El homenaje que Sergio Ramos se quiere dar con el Sevilla en un Bernabéu que no disfrutará
Sergio Ramos no se despidió en el césped del Bernabéu como jugador del Real Madrid y regresa al nuevo estadio con emociones y muy motivado para ganar con el Sevilla
El fútbol le da la oportunidad a Sergio Ramos de volver a la que fue su casa durante 16 años y jugar en el nuevo Bernabéu. El modernizado estadio en el que le habría gustado seguir compitiendo con la camiseta madridista y que no fue posible por el desacuerdo con Florentino Pérez. Si hubiera aceptado las condiciones del presidente blanco en los plazos marcados, sin discrepancias, habría seguido el mismo camino que Modric y Kroos. Estaría disfrutando del estadio con techo retráctil como madridista.
El homenaje que quiere el camero es ganar con el Sevilla para darse una satisfacción y quién sabe si su mirada se irá al palco. Hay cariño con la grada, pero también morbo. Jugará para asaltar el Bernabéu, no para divertirse, aunque le pueda entrar nostalgia.
Ramos regresa con el Sevilla sin ánimo de revancha, pero muy motivado, y afirma que si marca un gol no lo va a celebrar porque tiene un recuerdo maravilloso de la afición y un enorme respeto. Es un partido emotivo y con sensaciones enfrentadas.
La imagen que tiene la afición del Real Madrid de Sergio Ramos es la de un futbolista que se entregó en cuerpo y alma, que defendió el escudo con pasión, se convirtió en el héroe de la Décima y llegó a ser capitán. Ramos lo dio todo y dejó huella como ejemplo de voracidad. Nunca se rindió, siempre hasta el final. No lo hizo en el campo ni tampoco en defender lo que creía justo y se había merecido para su renovación. Es por lo que también hay una imagen de un Sergio Ramos que le echó un pulso a Florentino Pérez, lo perdió y se marchó por la puerta de atrás. Sin homenaje de la afición.
Su rendimiento y palmarés son sobresalientes, pero su fuerte personalidad chocó con la de Florentino y provocó que quedara la imagen de un jugador que creyó estar por encima del club. Esto es lo que se le echa en cara. Sergio Ramos ni ningún otro jugador, por muy bueno que sea, puede estar por encima de la institución.
Lo que le sucedió al camero es algo similar a lo de Cristiano Ronaldo. Florentino asumió que perder a un goleador del nivel del portugués era un riesgo, pero cortó con sus exigencias. A Cristiano Ronaldo y a Sergio Ramos les devoró su excesivo liderazgo. Con el primero no tenía un sustituto preparado y con el segundo se aseguró el fichaje de David Alaba.
Sevilla sí quiere celebración
Su último partido con la camiseta madridista en el Bernabéu fue el 1 de marzo de 2020, en el Clásico que ganó (2-0) con goles de Vinícius y Mariano. Luego llegó la pandemia. Con el Paris Saint-Germain estaba lesionado y se quedó en la grada. Van a ser muchas sensaciones para una leyenda, que en el final de su carrera, quiere cerrar heridas. La de volver a jugar con la camiseta del Sevilla y sentir el cariño del público del Bernabéu.
Hay aficionados del Sevilla que no ven bien la decisión de Ramos de no celebrar un gol en el Bernabéu, cuando sí lo hizo en el Sánchez Pizjuán con el Real Madrid y gestos desafiantes. Eran otros tiempos y diferentes circunstancias. Con el central dolido por las mentiras de Del Nido padre y cómo el expresidente contó su fichaje por el Real Madrid. Era un Ramos que ajustaba cuentas y el que llega al Bernabéu es otro más sereno. Pero quiere ganar, marcar y, de alguna manera, reivindicarse.
Su rendimiento en el Sevilla ha ido de menos a más sin ser excelente. Ha conseguido jugar en el equipo hispalense, llegó pidiendo perdón, pero no se le señala como un futbolista determinante, en culpa por una temporada decepcionante en la que el equipo compite por evitar los puestos de descenso, la eliminación de Europa y la crispación institucional.
Los mejores años se los dio al equipo madridista, ganando títulos, exhibiciones que le llevaron a ser el mejor central del mundo, hacer historia y jugar 671 partidos. El Real Madrid le va a hacer un homenaje discreto y el Sevilla le exige la victoria.
El fútbol le da la oportunidad a Sergio Ramos de volver a la que fue su casa durante 16 años y jugar en el nuevo Bernabéu. El modernizado estadio en el que le habría gustado seguir compitiendo con la camiseta madridista y que no fue posible por el desacuerdo con Florentino Pérez. Si hubiera aceptado las condiciones del presidente blanco en los plazos marcados, sin discrepancias, habría seguido el mismo camino que Modric y Kroos. Estaría disfrutando del estadio con techo retráctil como madridista.
- La 'puñalada' que le da Neymar a Mbappé al acusarle de egocéntrico y mal compañero Ulises Sánchez-Flor
- La silla eléctrica de Xavi en el Barcelona: por qué no tiene fácil encontrar un nuevo equipo Ulises Sánchez-Flor
- El señorío de Diego López: "En el Real Madrid cuidé y respeté mucho los valores del club" Ulises Sánchez-Flor