilidad por él y mantengan una buena sintonía. El Sevilla está inmerso en un plan de recortes, Sergio Ramos ha hecho su trabajo, duerme en paz por haber vuelto a jugar con el equipo de su infancia y le siguen llegando ofertas millonarias de campeonatos exóticos. Le falta la guinda de ganar al Betis.