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La "salud mental" de las 15 'amotinadas' en la Selección con la que tanto se frivoliza
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ALGUNAS ESTÁN EN TRATAMIENTO PSICOLÓGICO

La "salud mental" de las 15 'amotinadas' en la Selección con la que tanto se frivoliza

La RFEF reveló una información confidencial, el cuestionado Vilda pasó página y llamó a otras 23 y el sindicato Futpro es acusado de pedir a las futbolistas que finjan una afectación emocional para no ir

Foto: Rueda de prensa de las capitanas de España. (EFE/Sergio Pérez)
Rueda de prensa de las capitanas de España. (EFE/Sergio Pérez)

Hasta no hace mucho, en el fútbol español era algo habitual que un club informara con total naturalidad de las lesiones de sus jugadores. Los entrenadores eran los primeros en hablar abiertamente del estado físico de sus futbolistas y los servicios médicos emitían partes en los que se ofrecían todo tipo de detalles. Sin embargo, todo cambió a raíz de que Gareth Bale solicitara a los responsables médicos del Real Madrid que no ofrecieran informes sobre sus diferentes y casi permanentes dolencias. El galés apeló a su privacidad y al derecho a la protección de datos.

Esto es algo que ya sucedía en países como Inglaterra o Alemania, en los que nunca llega a conocerse públicamente el parte médico de un futbolista, por lo menos de manera oficial. Tal y como señalan los expertos, el tratamiento de datos personales debe estar limitado a fines legítimos para los cuales fueron recogidos. En este proceso solo pueden solicitarse los datos absolutamente necesarios para tal fin y deben ser siempre precisos, así como estar actualizados, no ser modificados por personas no autorizadas y conservarse solamente el tiempo necesario.

Foto: Alexia Putellas se corona como mejor futbolista de la historia. (Reuters/Benoit Tessier)

Es decir, que, teniendo en cuenta estos y otros aspectos como el de la confidencialidad, recogidos en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), el debate que abrió Bale fue hasta qué punto tenía derecho a exigir que el Real Madrid no informara sobre sus lesiones. Según al apartado 1º del artículo 6 del mencionado RGPD, la única base jurídica que puede ser de aplicación es el consentimiento del interesado, aún más cuando se trata de asuntos relacionados con la salud, los cuales pertenecen a una categoría especialmente protegida.

Sirva este ejemplo de un reciente parte del Servicio Médico de la Real Sociedad: "En las pruebas de imagen realizadas a Aihen Muñoz se aprecia una lesión a nivel proximal del músculo aductor largo de la cadera derecha, producida durante el partido frente al Celta. Ha comenzado a ser tratado mediante fisioterapia. La vuelta a la normalidad dependerá de la evolución del cuadro clínico, en función también de las características de la lesión". Y apostilla: "La publicación de esta información médica cuenta con el consentimiento del jugador".

Sin embargo, en el caso de las futbolistas de la Selección española que se han 'amotinado', las 15 enviaron el mismo email a la Federación Española de Fútbol (RFEF) en el que, según reveló este organismo, comunicaban que "debido a los últimos acontecimientos acaecidos y la situación generada, hechos de los cuales son ustedes conocedores, están afectando de forma importante a mi estado emocional y, por lo tanto, a mi salud. Debido a todo ello, actualmente no me veo en condiciones de ser jugadora seleccionable para nuestro equipo nacional y por este motivo solicito no ser convocada hasta que esta situación no sea revertida".

placeholder Irene Paredes celebra con sus compañeras su gol ante Hungría. (EFE/Kiko Huesca)
Irene Paredes celebra con sus compañeras su gol ante Hungría. (EFE/Kiko Huesca)

Desde la RFEF no solo no tuvieron ningún reparo en publicar de manera tergiversada el contenido de los emails, asegurando que las futbolistas "renunciaban" a la Selección, algo que no era cierto, sino que también desvelaron las causas que alegaban para llegar a tal extremo: "Manifiestan que la actual situación generada les afecta "de forma importante" en su "estado emocional" y en su "salud" y que, "mientras no se revierta", renuncian a la selección nacional de España", podía leerse en el mencionado comunicado.

O no las creen o les da lo mismo

Sin prestar la mínima atención a los motivos que las futbolistas esgrimían, con varias de ellas incluso en tratamiento psicológico por todo lo que está sucediendo y todo su derecho para que no se hiciera público, la RFEF se limitó a amenazarlas con que no iban a "permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico". Una de dos, o no se creyeron los motivos de las 15 'amotinadas', los cuales fueron supervisados por sus clubes, o poco o nada les importaron estos, si bien se trata de un asunto tremendamente delicado como es la salud mental.

De hecho, las implicadas colgaron en sus redes sociales un comunicado para "lamentar que la Federación haya hecho pública, de forma parcial e interesada, una comunicación privada con información que afecta a nuestra salud". Las futbolistas, sobre todo ahora que son profesionales, no dejan de ser trabajadoras, por lo que, además del derecho fundamental a la protección de datos (art.18.4 CE), también debió tenerse en cuenta la Ley 31/1995 de prevención de Riesgos Laborales, que en su artículo 22.4 indica que "el acceso a la información médica de carácter personal del trabajador se limitará al personal médico y a las autoridades sanitarias que lleven a cabo la vigilancia de la salud de los trabajadores, sin que pueda facilitarse al empresario o a otras personas sin consentimiento expreso del trabajador".

