El triste viaje de Jesé o cómo un juguete roto se agarra a un breve contrato con el Coritiba

Jesé está en Brasil, en Coritiba. Si alguien le había perdido la pista al canario, que sepa que ha firmado un contrato de tres meses con el colista del Brasilerao. Un equipo con problemas deportivos que se la juega con un futbolista que sigue con un proceso largo y complejo en su remontada por demostrar que no está acabado. Jesé estaba libre, sin equipo, se cerró el mercado en Europa y el de Arabia Saudí y no tenía dónde ir. Apareció el interés del Coritiba y a él se agarra para volver a salir del paro.

Llegó a Brasil a finales de la semana pasada y a su llegada en el aeropuerto no había más de cinco aficionados que le esperaban. Para los medios de comunicación también pasó desapercibido, pese a que el club había comunicado en sus redes sociales que fichaba a un bicampeón de Europa y ponía el foco en las cualidades del que fue uno de los mejores canteranos del Real Madrid. De esto hace ya muchos años, cuando en 2011 se convirtió en el máximo goleador del Castilla. Con 21 goles superó el registro de Emilio Butragueño y se convirtió en uno de los talentos más prometedores de la cantera. Florentino disfrutaba con su juego eléctrico, vertical y vistoso. Le hizo debutar Mourinho con el primer equipo y su carrera sufrió un frenazo con la grave lesión de rodilla en un partido de la Champions en el Bernabéu en 2014.

La carrera de Jesé ha ido dando tumbos desde este percance. Se esperaba que pudiera relanzarla con el fichaje del Paris Saint-Germain en 2016, pero en el equipo francés tan solo disputó 18 partidos en tres años y entró en una mala dinámica de cesiones. Desde entonces, el canario ha jugado en la UD Las Palmas (en dos ocasiones), Stoke City, Betis, Sporting de Portugal, Ankaragocu y Sampdoria. De un país para otro, con parones de meses sin estar con equipo, entrenamientos con un preparador personal, creando expectación con su llegada al Ankaragocu turco y produciendo decepción por la falta de adaptación y pobre rendimiento.

Un trotamundos

Brasil es el séptimo país en la trayectoria del canario y la nueva etapa la afronta, de nuevo, con el desafío de demostrar que a sus 30 años no es un exfutbolista. Ficha por el Cotitiba con un contrato corto de solo tres meses y la complicada misión de salvar al equipo en los 18 partidos que quedan de campeonato. Necesita un milagro, pero era el Coritiba o nada. En Brasil, espera adaptarse mejor que en la estancia que tuvo en Turquía. Efímera. Llegó como un ídolo y se marchó por la puerta de atrás. Solo estuvo cinco meses y la apuesta fracasó. En el Ankaragucu, fue recibido como una estrella y solo marcó dos goles. No le fue mejor en Italia. Otra apuesta de riesgo que asumió a mitad de la pasada temporada.

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Tras desvincularse del Ankaragucu en enero, intentó que algún club de España confiara en él y le diera una oportunidad en el mercado de invierno. No fue posible y se marchó a la Sampdoria, también colista del campeonato italiano, con la difícil misión de ayudar al equipo a evitar el descenso. Solo marcó un gol. Se produjo el descenso a la Serie B y quedó libre. La búsqueda de un nuevo club no ha sido nada sencilla. Jesé pierde crédito, se le cierran las puertas de los clubes españoles y los de otros europeos que no quieren riesgos. El fútbol saudí, volcado en potenciar su campeonato y la imagen del país, también le ha dado la espalda.

Jesé opta por Brasil, mercado que cierra el 15 de septiembre, y donde ya entrena tras pasar el reconocimiento médico. Con la esperanza de poder competir, superar los obstáculos, que no serán fáciles por la inactividad y la mala fama que le acompaña. No baja los brazos, tiene ilusión por esta nueva etapa, con una actitud de revancha. Reconocer que cometió errores en el pasado, que ha aprendido de ellos, está más maduro y seguirá peleando. Su carrera se torció hace tiempo, pero necesita revanchas.

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El éxito que empezó a tener en el Castilla le confundió. Jesé cometió el error de no estar centrado en el fútbol, se rodeó de malas compañías y tener un comportamiento excéntrico. Poco profesional y dedicado a la música, su otra pasión. El canario era ingobernable, inmaduro y foco de las burlas. El Real Madrid decidió traspasarle al PSG por 25 millones de euros para que, de esta manera, saliera de un entorno que no le beneficiaba y recuperara la motivación en el fútbol. No le ha ido bien desde entonces a un futbolista que era una de las joyas de la cantera junto con Carvajal y Morata. Las carreras del lateral del Real Madrid y el delantero del Atlético, hoy fijos en la Selección, contrastan con la de un Jesé que está en Brasil con un contrato que finaliza a últimos de este año.

Jesé lo tenía todo para haberse convertido en una estrella del fútbol y la imagen que le acompaña es la de un juguete roto. Un jugador joven, con un enorme potencial físico y técnico, con gol, pero sin suerte por las lesiones y una conducta inmadura y poco profesional. Se ha convertido en un trotamundos. Jugará en Brasil, un país en el que el fútbol es sagrado. El CEO del Coritiba, Carlos Amodeo, y el director deportivo, Artur Moraes, son las dos personas que han vuelto a confiar en la resurrección de Jesé Rodríguez.