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David Alaba, el central con el que el Real Madrid despidió a Sergio Ramos, entra en crisis
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el austríaco pierde seguridad

David Alaba, el central con el que el Real Madrid despidió a Sergio Ramos, entra en crisis

Alaba tiene una alta responsabilidad en los malos inicios de los partidos del Real Madrid y la fragilidad defensiva de un bloque que atrás tiene problemas para ser contundente

Foto: Alaba protesta en un partido del Madrid. (Reuters/Violeta Santos Moura)
Alaba protesta en un partido del Madrid. (Reuters/Violeta Santos Moura)

David Alaba pide disculpas por no estar a la altura de lo que se espera de él en el Real Madrid. En el derbi hizo la estatua en los goles, mostró la peor imagen que puede tener un central. Desorientado en los centros laterales, se comió el balón, fue superado, quedó pequeño en los duelos con Morata. El austríaco está en el punto de mira, como uno de los responsables de los problemas defensivos del Real Madrid, no solo por ser vulnerable contra el Atlético de Madrid. La temporada pasada no fue el mejor defensa del equipo, le faltó contundencia, jerarquía y regularidad.

De Alaba se espera que con las bajas en defensa dé un paso adelante, sea seguro y fiable. No lo consigue. Se habla de las deficiencias del central con el que el Real Madrid despidió a Sergio Ramos. En su primera temporada cumplió las expectativas y se ganó la admiración de la afición, principalmente de los que reprocharon a Ramos que le echara un pulso a Florentino con la renovación. Al sevillano no le fue bien en el Paris Saint-Germain, mermado por las lesiones, y el austríaco ganó la Liga y la Champions.

placeholder Alaba, resignado, ante Morata en el derbi del Metropolitano. (REUTERS Isabel Infantes)
Alaba, resignado, ante Morata en el derbi del Metropolitano. (REUTERS Isabel Infantes)

A David Alaba no se le vieron las carencias en su primera temporada con Courtois, Militao, Carvajal y Mendy en un eje defensivo que dio un excelente rendimiento. Los elogios se los llevaba más el austríaco que Militao. Era visto como un líder, el jefe de la defensa, un gran fichaje por el coste cero y su polivalencia. Un defensa con clase, elegante, con un potente y efectivo disparo desde fuera del área. Enseguida hizo olvidar a Sergio Ramos

Una tendencia de más a menos

Alaba, al igual que sucede ahora con Bellingham, cayó de pie en el Real Madrid por la fácil y rápida adaptación que tuvo. Rindió de inmediato y se metió a la afición en el bolsillo con un golazo en su primer Clásico en el Camp Nou. Lo hacía jugando por detrás de Casemiro, aspecto que hay que tener muy en cuenta porque el puesto de pivote no ha mejorado desde que salió el brasileño al Manchester United y se fichó a Tchouaméni. Casemiro cerraba muchos espacios por el centro de la defensa, ganaba duelos, corregía posiciones y tapaba defectos.

Foto: Ancelotti, con la mirada perdida en el banquillo. (EFE/Kiko Huesca)

El austríaco ha ido a menos desde que salió Casemiro y la temporada pasada se cayó Tchouaméni. Ha sufrido lesiones y ha perdido regularidad. En el derbi del Metropolitano reprochó a Camavinga que no tapara a Morata en el segundo gol. En el primero se comió el balón aéreo de Samuel Lino, Morata le ganó la espalda y remató a placer. Sale en las tres fotos del desastre defensivo en los goles del Atleti, como un defensa vulnerable por arriba y desubicado. Tiene una alta responsabilidad en la relajación defensiva, la pasividad y la falta de vigilancias en los goles tempraneros encajados contra el Getafe, Real Sociedad y Atleti. Alaba es de los que entra tarde y despistado a los partidos.

Es fijo para Ancelotti, pero habría que preguntarse si no merece pasar por el banquillo y dejar paso a Nacho. El capitán no tiene los galones del austríaco, le cuesta jugar más y es una de las razones por las que la temporada pasada hubo un momento en el que tenía decidido que lo mejor era marcharse. Nacho, al que Ancelotti simpáticamente llama "el defensa pesimista" porque nunca juega relajado y no se le conocen fallos groseros, es el futbolista que la temporada pasada, contra el Liverpool en Anfield, secó a Salah. El egipcio le estaba haciendo un roto al austríaco, le superaba con facilidad. Era un coladero y su lesión provocó que saliera Nacho. El Madrid fue otro equipo en defensa, más sólido y contundente.

Foto: Arda Güller en un entrenamiento. EFE Daniel González

Las carencias de Alaba como central son las de un futbolista que no domina el juego aéreo, que pierde el sitio y la marca. No es correoso. Le cuesta fajarse en el cuerpo a cuerpo, virtud de Ramos. Es consecuencia de un futbolista que es mejor con el balón en los pies, para darle salida desde atrás. En sus once años en el Bayern de Múnich no era un central indiscutible. Le utilizaban como lateral izquierdo y mediocentro por tener criterio con el balón en los pies. Ancelotti valora de él su experiencia. Ahora le pide que suba la guardia, la concentración y la contundencia. Lo que no se puede decir es que el austríaco es un seguro o un muro, ni siquiera un zaguero que da bocados o intimida. Esto va más con Rüdiger, que demostró sus cualidades excepcionales de marcador en el duelo contra Haaland en el Bernabéu la temporada pasada. Alaba no es un pitbull defensivo.

Para Ancelotti es fundamental que el equipo sea sólido, esté enchufado en defensa, no conceda y esté bien armado desde atrás. Con el flojo rendimiento de Alaba en el derbi se han encendido las alarmas de un jugador que no es el mejor central del equipo. Hace falta un cambio urgente para mejorar la defensa y en este escenario de pesimismo defensivo el que siempre cumple es Nacho.

David Alaba pide disculpas por no estar a la altura de lo que se espera de él en el Real Madrid. En el derbi hizo la estatua en los goles, mostró la peor imagen que puede tener un central. Desorientado en los centros laterales, se comió el balón, fue superado, quedó pequeño en los duelos con Morata. El austríaco está en el punto de mira, como uno de los responsables de los problemas defensivos del Real Madrid, no solo por ser vulnerable contra el Atlético de Madrid. La temporada pasada no fue el mejor defensa del equipo, le faltó contundencia, jerarquía y regularidad.

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