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Rüdiger se juega la cabeza y el Real Madrid se mete en octavos con otro gol épico (1-1)
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el shakhtar roza la gesta

Rüdiger se juega la cabeza y el Real Madrid se mete en octavos con otro gol épico (1-1)

El Real Madrid empata con un gol de Rüdiger en el minuto 95, en un día en el que no funcionaron las rotaciones y Hazard, ineficaz y perdido, desaprovechó la titularidad

Foto: Rüdiger sale del campo sangrando por la frente. (Reuters/Kacper Pempel)
Rüdiger sale del campo sangrando por la frente. (Reuters/Kacper Pempel)

El Real Madrid se salva de la derrota en Varsovia con un gol de Rüdiger en el minuto 95. Un cabezazo del central alemán, que fue con todo, acabó en gol y un fuerte encontronazo con el portero. Rüdiger aprovechó el buen centro de Kroos. El defensa alemán quedó tendido en el suelo, sangrando, con una brecha. Es la épica a la que se apunta uno de los fichajes del Real Madrid. La sacó contra el Shakhtar en un día que era importante no perder para llegar invicto, con confianza, al Clásico del domingo. El equipo ucraniano, debilitado, pero con orgullo y competitivo, estuvo a punto de hacer la gesta. El empate le vale al Madrid para clasificarse para los octavos de la Champions. A Rüdiger, con un fuerte golpe en la frente, junto al ojo izquierdo, le cosieron con 20 puntos de sutura.

El resultado es lo mejor. No funcionaron las rotaciones de Ancelotti en el partido antes del Clásico en el Bernabéu. Deja la sensación de que hay jugadores que no pueden descansar, como son los casos de Vinícius y Modric, y uno, Benzema, que tiene que recuperar el ritmo de antes de la lesión. El empate deja un señalado: Hazard no aprovechó la titularidad. Es un jugador que está perdido en el campo. Fue un mal partido del Real Madrid, espeso en la creación e impreciso en el remate. Vinícius tuvo el empate en una ocasión clara en los últimos minutos. Remató de cabeza alto un balón claro de gol. Rüdiger, en otro cabezazo, la tuvo para marcar antes del gol del empate en el que quedó ensangrentado. El alemán tuvo fe y se la jugó en el último remate. Tuvo premio.

placeholder Benzema no llega al balón.
Benzema no llega al balón.

Con Hazard te surge un sentimiento de compasión. Ancelotti le dio la oportunidad de entrar en el once, en una posición propicia para él, de mediapunta, y ante un rival menor. Al belga no le sale nada. Lo intentó, le puso ganas, estuvo activo y voluntarioso. Pero el resultado es nulo. La inactividad es uno de los motivos que pueden estar impidiendo ver algo de todo lo bueno que tiene. En Glasgow, cuando salió por el lesionado Benzema, parecía que había brotes verdes. Luego fue titular contra el Mallorca en el Bernabéu y no acabó el partido. Ahí se quedó todo. Ancelotti no volvió a confiar en él hasta el partido disputado en Varsovia.

Eran cinco encuentros seguidos en los que no había jugado ni un solo minuto y el Shakhtar se presentaba como un nuevo impulso para el belga. Es esa sensación que deja de impotencia en su juego la que da lástima. No se le puede haber olvidado jugar al fútbol, lo que es un buen pase, un regate, un cambio de ritmo y un disparo. Pero no hay nada destacable de lo que fue el mejor Hazard. Tiene actitud, movilidad, pero no produce peligro. Dio un mal pase a Rodrygo en el que se le vio la falta de precisión. Se estorbó con Benzema en otra jugada en la frontal del área. Tiró desmarques, pero nada de nada. Es un Hazard que necesita partidos para encontrar la chispa de su juego. Pero también conviene que dé razones, con un rendimiento efectivo, para ganarse más minutos, porque en el equipo hay mucha competencia arriba.

