Mientras España celebra el Mundial, los barrios donde se curtió Jenni Hermoso aún buscan jugadoras

El lunes 21 de agosto España estaba de resaca mundialista. Las mujeres del combinado nacional acababan de levantar el trofeo en Australia y el país aún estaba asimilando la gesta. Ese mismo día, un nuevo aviso aparecía en la web Tablón de Anuncios. El encabezado era claro: "Aguilas de Mortalaz busca jugadoras senior femenino". En pleno agosto y mientras los focos se centran en el éxito del fútbol profesional, decenas de escuelas y pequeños clubes de barrio muestran la otra realidad de la competición femenina. El sector está creciendo y triunfando, pero incluso con el Mundial bajo el brazo aún hay que rascar para dar con jugadoras.

El caso de la Escuela Municipal Águilas de Moratalaz es uno de los muchos que se pueden encontrar en plena pretemporada. Basta con echar un vistazo en tablones, webs de las federaciones o redes sociales. Es muy sencillo dar con decenas de clubes que buscan jugadoras para completar sus plantillas. Y las diferencias con los anuncios de los equipos masculinos son claras. No hablan de pruebas de admisión ni se buscan jugadores con un nivel específico, la mayoría se abren a toda mujer que quiera jugar y disfrutar de este deporte. ¿Por qué estas diferencias? Se entienden mejor con los datos: mientras el número de hombres federados en España ronda el millón, en mujeres no llega a las 100.000.

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Alberto Ramírez

Luis Fernández, tesorero y directivo de la Águilas de Moratalaz, conoce bien la situación del fútbol femenino más humilde. Cuenta que su club, lejos de ser un recién llegado a este mundo, lleva más de dos décadas con sección femenina y luchando por crear una estructura igual que la que tienen para el masculino. La historia los avala. Esta escuela de barrio llegó a jugar en segunda división nacional femenina a principios de siglo y por sus entrenamientos han pasado distintas jugadoras que ya se mueven en el terreno profesional. Así, han conocido en primera persona el cambio del deporte, y lo que queda por hacer. "Hubo un repunte del interés por el fútbol femenino a principios de siglo y parecía que se iba para arriba, pero se estancó. No ha sido hasta los últimos 10 años cuando todo ha empezado a cambiar. Y va para arriba, pero aún lejos del masculino", comenta Fernández.

El éxito mundialista ha confirmado lo que se lleva años mascando. El fútbol femenino español empezó hace cerca de una década un sólido crecimiento sin freno que ha ayudado a generar una cantera de jugadoras que no para de cosechar éxitos. Tanto a nivel de clubes como en la selección. Sin embargo, esos frutos no llegan a todas partes. La reciente profesionalización se queda corta para el fútbol base, necesitado aún de más ayudas y estructura que evite pérdidas de talento y fomente el crecimiento. Y aunque el número de niñas que se interesan por el deporte, cuenta Fernández, se ha disparado, la situación está lejos de ser perfecta. Los datos, eso sí, ayudan a ser optimista, el número de federadas en toda España ha crecido un 185% desde 2009 y en lugares como Madrid, Galicia o Murcia las cifras son extraordinarias (en la región atlántica la cifra se ha disparado un 617%).

El Aguilas está dentro de una de las regiones que más crecen y han vivido toda la evolución. "Es obvio que todo ha cambiado muchísimo. Cuando nosotros empezamos apenas había como 30 clubes en Madrid que apostasen por el fútbol femenino y las ligas eran minúsculas, nos conocíamos todos. Ni siquiera se dividía a las chicas en categorías como cadete o juvenil, simplemente había sub-13, sub-16 y senior. Y ya no hablamos del nivel de las ligas nacionales que ahora son otro mundo. Pero aún se necesita más apoyo y dinero para crear estructuras sólidas y un fútbol base que ayude a generar talento", añade. "Es verdad que los equipos amateurs y de base son sostenibles porque las chicas al final costean lo que cuesta, pero para dar un paso más y profesionalizar más todo, el dinero se queda corto".

