El triunfo de Fede Valverde en el Real Madrid no es solo por lo que hace en el césped

Humilde, trabajador y buen compañero. Hay unanimidad en el Real Madrid para definir a Federico Valverde, la nueva estrella que tira del equipo, con carácter y goles, en un momento delicado de la temporada por la baja por lesión de Benzema. Al uruguayo no se le sube el éxito a la cabeza. No suele leer la prensa, menos si son elogios, porque le sonrojan. Suele comentar que está más cómodo en un segundo plano, a la sombra, que es como mejor le ha ido para sacar lo mejor que lleva dentro. Tiene los pies en la tierra y es de los que adopta una postura de perfil bajo.

No tiene los tics de una estrella. Es, lo que llaman dentro del club, un ejemplo a seguir de compañerismo y valores. Fede Valverde es el único futbolista, junto con Álvaro Odriozola, que acudió al acto de despedida de Casemiro del Real Madrid. Odriozola es de la misma agencia de representación que el brasileño. Fue en un día libre de agosto que disfrutó la plantilla. Valverde estaba impactado de la marcha del brasileño al Manchester United y quiso estar presente en el adiós de un compañero que tantos éxitos le dio al equipo. Valverde se sentó detrás de Casemiro, le hizo compañía, tuvo el detalle de estar al lado de una leyenda. La gran mayoría de compañeros enviaron mensajes en las redes sociales y se despidieron por teléfono. El uruguayo entendió que no era un día más, que era necesario arropar a un amigo y un referente.

Casemiro se quiso ir bien del Real Madrid. Aceptando que podía ser conveniente un cambio y que era mejor cerrar su etapa tras un ciclo ganador. Pero todavía podía tener recorrido en el centro del campo de época que formó con Kroos y Modric, el que Ancelotti calificó como el 'Triángulo de las Bermudas'. Casemiro no hizo ruido. La decisión sorprendió en la plantilla, por entender que todavía le quedaba mucho que dar al equipo y Tchouaméni tenía que adaptarse a la exigencia y unos nuevos compañeros. El uruguayo, su amigo, quedó algo tocado.

El mensaje de Casemiro

En su despedida, el brasileño dejó un mensaje que hay que leer entre líneas: "El Madrid siempre ficha a los mejores jugadores. Fede Valverde es un jugador para 10 o 12 años y puede jugar de '5'". Reivindicó la calidad futbolística y humana de Fede Valverde, con el que se identifica, y le que les ha costado ser titulares en el primer equipo. Casemiro llegó al Madrid, pasó por el Castilla, fue cedido al Oporto y regresó para hacerse indiscutible en el centro del campo. Fede Valverde empezó en el Castilla, salió cedido al Deportivo y cuando regresó se ganó la confianza de Solari y Zidane. El entrenador francés lanzó la carrera de Fede Valverde. Haciéndole jugar de centrocampista y prescindiendo de Marcos Llorente. Lo veía como mediocampista de ida y vuelta. Lo que hizo Casemiro es poner en valor al uruguayo, incluso por delante de Tchouaméni u otros compañeros.

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A Fede Valverde le afectó la salida de Casemiro. En su emotivo mensaje en las redes sociales mostró que tenían una relación especial y la importancia de la pérdida: "Hoy sobran las palabras. Fuiste de los primeros que me abrió las puertas de su casa, que me dio una mano y siempre depositó una confianza en mí. Definitivamente, me vas a hacer falta en el campo, pero seguro que más fuera. Gracias por tanto Case. Siempre juntos".

Fede Valverde tiene muchas semejanzas con Casemiro. Es un futbolista de 'pico y pala' que ha tenido una progresión sobresaliente en los últimos cuatro años, con Solari y Zidane trabajándole a fondo en lo táctico y lo mental, y que ahora explota Ancelotti en partidos en los que el equipo sufre en defensa, no es tan sólido como cuando estaba Casemiro y el uruguayo se multiplica para defender, robar, correr, asistir y marcar.

Celebra los goles con ardor

Valverde hace de la sencillez y el trabajo, con los entrenadores y compañeros, su mejor patrimonio. La timidez la deja en el vestuario. En el césped es una furia, uno de esos futbolistas que baja al barro y hace el trabajo sucio. No es habitual ver brillar a Fede Valverde en lo que más feliz puede hacer a un futbolista: el gol. Está de dulce. En los últimos dos partidos, contra el Mallorca y el Leipzig, ha sido decisivo marcando el primer tanto. Los goles han sido fundamentales para sacar a su equipo de la espesura y el atasco, pero lo que realmente pone los pelos de punta a los aficionados es la manera en que el uruguayo los celebra.

Fede Valverde no hace bailes, como Vinícius, o gestos que parecen burlas, como Neymar (el jugador del PSG está indignado por la tarjeta amarilla que le mostró el árbitro tras su gol al Maccabi Haifa). El uruguayo agarra la camiseta, la estira y explosiona. Se golpea el pecho izquierdo, la zona del escudo. Es la manera de mostrar su pasión por llevar la camiseta del Real Madrid. Es una celebración con ardor. Recuerda a una que hizo Luis Enrique cuando marcó un gol con el Barcelona en el Bernabéu y corrió la banda estirando la elástica blaugrana. Fede Valverde tiene algo de Luis Enrique en el ardor que le pone a su fútbol y las celebraciones.

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El uruguayo se gana al Bernabéu por días como los del Leipzig. El público quiere futbolistas que antepongan el equipo al ego, que demuestren compromiso, que se dejen la piel en el campo y si son humildes, todavía tienen más reconocimiento. Los valores de Fede Valverde son con los que verdaderamente se identifican en el Real Madrid. Trabajo, sacrificio, carácter, esfuerzo, no rendirse nunca y compañerismo.

Esto es lo que está provocando que un uruguayo se haya convertido en uno de los nuevos ídolos del Bernabéu, esté triunfando en el Real Madrid y sea indiscutible para Carlo Ancelotti en diferentes posiciones. La polivalencia, de extremo o de interior, es otra de sus riquezas futbolísticas. Hace de todo. Destruye y construye. Asiste y marca. El entrenador italiano desvela el desafío que le pide a Fede Valverde: "Le he dicho que si no eres capaz de marcar al menos diez goles en una temporada, tengo que romper mi carné y retirarme". Su triunfo no es solo por lo que hace en el césped.