Rotaciones fallidas

Lo mejor de la primera parte fueron tres disparos. Uno de Benzema, que volvía tras descansar contra el Getafe, y se fabricó la jugada con un maravilloso control de la pelota y un zurdazo. Trubin, el portero ucraniano que evitó una goleada en el Bernabéu, despejó la pelota. Lo mismo hizo en otro peligroso de Rodrygo y un zambombazo lejano de Fede Valverde. Esto es todo lo que generó en ataque el Madrid en el primer periodo. Hazard no aportó nada. De lo más destacable están las acciones en el corte de balón de Nacho y Rüdiger. Los centrales resolvieron con solvencia las llegadas del equipo ucraniano. El partido, en esta primera mitad, resultó cómodo para un Madrid espeso en el centro del campo e inofensivo arriba. Un equipo que empezó con varios suplentes. Ancelotti miró el Clásico y decidió que Carvajal, Alaba, Militao, Modric y Vinícius se quedaran en el banquillo.

Foto: Mbappé, con gesto serio en un partido del PSG. (Reuters/Christian Hartmann)

El Real Madrid entró frío a la segunda parte y lo pagó con el gol, a los 35 segundos, de Subkov. Un centro desde la banda derecha, defendido con la mirada por Lucas Vázquez, al segundo poste, lo remató de cabeza el jugador ucraniano. En la marca estaba Mendy, que reaccionó tarde y mal. Lunin no llegó en la estirada. Le faltó atención y contundencia al equipo blanco en un nuevo síntoma de relajación defensiva que viene advirtiendo Ancelotti.

El entrenador italiano se enfadó. Tras el gol encajado ordenó un doble cambio. Salieron Vinícius por Hazard (se metió al banquillo cabizbajo) y Modric por Tchouaméni. El mensaje de Ancelotti es claro. Era un día para que Hazard aportara cosas y no lo hizo. Le va a costar al belga volver a tener minutos y mucho más ser titular. Es otra oportunidad perdida. El Real Madrid tenía que recuperar el juego, el ritmo, la profundidad y el peligro con Vinícius y Modric. Enfrente había un Shakhtar serio, con ganas de dar una alegría, muy necesaria para un equipo golpeado en lo futbolístico y lo anímico por la guerra.

Se lo creyó y perdonó el segundo gol en una acción vertical de Traoré. Se plantó ante Lunin, el portero tocó la pelota en el recorte y el delantero pudo golpearla con la zurda. El disparo acabó con el balón golpeando en el larguero. El Real Madrid no salía del juego plano. El Shakhtar seguía creciendo. Amenazó con un potente disparo de Subkov que desvió Lunin a córner. Ancelotti lo vio mal e hizo un triple cambio: Alaba por Mendy, Camavinga por Fede Valverde y Marco Asensio por Rodrygo. Agotó los cinco cambios.

Los recursos de un Real Madrid gris eran el disparo lejano y los centros al área. Lo intentó Kroos con un lanzamiento desde la frontal del área que salió cerca del poste. Una acción aislada. El Madrid no se encontraba, no tenía el control del partido, no logró someter al equipo ucraniano, que amenazaba con las transiciones de Mijailo Mudryk. Buen jugador. Se dio una paliza. Hizo daño por la banda de Lucas Vázquez. Los minutos finales no mejoró el Real Madrid, enredado en las acciones, sin claridad, con poca inspiración y falto de contundencia. Lo fio a los centros y el balón que puso Kroos al área lo remató, con valentía y a la épica, Rüdiger. Funcionó la conexión alemana. A la épica.

El Real Madrid se salva de la derrota en Varsovia con un gol de Rüdiger en el minuto 95. Un cabezazo del central alemán, que fue con todo, acabó en gol y un fuerte encontronazo con el portero. Rüdiger aprovechó el buen centro de Kroos. El defensa alemán quedó tendido en el suelo, sangrando, con una brecha. Es la épica a la que se apunta uno de los fichajes del Real Madrid. La sacó contra el Shakhtar en un día que era importante no perder para llegar invicto, con confianza, al Clásico del domingo. El equipo ucraniano, debilitado, pero con orgullo y competitivo, estuvo a punto de hacer la gesta. El empate le vale al Madrid para clasificarse para los octavos de la Champions. A Rüdiger, con un fuerte golpe en la frente, junto al ojo izquierdo, le cosieron con 20 puntos de sutura.

Eden Hazard Karim Benzema
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