A las 15 'amotinadas', respaldadas con más o menos compromiso por Alexia Putellas, Irene Paredes y Jenni Hermoso, se las tildó de caprichosas e, incluso, Amanda Gutiérrez, la presidenta del sindicato Futpro, comentó en un foro que consideraba sus reivindicaciones "una pataleta de niñas pequeñas". Sin embargo, nadie parece haberse parado a pensar que cuando las jugadoras hablan de "hechos que están afectando de forma importante a mi estado emocional y, por lo tanto, a mi salud", es porque tienen motivos para ello y que las que vayan a la Selección en su lugar, salvo dos o tres excepciones, corren el mismo riesgo de sufrirlos.

Foto: Luis Rubiales, presidente de la RFEF. (Reuters/Denis Balibouse)

Claro que el colmo de esta situación es que, según informó el diario 'Marca', en una reunión mantenida el miércoles entre tres de las 15 'amotinadas' —y no precisamente las más veteranas— y otras futbolistas que estuvieron en la última lista de Jorge Vilda, la mencionada Amanda Gutiérrez pidió a estas que fingieran una situación de afectación emocional para obtener un informe médico que les permitiera no ser convocadas. El despropósito es tal que hasta AFE anunció que denunciará a Futpro por mala praxis al presionar a las actuales jugadoras de la Selección para que no vayan. La citada reunión, sibilinamente filtrada desde la RFEF, desacredita y enfrenta a un colectivo que, unido, sería invencible, pero desunido, no tiene nada que hacer ante Rubiales y su equipo de Salobreña. Ya saben, divide y vencerás.

Las denuncias de Ari en el Real Madrid

El pasado mes de agosto, en este diario contamos el caso de Ariana Arias Jiménez (Madrid, 2003), más conocida como Ari, la gran promesa de la cantera del Real Madrid que, aunque tenía un año más de contrato, se fue al FC Barcelona. Ari pidió la carta de libertad después de que el pasado mes de enero pusiera en conocimiento de la Comisión Ética del club blanco, que había sufrido abuso de poder y acoso laboral, "con la clara intención de hacerle daño y dañar su imagen para poder someterla posteriormente", por parte del que fuera entrenador del primer equipo, David Aznar, y la directora deportiva, Ana Rossell, a quien incluso acusó de ocultarle alguna convocatoria de la Selección.

Claro que lo peor para la futbolista, cuya situación psicológica era, según su familia, "muy preocupante", fue ver cómo, después de tomarles declaración y demostrar que Ari incluso había tenido que recibir apoyo psicológico por parte de los servicios médicos del club, la citada comisión no tomó ninguna medida y prefirió correr un tupido velo, si bien el hecho de que la futbolista pudiera llevar el asunto a la Justicia ordinaria, tal vez movió al club a darle la carta de libertad. Por cierto, el discutido seleccionador nacional, Jorge Vilda, fue reclamado como testigo.

Tal y como informamos en este diario, Ari y su familia podían haber denunciado el caso a la RFEF. Sin embargo, el hecho de que en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas les fueran a remitir al Departamento de Integridad y Seguridad de la RFEF no invitaba a ello. El motivo, que su director es Alfredo Lorenzo, quien guarda una estrecha relación con la mencionada Ana Rossell. No es casualidad que el Real Madrid sea el único club que no ha permitido a ninguna de sus internacionales sumarse al 'motín' de sus compañeras de Selección, además de que el mencionado Lorenzo también jugó su papel durante la penúltima concentración.

Foto: Ari, en un entrenamiento con el FC Barcelona. (Twitter)

El mismísimo Ronaldo Nazario confesó hace unos días, a propósito de la presentación de un documental sobre su vida, que "miro hacia atrás y veo que hemos estado expuestos a un estrés mental muy, muy grande y sin ninguna preparación. Antes no había ningún tipo de preocupación con la salud mental de los jugadores. Hoy se le da la atención médica necesaria para afrontar el día a día y se estudia más a los jugadores: los perfiles de cada uno, cómo reaccionan, cómo deberían reaccionar". Claro que el brasileño se refiere al fútbol masculino, el único que importa en la RFEF, y no al femenino, al que tampoco ayuda que futbolistas como la dos veces Balón de Oro no lo reivindiquen abiertamente, sin mensajes encriptados. ¿Hablará Alexia Putellas y lo explicará todo? Es lo que todo el fútbol español está esperando...

Hasta no hace mucho, en el fútbol español era algo habitual que un club informara con total naturalidad de las lesiones de sus jugadores. Los entrenadores eran los primeros en hablar abiertamente del estado físico de sus futbolistas y los servicios médicos emitían partes en los que se ofrecían todo tipo de detalles. Sin embargo, todo cambió a raíz de que Gareth Bale solicitara a los responsables médicos del Real Madrid que no ofrecieran informes sobre sus diferentes y casi permanentes dolencias. El galés apeló a su privacidad y al derecho a la protección de datos.

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