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El Mundial inesperado que cambió para siempre el rumbo del fútbol femenino español
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Al derrotar a Inglaterra en la final

El Mundial inesperado que cambió para siempre el rumbo del fútbol femenino español

La Selección dominó a la perfección la fase final del torneo; Vilda acertó en sus decisiones y las futbolistas dieron un paso hacia delante sobre el césped. Putellas, Paredes y Hermoso dejaron una imagen para el recuerdo

Foto: Putellas, Paredes y Hermoso celebran el Mundial. (EFE/RFEF/Pablo García)
Putellas, Paredes y Hermoso celebran el Mundial. (EFE/RFEF/Pablo García)

"¡¡¡Hemos ganado un p**o Mundial!!!". Jenni Hermoso ya era historia del fútbol español antes de la noche de Sídney en que fuimos felices, pero amaneció siendo algo más. Su extraordinario Mundial, que no se empaña por el penalti fallado en la final contra Inglaterra, formará parte del recuerdo colectivo que suponen Australia y Nueva Zelanda para España. Su polivalencia durante todo el torneo, la estrella de Aitana —quien agiganta su figura como máxima candidata al Balón de Oro 2023—, una explosión estelar llamada Salma Paralluelo, los destellos de clase de Alexia Putellas, el liderazgo de Olga Carmona como un puñal por la banda izquierda, Cata Coll y su paso adelante como guardameta titular, el cerrojo de Irene Paredes… Todos los detalles que, poco a poco, fueron convirtiendo la Selección española en la campeona del mundo al imponerse a Inglaterra por un gol a cero.

El conjunto dirigido por Jorge Vilda, cuya figura sale reforzada tras un año de polémica deportiva y extradeportiva por el caso de las amotinadas, llegaba al torneo en el segundo escalafón de las favoritas. Fue midiéndose en la fase final a selecciones teóricamente más potentes. Países Bajos, Suecia o Inglaterra partían como favoritas antes del pitido inicial. España no solo las venció a todas, sino que fue superior en todos los aspectos futbolísticos. El seleccionador acertó en sus decisiones más controvertidas durante la competición, como la de dejar fuera de la titularidad a Misa Rodríguez tras la goleada ante Japón en fase de grupos —única derrota del equipo—, gestionar la entrada en el equipo de Paralluelo o manejar a Putellas. Su plan funcionó y se cobró la revancha de la Eurocopa 2022, aunque no quiso desvelar su futuro inmediato en las horas posteriores al triunfo.

Foto: Olga Carmona, celebrando el gol que hizo a España campeona del mundo. (EFE/EPA/Dean Lewins)

La falta de feeling del seleccionador con pesos pesados del vestuario se notó en distintas imágenes a lo largo del Mundial. No era una situación cómoda, pero el grupo siguió hacia delante. España tenía, además, ese algo inexplicable que necesita cualquier campeón en el fútbol. Ese algo que convierte un balón al larguero en un golazo, como el que logró Carmona en las semifinales ante Suecia con un disparo desde fuera del área al minuto de encajar el empate. Hechuras de equipo grande, de ese que graba a fuego la primera estrella de su historia —segunda, contando el masculino— justo encima del corazón.

Tres mujeres y una imagen para el recuerdo

La fotografía que ilustra este artículo no puede ser más simbólica. Tres absolutas leyendas del fútbol femenino, con infinitas batallas a sus espaldas, tres compañeras de Selección y de clubes, tres amigas. La santísima trinidad de la Roja. Alexia Putellas, Irene Paredes y Jenni Hermoso. Las tres estuvieron involucradas en la polémica revolución del vestuario. Ninguna envió el famoso e-mail de las amotinadas, aunque compartían el mensaje de sus compañeras: Putellas y Hermoso no eran convocables, al encontrarse lesionadas, e Irene Paredes había compartido sus impresiones y quejas cara a cara con Vilda. Todas acabarían por volver a la Selección. Paredes y Hermoso perdieron la capitanía por el camino, un peaje que el seleccionador defendió alegando que dichas dinámicas se decidían de puertas para dentro. Con brazalete o sin brazalete, las tres futbolistas son pilares del vestuario y la imagen de la victoria ejemplifica los pasos adelante que, con demasiada tardanza, ha dado el fútbol femenino.

