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La suerte, el "te lo dije" de Bellingham y un Real Madrid que es favorito cuando suda sangre
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La suerte, el "te lo dije" de Bellingham y un Real Madrid que es favorito cuando suda sangre

Los jugadores del Real Madrid, los veteranos y los jóvenes, que aprenden rápido, tienen claro que si sudan sangre son favoritos para ganar cualquier título. La suerte juega de su parte

Foto: Bellingham celebra con efusividad el gol al Unión Berlín. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Bellingham celebra con efusividad el gol al Unión Berlín. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Todo va tan deprisa con Jude Bellingham, que el inglés se apunta a la excitación y la adrenalina de marcar un gol salvador en el minuto 94 en su primer partido con el Real Madrid en la Champions. Celebró algo más que un tanto que evitaba el traspié. Lo que hizo Bellingham es vivir en sus carnes lo que ha visto por la televisión, cómo se consigue una remontada en el clima mágico del Bernabéu. Desde que llegó al club mostró interés por saber el significado de no rendirse y luchar hasta el último balón del último segundo lo lleva a rajatabla. Los veteranos le han contado gestas, goles épicos, qué es el ADN del Real Madrid. Lo deseaba, lo buscó y lo consiguió. No se le puede llamar suerte.

En la euforia de Bellingham, en su celebración en el centro del campo con los compañeros, se dirigió a Rüdiger para decirle: "Te lo dije". El inglés levitaba. Había conseguido el gol de los elegidos en la competición europea y que ya protagonizó el central alemán en octubre del año pasado. No fue en el Bernabéu, pero el gol del alemán está muy presente en el vestuario. Rüdiger fue con todo para rematar un balón de cabeza, colgado por Kroos en el minuto 95, con el que logró el empate contra el Shakhtar y la clasificación para los octavos de final. El portero impactó con los puños en la ceja derecha del central. Le produjo una brecha que tuvo que ser suturada con 20 puntos. "Lo que no te mata, te hace más fuerte", dijo Rüdiger con el ojo hinchado y la cabeza vendada.

Foto: Luis Enrique y Mbappé, en el partido del PSG contra el Dortmund. (EFE/EPA/Christophe Petit Tesson)

Los jugadores del Real Madrid, los veteranos y los jóvenes, que aprenden rápido, tienen claro que si sudan sangre son favoritos para ganar cualquier título. También la Champions, a pesar de que Ancelotti dé al Manchester City como el principal candidato. La suerte es su aliada y está de su parte. Se pueden entender las precauciones que toma el entrenador, pero cuando le preguntaron a Tchouaméni si estaba de acuerdo, su reacción fue de sorpresa y rechazo. Los jugadores no hablan de la suerte y sí de que compran más papeletas para que les toque el premio. Estaban convencidos de que el gol al Unión Berlín acabaría llegando. Si no estás convencido de algo y lo trabajas, es imposible conseguirlo.

Enchufados y hambre

La suerte de Bellingham, para los que lo ven de esta manera, es llegar desde segunda línea y estar más listo que otros. Es la explicación de Ancelotti, el que mejor conoce qué cualidades tiene el inglés, cómo entrena y su actitud. El gol que marca al Unión Berlín es el mismo que contra el Getafe. Una demostración de estar enchufadísimo, seguir la jugada, intuir donde va a caer el balón y atacarlo. Es hambre. Pero no pasa nada por decir que es suerte con una base de perseverancia, trabajo y talento.

placeholder Los jugadores del Real Madrid celebran el gol al Unión Berlín. (EFE/Kiko Huesca)
Los jugadores del Real Madrid celebran el gol al Unión Berlín. (EFE/Kiko Huesca)

El Real Madrid es un equipo que rebaña los partidos hasta el final y en su filosofía de juego es innegociable el carácter, la garra, el espíritu de pelea cuando no es posible alcanzar la brillantez. Es una virtud que pasa de generación en generación. Gana en el descuento, remonta y es épico por su instinto de supervivencia y también por la cantidad de ocasiones que genera. Es la energía, la intensidad y el compromiso a la que se refiere Ancelotti y por lo que han ganado los seis primeros partidos de la temporada. Un pleno que en Europa solo lo comparte con el Manchester City.

La suerte hay que buscarla y el Real Madrid es el campeón de la fe. Es el equipo que más confía en sí mismo y en su eficacia en las remontadas. Esto va de contundencia en las áreas, pero no hay que obviar que es peligroso ganar por la mínima y acostumbrarse a las remontadas. No es la mejor dinámica. Es normal preguntarse qué va a suceder cuando tenga un rival potente enfrente. De lo que no hay dudas es que al Real Madrid le da para competir si no pierde la garra, la fe y la suerte. Ha ganado todos los partidos del inicio de temporada con bajas considerables y sin un 9 titular, de primer nivel, un crack. La suerte es que un fichaje tan joven como Bellingham dé este rendimiento tan inmediato.

Foto: Xabi Alonso, contra el Bayern de Múnich. (Reuters/Angelika Warmuth)

Todavía faltan los goles de Rodrygo, el acierto de un delantero que está reñido con el gol y al que el club le ha dado galones. También falta por testar más a Brahim Díaz, al que Ancelotti le da pocos minutos. El juego no convence. La primera parte contra el Unión Berlín fue pésima, aburrida y espesa. Pero al Real Madrid no le hace falta jugar bien para ser un candidato serio para ganar la Champions. Le da para competir y meterse en la fase de grupos y cuando lleguen las eliminatorias ningún rival querrá enfrentarse al factor suerte y la fe del Real Madrid. ¿Será capaz de ganar una Champions sin Benzema? Parecía un reto muy complicado cuando se fue Cristiano Ronaldo y lo logró.

La máxima competición de clubes en Europa da muchas vueltas. La primera jornada de la Champions muestra la exigencia y cómo un despiste, no pelear hasta que pita el árbitro el final, te puede penalizar. La Real Sociedad fue muy superior al Inter, subcampeón, y acabó empatando con un gol de Lautaro Martínez, en una jugada de delantero oportuno. Al estilo de lo que pasó en el Bernabéu con Bellingham.

Todo va tan deprisa con Jude Bellingham, que el inglés se apunta a la excitación y la adrenalina de marcar un gol salvador en el minuto 94 en su primer partido con el Real Madrid en la Champions. Celebró algo más que un tanto que evitaba el traspié. Lo que hizo Bellingham es vivir en sus carnes lo que ha visto por la televisión, cómo se consigue una remontada en el clima mágico del Bernabéu. Desde que llegó al club mostró interés por saber el significado de no rendirse y luchar hasta el último balón del último segundo lo lleva a rajatabla. Los veteranos le han contado gestas, goles épicos, qué es el ADN del Real Madrid. Lo deseaba, lo buscó y lo consiguió. No se le puede llamar suerte.

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