Es difícil comparar lo que se invierte en fútbol femenino y en masculino en divisiones regionales, pero algunas federaciones han empezado a tomar el testigo para incentivar a que los clubes se abran a todos. Y los resultados acompañan. Desde Cataluña, la Federación Catalana de Fútbol explica a El Confidencial que desde 2016 han duplicado las licencias, "de poco más de 10.000 a casi 20.000". Y dan como una razón clave para esto las campañas llevadas a cabo desde la federación.

"En 2016 implementamos una campaña de promoción del fútbol y fútbol sala femenino llamada "#Orgullosa", con bonificaciones en la cuota de la mutualidad que pagan las futbolistas, ayudas a los clubes que tienen equipos femeninos (ayudas en las cuotas de inscripción, por desplazamientos, balones, etc.), bonificaciones para las formaciones de la Escuela de Entrenadores para técnicas, bonificaciones en las cuotas para ser árbitra, etc", detallan.

También se ha hecho captación en colegios mediante un proyecto conjunto con INEFC de Cataluña (ver documento adjunto), visibilización en los medios con faldones, retransmisiones televisivas por Esport3 de partidos de Territorial, etc. La campaña está dotada con unos 1,2 millones de euros por temporada deportiva", detallan.

La década del cambio y el agujero negro

El detalle de los medios de comunicación que mencionan desde Cataluña no es baladí. Por ellos es posible ver también la evolución de la década. En 2012, la única noticia recogida por el Marca sobre el triunfo del Barcelona femenino en la liga ni siquiera centraba la atención en las jugadoras. El titular era ¿Sabes a quiénes dedicaron el título liguero las jugadoras del Barcelona? Los diarios nacionales no dedicaron ni una línea a la victoria. La diferencia es llamativa con lo que ocurrió en 2018, cuando gana la liga el Atlético de Madrid. Los medios deportivos le dedican casi 50 reseñas. Eso sí, los periódicos de tirada nacional solo le dedican tres piezas.

Ahora, su situación se asemeja a la del fútbol masculino, incluso en las normativas y los convenios. Aunque Fernández hace especial hincapié en un problema que aún ni siquiera los expertos saben por qué ocurre. El abandono prematuro de las jugadoras tras años compartiendo campo en equipos mixtos y recién empiezan en las categorías separadas.

Mientras los chicos continúan jugando al fútbol toda su época formativa, llegando muchos de ellos a la categoría senior, las chicas cortan su progresión alrededor de los 15 años para, en muchos casos, no volver. "Es una tendencia que se repite continuamente y en todas partes. Se ha analizado y se han buscado las razones, pero aún no están claras", añade. Eso, explica, es clave para clubes como el suyo e incluso para el deporte en general. "Muchas de ellas se van y no vuelven. Y las que lo hacen, regresan cuando son mucho más mayores y con la idea de simplemente jugar. Se pierde mucho talento por el camino, la estructura se debilita y hay que intentar evitarlo con estas nuevas hornadas que vienen atraídas por las profesionales".

Volviendo a los datos es posible ver cómo los próximos años serán clave para la progresión este deporte en España. Las grandes subidas del número de federadas en toda España se dan en los últimos 6 años, por lo que muchas de las niñas que empezaban a jugar de forma más seria allá por 2017 empiezan a acabar ahora su época federativa y decidir su futuro. Que esas jóvenes sigan jugando al fútbol, aunque sea a nivel regional, es un reto para todos los clubes y las federaciones. "Cuando empezamos, los equipos femeninos senior surgían prácticamente porque había grupos de chicas que se conocían e iban de club en club viendo qué organización las dejaba jugar y completaba el equipo. Es bastante alucinante cómo ha cambiado todo y esperamos que no se pierda", termina Fernández.