Brahim Díaz no falla: hace el gol que saca al Real Madrid del atasco con Las Palmas (2-0)

El Real Madrid se recupera del golpe del derbi con una victoria sin brillo, pero muy necesaria, contra Las Palmas. En otro momento de la temporada se podría imaginar que era un partido para la diversión y la goleada. Pero el equipo de Ancelotti no va sobrado de gol ni de creatividad. Le cuesta un mundo hacer un gol. Necesita muchas ocasiones para ser efectivo. Brahim Díaz no falló en su primera aparición en el once. Era un día para aprovechar la oportunidad.

Ancelotti pasó de apostar por Kroos y Modric de titulares a dejarlos en el banquillo. El alemán jugó los últimos veinte minutos. El croata, nada. Le dio un respiro a Bellingham y eligió meter músculo en el centro del campo con Tchouaméni, Camavinga y Fede Valverde. El Bernabéu asistió a una primera parte aburrida, espesa, de juego lento y con poca claridad en el remate. Hasta que Brahim Díaz, muy enchufado y participativo, resolvió las angustias. Brahim se reivindica. Ancelotti le ha dado pocos minutos, salía en el tramo final de los partidos y empezaba a ver runrún por la gestión de un jugador que es desequilibrante, eléctrico y genera peligro. En el Milan destacó por su talento y una fuerte personalidad. Ancelotti, que mira mucho la energía, ya sabe que tiene un jugador con hambre y de calidad.

Brahim Díaz atinó con el gol en la última jugada de la primera parte. Desequilibró el encuentro. Aprovechó el pase desde la banda derecha de Lucas Vázquez para enviar la pelota a la escuadra. El malagueño estalló de felicidad. Gol en su primer partido de titular. Respiró Ancelotti, que como todo el Bernabéu, asistió a una primera parte pésima en el remate a portería. Ni Joselu ni Rodrygo eran capaces de definir. Todos los disparos iban al portero de Las Palmas. No buscaban las esquinas, eran de mala calidad. Lo arregló el tanto de Brahim, solo en el punto de penalti. Le dio tiempo para controlar el balón, colocárselo y fusilar a una zona imposible para Álvaro Vallés. El portero de Las Palmas había evitado varias ocasiones de gol. No pudo hacer nada en la de Brahim.

El Real Madrid mostró hasta el gol de Brahim lo que le cuesta hacer un gol. Ancelotti dejó en el banquillo a Bellingham, junto a Vinícius. Formó un ataque con Brahim Díaz por detrás de Rodrygo y Joselu. Los tres tuvieron ocasiones en la primera parte para haber puesto en ventaja al equipo. Las Palmas salió valiente, con la línea defensiva en el centro del campo, dejando espacios. El Madrid tenía campo para correr, para sorprender con un balón largo y desmarques a la espalda. Joselu cayó de manera reiterada en el fuera de juego. Sus movimientos no eran precisos. Le costó coger esos balones a la espalda y en el área estuvo desafortunado en el remate.

Lesión de Alaba

Lo mismo se puede decir de Rodrygo. Está atascado. Lo jugó todo. Tuvo un par de ocasiones para marcar y sus disparos se fueron al centro. Los detuvo Álvaro Vallés. El Real Madrid se fue adueñando de la pelota, hizo retroceder a Las Palmas hasta meterlo en su área, con más empuje que buena circulación del balón. Esta es otra cuestión. El juego no es brillante. Se acumularon remates de Nacho, al portero, disparos desde lejos que se fueron alto. Centros al área sin remates. Hasta que Brahim hizo un movimiento inteligente atrás en la internada de Lucas Vázquez y leyó lo que necesitaba el equipo. Acertó a marcar un gol que se resistía.

Lucas Vázquez había salido en el tramo final de la primera parte por David Alaba. El austríaco se sentó en el sueldo. Notó un pinchazo y se retiró. Carvajal estaba en el banquillo, pero acaba de salir de otra lesión muscular y Ancelotti no quiso forzar. Alaba ha entrado en una mala racha. La defensa no tuvo trabajo en el primer periodo, estuvo más enchufada, principalmente Rüdiger, agresivo e intenso en su duelo con el gigante Sory Kaba.

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El interés estaba puesto en ver si Vinícius podía tener minutos. El equipo ha echado de menos al brasileño en el mes que ha estado fuera por la lesión. Salió a calentar en el inicio de la segunda parte y el Bernabéu reaccionó con felicidad y alivio. Al Madrid le faltaba chispa, profundidad y remate. No entró bien tras el descanso. Ancelotti vio lo espeso del juego. Antes de los cambios, llegó el gol de Joselu. Hizo lo que mejor sabe, para lo que se le fichó. Remató de cabeza un centro de Rodrygo con la zurda. Joselu cruzó el balón, esta vez sí, y sorprendió a Vallés. Le pegó con contundencia. El gol lo celebró dando puñetazos al césped.

Ancelotti, dos minutos después, quitó a Brahim y a Joselu y metió a Ceballos y Vinícius. El brasileño fue recibido con una sonora ovación. Le puso ganas, pero le pesó la inactividad. Tiene que coger ritmo. Bellingham no jugó ni un minuto. El Real Madrid tiene una salida complicada el sábado. Visita al Girona, el equipo revelación y más en forma de la Liga.