Al Gobierno le sale un futbolista rebelde: Carvajal rompe una lanza a favor de Rubiales

Dani Carvajal altera la concentración de la Selección española con su posicionamiento en el escándalo Rubiales y pone en un aprieto al Gobierno en su estrategia de empujar al presidente a la dimisión. Está suspendido por la FIFA. El defensa internacional y jugador del Real Madrid tiene peso en una plantilla de 24 jugadores que redactó un comunicado que se califica de tibio y en el que no se mencionó a Jenni Hermoso. Lo leyó Morata, acompañado en la mesa por Rodrigo, Azpilicueta y Marco Asensio. Carvajal, que tiene una internacionalidad menos que Asensio (36 partidos), se quedó en primera fila escuchando a los compañeros. Costó poner de acuerdo a todos los jugadores en el contenido de dicho comunicado, hubo discrepancias, pero ya sabemos qué piensa Carvajal.

Hace pública su postura de respetar la presunción de inocencia de Luis Rubiales y manifiesta que son los tribunales los que tienen que dilucidar si Jenni Hermoso es una víctima. La opinión de Carvajal genera revuelo y polémica en unos días convulsos en los despachos, en que España tiene que disputar los partidos contra Georgia y Chipre correspondientes a la clasificación para la Eurocopa de 2024. El defensa ha querido dejar claro que hay que poner el foco en los partidos, pero es contundente en su postura de hablar del caso Rubiales como un asunto politizado.

Sus palabras tienen una enorme repercusión, con reacciones en las redes sociales de desaprobación y repulsa, calificándole de ultraderechista. Este asunto era incómodo para los internacionales, pero Carvajal se caracteriza por ser una persona directa y clara. Es por lo que no ha rehusado, de manera individual, abrir la caja de los truenos con unas declaraciones en Onda Cero, en la noche del martes, que ha corroborado en la sala de prensa este miércoles. "Hay estamentos legales que están considerando si realmente Jenni Hermoso es víctima de algo que se está tramitando. Nosotros nos mantenemos al margen. Hay personas que son las que tienen que decidir si hay algún culpable o alguna víctima", dijo en la emisora de radio.

No hay sentencia firme

El revuelo provocado no ha cambiado su manera de pensar y, con pequeños matices, Carvajal se ratifica en que en "ningún momento he dicho que Jenni no sea la víctima. Si está pasando un mal momento, hay que solidarizarse con ella. Igual que con el presidente [Rubiales]. Yo no estoy aquí para juzgar". Estas palabras las justifica dentro del derecho que tiene Luis Rubiales a la presunción de inocencia y a "no victimizar o culpabilizar a nadie sin una sentencia firme".

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Su postura choca con la que tuvo Borja Iglesias. El jugador del Real Madrid y el del Betis están en las antípodas. La reacción de Borja fue rechazar el comportamiento de Rubiales y el beso a Jenni Hermoso y renunciar a la Selección. Manifestó estar triste y decepcionado como futbolista y como persona y dijo que no se sentía representado por el presidente. Quiso dejar claro que se había presionado a Jenni Hermoso y que la Federación la estaba poniendo en el foco. Carvajal discrepa. Su opinión sobre Rubiales no es la misma y asegura que "no le puedo poner ninguna pega".

A los futbolistas españoles se les pedía que se mojaran y dieran su opinión sobre el escándalo Rubiales. Estaban señalados por su silencio, se les calificó de egoístas e insolidarios, de tibios y malos compañeros. Borja Iglesias fue el primero en hablar. Lo hizo nada más acabar la asamblea en la que Rubiales no dimitió. Carvajal ha esperado más tiempo y entre sus argumentos se agarra a la presunción de inocencia y la decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) de calificar los hechos como un asunto grave, y no muy grave, con lo que el Consejo Superior de Deportes (CSD) no puede activar los mecanismos para inhabilitar a Luis Rubiales.

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El posicionamiento de Dani Carvajal no es bueno para un Gobierno que pide a Pedro Rocha que acometa una limpieza en la Federación y haga un lavado de imagen de la marca España. En la cumbre entre Víctor Francos, presidente del CSD, y Rocha, interino en la Federación, se marcó una línea de actuación para desmarcarse de Luis Rubiales. La Federación emitió un comunicado, con el fin de dar más credibilidad a los cambios, en el que pedía disculpas al fútbol mundial, se refirió a un compromiso firme y absoluto para que estos hechos no sucedan más y habló de sentir vergüenza. Unas horas después, Carvajal reventó la estrategia y la política de comunicación del Gobierno y el CSD.