placeholder Las lágrimas de felicidad de Paredes. (EFE/EPA/Dan Himbrechts)
Las lágrimas de felicidad de Paredes. (EFE/EPA/Dan Himbrechts)

Para Paredes, por ejemplo, fue fundamental el plan de conciliación familiar que permitió que su hijo le haya acompañado durante toda la concentración. Más complicado fue el torneo de Putellas. La mejor jugadora de la historia de España venía tocada. Sin ritmo y lastrada físicamente tras sufrir una grave lesión de rodilla el pasado verano, precisamente en la preparación de la Eurocopa. Si acudió a la convocatoria fue por todo lo que su calidad puede aportar a pesar de estar falta de ritmo. En sus titularidades, se notó dicha ausencia competitiva y estuvo en un segundo plano. Dicha frustración la pagó Carlos Sánchez, el preparador de porteras de la Selección, al que retiró el saludo en caliente tras ser sustituida ante Suecia, en un criticado gesto. Con el pitido que convertía el equipo en campeón del mundo, la tensión desapareció de golpe y, por fin, se pudo ver a Putellas celebrar el gran título de selecciones que le faltaba en su espectacular currículo deportivo.

Palabras mayores, sobre el césped, ofreció Jenni en Australia y Nueva Zelanda. Qué injusto habría sido un cruel desenlace para ella si hubiera tocado acordarse de ese penalti fallado ante Inglaterra. Un disparo pobre, una mala decisión, aprovechada por Mary Earps para evitar un tanto que habría cerrado el partido. La inglesa, por cierto, fue la mejor jugadora del conjunto dirigido por Sarina Wiegman. Hermoso fue un pilar para Vilda en el Mundial. Polivalente, combativa, impecable en la salida de balón cuando jugó en el mediocentro… Un auténtico espectáculo para los amantes del balón. Pocas imágenes más bonitas deja este Mundial que Alexia y Jenni luciendo cada una la camiseta de la otra, poniendo en valor todo lo que han pasado juntas hasta llegar a levantar la Copa del Mundo.

La Selección cierra así un Mundial inesperado con final épico, que endereza, por fin, la pata que cojeaba del fútbol español. "Esto podría haber ocurrido hace 10 años, hace 20, pero ha ocurrido ahora. Me acuerdo de las que han tenido que luchar desde el principio. Han sido ellas las que han tenido que abrir una puerta muy pequeña. Algunas de ellas ya no estarán y algunas estarán llorando de alegría en su casa", fueron las palabras de Vero Boquete, icono y leyenda de España, en la retransmisión de RTVE.

"¡¡¡Hemos ganado un p**o Mundial!!!". Jenni Hermoso ya era historia del fútbol español antes de la noche de Sídney en que fuimos felices, pero amaneció siendo algo más. Su extraordinario Mundial, que no se empaña por el penalti fallado en la final contra Inglaterra, formará parte del recuerdo colectivo que suponen Australia y Nueva Zelanda para España. Su polivalencia durante todo el torneo, la estrella de Aitana —quien agiganta su figura como máxima candidata al Balón de Oro 2023—, una explosión estelar llamada Salma Paralluelo, los destellos de clase de Alexia Putellas, el liderazgo de Olga Carmona como un puñal por la banda izquierda, Cata Coll y su paso adelante como guardameta titular, el cerrojo de Irene Paredes… Todos los detalles que, poco a poco, fueron convirtiendo la Selección española en la campeona del mundo al imponerse a Inglaterra por un gol a cero.

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