Luis Rubiales se atrinchera y se niega a dimitir: "Ha sido un asesinato social"

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ha confirmado que no presentará su dimisión en la asamblea general extraordinaria tras el escándalo que supuso su beso no consentido a Jenni Hermoso en la ceremonia de conclusión del Mundial femenino. Continuará así su etapa al frente de la RFEF tras cinco años de una gestión repleta de polémicas. Tras una larga reunión con sus colaboradores más estrechos, Rubiales confirmó en la Asamblea su continuidad al frente de la Federación: "Un pico consentido no me puede sacar de aquí".

"Quiero pedir perdón sin paliativos por lo ocurrido con Hermoso", empezó Rubiales. "Además, fruto de la emoción, me llevé las manos ahí (a sus genitales). Pido disculpas a la Reina, la Infanta y la Casa Real. Es un gesto poco edificante. He estado en muchos palcos y no me había comportado nunca así. No me justifico", comentó ante un auditorio que no paró de aplaudirle tras sus intervenciones.

La cita fue programada como un acto de exhibición de poder. Rubiales enseñó el músculo que le ha sostenido durante estos cinco años: el férreo control de las territoriales. Estos apoyos, en principio, se habían caído poco a poco en los dos últimos días, asediados, también, por las presiones políticas. Pero el presidente, finalmente, contó con ellos y confirmó su continuidad en el cargo.

Crónica de una autodestrucción en directo

El escándalo comenzó el domingo. España había ganado a Inglaterra en la final (1-0) y consiguió así su primer Mundial femenino. Cuando las jugadoras pasaron para recibir las medallas, Rubiales agarró con vehemencia a Hermoso, entre risas y felicidad por el título conseguido. Sin embargo, antes de que la futbolista se marchara con sus compañeras, el presidente le propició un beso que, según confesó ella en su directo de Instagram, no le había gustado. Fue un beso no consentido entre un jefe y un trabajador, en clara diferencia de poder.

Rubiales, sin embargo, explicó que el beso fue consentido delante de los presentes: "Quien vea el vídeo entenderá que, ante 80.000 personas, el deseo en ese beso era el mismo que podía tener ante una de mis hijas. No hay ni deseo ni posición de dominio. Fue un beso espontáneo, eufórico, mutuo y consentido. Cuando apareció ella, me levantó del suelo y casi nos caemos. Al dejarme en el suelo, nos abrazamos y le dije que no llorara por haber fallado el penalti. Tenía que estar contenta y tranquila porque acababa de ser campeona del mundo. Ella me comentó que era un crack y le dije: '¿Un piquito?'. Y ella me contestó: 'Vale' y luego me dio una palmada en el costado".

Las reacciones tras el beso no tardaron en llegar en las últimas horas. El primero en analizar el tema fue ministro de Cultura y Deportes en funciones, Miquel Iceta: "Todos hemos de ser especialmente cuidadosos en nuestras actitudes y en nuestras acciones (...). Creo que es inaceptable besar en los labios a una jugadora para felicitarla".

Las declaraciones de Iceta provocaron que Rubiales grabara un vídeo pidiendo disculpas en la escala en Doha que hizo el vuelo de la Selección hacia Madrid. "No entendíamos las críticas, porque se veía como algo natural. Ocurrió sin mala fe por ambas partes". El presidente dio la clara prácticamente obligado después de las palabras procedentes del Gobierno. Esa naturalidad también la ha mantenido en sus declaraciones: "No se trata de hacer justicia, sino de hacer un asesinato social. Algunos políticos se han referido a esta acción como violencia sexual, sin consentimiento... Esas personas están tratando de asesinarme públicamente y me voy a defender como todo español, en los juzgados. Voy a emprender acciones legales contra ellos".

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Kike Marín

Su intención era no aparecer solo en el vídeo grabado en Doha, ya que le pidió tanto a Hermoso como a la capitana, Ivana Andrés que salieran junto a él para quitarle hierro al asunto. Pero ambas se negaron. En el caso de Jenni, Rubiales utilizó al seleccionador, Jorge Vilda, para que se acercara a la familia de la jugadora con tal de persuadirla para que ayudara al presidente. "Mi puesto está en juego. Hazlo por mis hijas", le llegó a decir a Hermoso, según Relevo.

Las supuestas declaraciones de Hermoso

Esa misma tarde, justo después de publicar el vídeo en las redes sociales, la RFEF emitió un comunicado, difundido a los medios a través de las agencias de comunicación, en el que puso en boca de Hermoso palabras que ella realmente nunca pronunció (aunque la RFEF sostiene que sí, la denuncia pública de Jenni a través de su agencia de representación acabó por confirmar la negativa). Esto agravó aún más la crisis de Rubiales.

Las presiones para la dimisión llegaron procedentes del Gobierno. Pedro Sánchez dijo: "Es inaceptable [lo que hizo] y sus disculpas son insuficientes"; Yolanda Díaz afirmó: "Ha vejado y agredido a una mujer. Que se cumpla la ley"; Felix Bolaños declaró: "Si no hay acontecimientos, el Gobierno actuará". También hubo reacciones por parte de la FIFA, cuyo Comité Disciplinario le abrió un procedimiento disciplinario, y de presidentes de Primera División como Enrique Cerezo y Ángel Torres. Sin embargo, Rubiales continuará en el cargo.