La increíble deriva de David Alaba en el Real Madrid: de líder de la defensa al caos

Al Real Madrid le surge un problema inesperado con David Alaba. El central austríaco parece un bulto sospechoso en la defensa cuando es el futbolista del que se espera que tenga el liderazgo en la retaguardia. Con ese rol vino al equipo y cumplió en su primera temporada con un rendimiento excelente. Pero este Alaba está torpe, fallón y dubitativo. Ha entrado en una mala dinámica un central que tiene la exigencia de ser fiable por su solidez y jerarquía. Está más cuestionado fuera del club que dentro.

En Berlín fue protagonista por un mal despeje que costó el primer gol, blando en los centros laterales y pasivo para salir a tapar los disparos desde la frontal del área. Otro día gris que se suma a una prolongada mala racha del austríaco. El central bonito que fichó el club para sustituir a Sergio Ramos lleva bastante tiempo negado.

La temporada pasada empezó a bajar sus prestaciones, afectado por las lesiones y la irregularidad, y en esta sigue por el mismo camino. Más lesiones y errores de colocación, concentración y contundencia. En Berlín descansó Rüdiger y formó pareja con Nacho. Ninguno de los dos hicieron compacta la defensa, pero el austríaco está en el foco por el error grosero en un mal despeje y la sensación que deja de inseguridad y lentitud. Llega tarde a los duelos y le falta velocidad de reacción.

Alaba sufre en los centros laterales, en los despejes y tiene despistes que se repiten. No estuvo acertado en los dos goles que recibió el equipo en el derbi, con centros desde la banda que cabecearon Morata y Griezmann. Sufrió en el Clásico de Montjuic, en el Sánchez Pizjuán, donde metió el gol en propia portería en otro mal despeje. Alaba está en el once del equipo que recibió dos goles del Nápoles en el Bernabéu, el empate contra el Sevilla y el Betis y los dos goles en Berlín. Ha dejado de ser un seguro.

La pareja Rüdiger-Nacho funciona mejor y son los que dieron un buen nivel en la victoria del Real Madrid contra el Girona en Montilivi y contra el Nápoles en Italia. Estos partidos se los perdió el austríaco por una lesión en el sóleo que sufrió en la primera parte del partido contra Las Palmas en el Bernabéu. Estas molestias que arrastra son las que pasan factura a un defensa que ha perdido velocidad, regularidad y crédito.

Ancelotti, al rescate

El que no pierde la fe en David Alaba es Ancelotti, que compara su caso con el que ha tenido que gestionar con Rodrygo. El entrenador quiere reforzar la confianza del austríaco, como hizo con el brasileño en una mala racha que no estaba acertado con el gol. Ancelotti consiguió que Rodrygo reaccionara dándole más minutos, dejándole en el campo y quitándole presión. Lo mismo quiere para Alaba, del que valora su experiencia y no le da demasiada importancia a sus errores. El problema es si Nacho tiene que jugar con Rüdiger. Está en mejor momento de forma y transmite la seguridad que no se ve en Alaba.

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Al Real Madrid no le va mal en la Liga gracias a los 10 goles que solo ha encajado en 16 jornadas, pero de este buen registro no se le puede hacer partícipe a Alaba. Es consecuencia del alto rendimiento que está dando Rüdiger y lo que ha aportado Carvajal hasta caer lesionado. Incluso hay que apuntárselo a Lunin, que ha respondido con solvencia supliendo a Kepa. De Alaba esperan en el club que sus altibajos sean pasajeros y vuelva a ser un muro en la defensa.

Lo que se ve es un central caótico, irreconocible por las cualidades que le hicieron triunfar en el Bayern de Múnich y que le llevaron a fichar por el Real Madrid. Llegó y tuvo una adaptación igual de rápida y con un rendimiento de juego inmediato como lo que se ve en Bellingham. El Bernabéu vibró con Alaba y él con los aficionados, dejando la famosa imagen de levantar la silla en la remontada contra el Paris Saint-Germain. Es un futbolista con clase y mucha personalidad, pero pasa por un bloqueo en su juego.

El club decidió no fichar a otro central tras la grave lesión de Militao con la certeza de que había garantías con Alaba, Rüdiger y Nacho. De los tres, el rendimiento del austríaco genera decepción, el alemán mucha satisfacción y el capitán sigue siendo un valor seguro le pongas donde le pongas. Algo que no cumple Alaba porque solo quiere jugar de central y no está cómodo si le toca hacerlo de lateral izquierdo.