Las campeonas dudan de Montse Tomé, y Vero Boquete brinda por el despido de Jorge Vilda

El cambio de Montse Tomé por Jorge Vilda no convence a la mayoría de las jugadoras que se proclamaron campeonas del mundo. La opinión generalizada es que es un relevo continuista y la Federación ha perdido la ocasión de haber dado un vuelco en la parcela deportiva. Las futbolistas, las que levantaron el título y las que se quedaron fuera, reclaman cambios más profundos y entre ellos esperaban un nuevo liderazgo en el banquillo. Montse Tomé era la mano derecha de Vilda, la persona que ha estado cinco años con el ya exseleccionador, la que no empatizó con las inquietudes y propuestas que hacían las futbolistas y la que también aplaudió a Luis Rubiales en la bochornosa asamblea en la que anunció que no va a dimitir.

Rubiales le propuso el cargo de directora deportiva y Pedro Rocha, el presidente de la Federación en funciones, da por bueno que pase a ser la primera mujer que entrena a la Selección española. Desde la Federación se valoran sus conocimientos profesionales, pero entre las futbolistas hay recelo. No consideran a la asturiana como un cambio rupturista. A Montse Tomé le toca gestionar un grupo que es campeón, tomar decisiones con las jugadoras a las que puso la cruz Vilda, ser parte activa en los cambios estructurales que mejoren el fútbol femenino, dar normalidad en un ambiente de crisis y empezar a preparar los partidos de la Nations League de septiembre contra Suecia y Suiza.

Su nombramiento deja dudas entre las internacionales y es criticado por Verónica Boquete, la jugadora de la Fiorentina que ha sido una de las voces que antes, durante y después del Mundial más han denunciado la labor de Jorge Vilda y su equipo de trabajo. Para Vero Boquete el cambio de Montse Tomé por Jorge Vilda no es bueno y así de contundente se expresa en la Cope: "Creo que hay más amiguismo que méritos".

Represalias

Vero Boquete, una de las futbolistas que sufrió las represalias de la Federación y dejó de ir a la Selección con la llegada de Jorge Vilda tras la revuelta de las jugadoras en el Mundial de 2015, ha dado visibilidad en sus redes a la felicidad que le produce el despido del ya exseleccionador. "Champagne vintage, 8 años de maduración", es el mensaje que escribe la gallega y acompaña de los emoticonos de dos copas para celebrar el brindis. Es la alegría de una jugadora que se sintió ninguneada por la Federación y por Jorge Vilda.

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Vero Boquete lleva reclamando desde el Mundial de 2015, junto con otras compañeras, cambios profundos y profesionales en el fútbol femenino. Fue una de las futbolistas que denunció por carta los métodos de trabajo y el desprecio de Ignacio Quereda, el anterior seleccionador. Tuvo el rechazo de la Federación que presidía Ángel María Villar y con la llegada de Jorge Vilda y ya con Rubiales quedó apartada. Vilda no la convocó para la Eurocopa de 2017 cuando estaba en su mejor momento y brillaba en el Paris Saint-Germain. Alegó motivos deportivos, pero detrás había un castigo a una jugadora que era incómoda para el seleccionador y la Federación.

No ha dejado de luchar para denunciar el machismo que hay en el fútbol español y en sus estructuras. Ha salido en apoyo de las 15 internacionales que exigían cambios profundos, que se enfrentaron a Vilda y la Federación. Se ha acordado de ellas durante su papel de comentarista en TVE en el Mundial. Las ha puesto en valor. Y, con el escándalo del comportamiento de Rubiales en el palco tras ganar la final a Inglaterra y el beso a Jenni Hermoso, ha sido de las primeras en manifestar que era un episodio vergonzoso.

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Ha mostrado su indignación con el comunicado leído por Morata y en el que los futbolistas internacionales no eran contundentes. "Hacen falta preguntas incómodas y respuestas valientes", dijo en la SER y criticó el cuarto punto en el que los jugadores pedían centrarse en lo deportivo. Las decisiones que está tomando la Federación las ve como un lavado de cara, puro maquillaje, al igual que un amplio número de las campeonas del mundo.

Vero Boquete ha sido reclamada por diferentes medios internacionales que, impactados por el escándalo Rubiales, querían conocer qué sucedía en España para que un presidente tuviera ese comportamiento y por qué estaba cuestionada la figura de Jorge Vilda. La gallega, en una carta en The Guardian, explicó que en los años 70 las mujeres no podían hacer deporte y esta era la mentalidad que tenía España. Calificó de una mentalidad "sexista" por los comportamientos machistas en un deporte en el que la mayoría de los dirigentes son hombres y el "problema es más profundo". Vero Boquete, que jugó 62 partidos con la Selección, es una pionera, un emblema y de las primeras en pedir una reforma estructural.