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Los abrazos forzados a Vilda, el técnico al que las futbolistas no querían, pero pueden salvar
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TRAS GANAR A LOS PAÍSES BAJOS

Los abrazos forzados a Vilda, el técnico al que las futbolistas no querían, pero pueden salvar

Muchas de las jugadoras que no querían al seleccionador, y siguen sin poder disimularlo con imágenes que son imposibles de maquillar, están a dos partidos de ganar el Mundial

Foto: Vilda se abraza con miembros de su staff. (Reuters/Molly Darlington)
Vilda se abraza con miembros de su staff. (Reuters/Molly Darlington)

"Que alguien le dé un abrazo a Jorge Vilda, por favor", pidió el exfutbolista Marc Crosas en redes sociales al poco de terminar el partido en el que España derrotó a los Países Bajos con más sufrimiento del necesario viendo el juego que desplegaron unas y otras. "Anda deambulando por la cancha esperando un gesto de cariño de alguna jugadora española…", añadió con sorna el catalán. Un comentario en la misma línea que el de muchos seguidores, y en especial seguidoras, habituales del fútbol femenino, así como de una famosa cuenta que parodia a Mourinho: "Parece una escena sacada de The Office. A nadie le importa Vilda".

Cómo sería de llamativa la imagen del seleccionador español que se vio en televisión durante la celebración de la merecida clasificación para las semifinales del Mundial, que desde la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) intentaron contrarrestarla colgando en redes sociales varias fotos de Vilda abrazándose o saludando a jugadoras como Ivana Andrés, Irene Paredes, Jenni Hermoso o la decisiva Salma Paralluelo, junto al comentario "¡abrazos que llenan el alma!". La pregunta es el alma de quién, aunque es de suponer que de aquellos que siguen empeñados en poner en valor a un seleccionador al que sus futbolistas ya han dejado claro que no respetan.

Foto: Damaris abraza a Van Der Gragt ante Sudáfrica. (EFE/Bianca de Marchi)

La imagen de Vilda mendigando un abrazo contrasta con el "abrazo del alma", aquel que Víctor Dell'Aquila, un aficionado sin brazos, corrió a darse con Fillol y Tarantini cuando el árbitro pitó el final del Argentina 3-Holanda 1, disputado el 25 de junio de 1978 en Buenos Aires y el que la Albiceleste ganó su primer Mundial. Si algo quedó demostrado en aquella imagen que ha pasado a la historia del fútbol es que más importante que los brazos, es lo que significa abrazarse. Un afecto que el seleccionador, director deportivo y asambleísta de la RFEF ha sido incapaz de ganarse de sus jugadores, salvo excepciones y de cara a la galería.

En el primer partido de máxima exigencia en lo que va de Mundial, pues ante Japón hay que tener en cuenta que la Selección española ya estaba clasificada para octavos, y en esta ronda Suiza no demostró ser mucho más que Costa Rica y Zambia, Vilda volvió a apostar por el bloque del FC Barcelona y no por el del Real Madrid, en el que cabe recordar que el madrileño se refugió durante los muchos meses que 15 futbolistas se 'amotinaron', entre ellas siete azulgranas, además de recibir el respaldo de las veteranas Hermoso, Paredes y Putellas, la primera con pasado en el Barça y las otras dos todavía en el equipo catalán.

Con Cata Coll en la portería, la mencionada Irene Paredes junto a Laia Codina como centrales, Ona Batlle en el lateral zurdo, más Aitana Bonmatí y Mariona Caldentey en el once titular, a quienes más tarde se unirían la decisiva Salma Paralluelo y Alexia Putellas, España fue un espejo del Barça, curiosamente lo mismo que sucedió en la selección masculina que ganó el Mundial de Sudáfrica. Solo la joven María Pérez no tuvo minutos, algo que a buen seguro no hubiera pasado con las amotinadas Mapi León, Patri Guijarro y Claudia Pina. Si a todas estas sumamos a Sandra Paños, la guardameta titular del campeón de Europa a la que Vilda dejó en casa a pesar de mandar el famoso e-mail, estamos hablando de 12 futbolistas sobre una lista de 23. Es decir, mayoría absoluta.

placeholder Las jugadoras de la Selección española, tras ganar a los Países Bajos. (EFE/Pablo García)
Las jugadoras de la Selección española, tras ganar a los Países Bajos. (EFE/Pablo García)

El Real Madrid pierde protagonismo

Por contra, ante unos Países Bajos en los que, por cierto, la hispano-neerlandesa Damaris Egurrola jugó fuera de sitio, Vilda volvió a salir sin Misa Rodríguez, relegada a la suplencia y de este modo claramente señalada tras el 4-0 ante Japón. Tampoco hubo rastro de sus compañeras Claudia Zornoza, Rocío Gálvez y Athenea del Castillo. Olga Carmona e Ivana Andrés salieron desde el banquillo y solo la gallega Teresa Abelleira estuvo en el once titular, sin olvidarnos de la recién fichada Oihane Hernández, precisamente el camino opuesto al de Esther González, quien ya ha dejado de pertenecer al Real Madrid tras acabar contrato y no ofrecerle la renovación.

Una cosa es que las futbolistas lo den todo por su selección y por ellas mismas, independientemente de quién sea su seleccionador, y otra muy distinta que no les salga celebrar el éxito que supone disputar las semifinales de un Mundial con quien la mayoría ha dejado claro que no les gusta e incluso 15 le pidieron que nos les convocara, alegando problemas de salud mental que a nadie importaron. Y da lo mismo las amotinadas que finalmente recularon, mientras siete que se mantuvieron firmes en una postura que les dignifica, o las que se desmarcaron del motín nada más iniciarlo, casualmente todas del Real Madrid.

Foto: Jorge Vilda, con su lista de 23 jugadoras para el Mundial. (EFE/Sergio Pérez)

Solo hay algo más injusto que negar méritos a quien se los merece, y es concedérselos a quien no se hace acreedor a ellos. Digan lo que digan quienes se asoman al fútbol femenino por lo que les reporta y no por lo que realmente les importa, pocos casos habrá más claros de esto que el de Jorge Vllda, a quien paradójicamente las mismas —o al menos la gran mayoría— de las jugadoras que le querían fuera de la estructura del fútbol femenino de la RFEF, ahora pueden salvarle al estar a dos partidos de ser campeonas del mundo. Ni así Vilda se ganaría su respeto, pues hay heridas que no cicatrizan nunca y, como escribió Dulce Chacón en La voz dormida, "la soledad se descubre a menudo en la necesidad de un abrazo".

"Que alguien le dé un abrazo a Jorge Vilda, por favor", pidió el exfutbolista Marc Crosas en redes sociales al poco de terminar el partido en el que España derrotó a los Países Bajos con más sufrimiento del necesario viendo el juego que desplegaron unas y otras. "Anda deambulando por la cancha esperando un gesto de cariño de alguna jugadora española…", añadió con sorna el catalán. Un comentario en la misma línea que el de muchos seguidores, y en especial seguidoras, habituales del fútbol femenino, así como de una famosa cuenta que parodia a Mourinho: "Parece una escena sacada de The Office. A nadie le importa Vilda".

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