Por qué Alexia Putellas no lleva el brazalete y las tres capitanas de Vilda acaban en el banquillo

Lo peor del incipiente fútbol femenino español es que las buenas noticias aún hay que colocarlas con calzador. Lo mejor es que, por ese mismo motivo, las malas tampoco tienen tanta repercusión como en el caso del fútbol masculino. Claro que lo segundo, según cómo se mire, pues ni el 4-0 encajado por la Selección española femenina ante Japón, la peor derrota en una fase final de un Mundial o una Eurocopa, sirvió para que los medios cuestionaran a Jorge Vilda. Un seleccionador, además de director deportivo y asambleísta de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), impune de puertas para dentro e indiferente de puertas para afuera.

Precisamente porque se sabe protegido por Rubiales, tras la goleada recibida Vilda no tuvo ningún rubor en asegurar que "si hay un responsable de la derrota, soy yo". Como si hiciera falta que lo dijera, sobre todo después de escuchar en TVE a Vero Boquete decir que "España se ha equivocado con el planteamiento, durante el partido, los cambios tampoco han mejorado lo que teníamos y no han mejorado porque nos faltan futbolistas que deberían estar en este Mundial y no están, lo cual te condiciona desde el inicio y después en las distintas opciones". "Echamos en falta tanto a Mapi León como a Patri Guijarro", llegó a comentar la veterana futbolista.

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Aunque no es fácil serlo viendo el juego de España ante Japón y teniendo claro que las victorias ante Costa Rica y Zambia no sirven de referencia, siendo positivos, al menos, en octavos espera Suiza, clasificada por delante de Noruega en su grupo tras ganar un partido y empatar dos, mientras las nórdicas cayeron por sorpresa ante Nueva Zelanda y no pasaron del empate contra las helvéticas. Es de suponer que la Selección española mejorará, pues difícilmente pueden jugar peor que el lunes. Aunque todo dependerá del estado anímico de unas jugadoras que, por mucho que se quiera tapar, pero Boquete recordó, vienen de una fractura que en el fútbol masculino nadie duda que le hubiera costado el puesto al entrenador.

Más allá de la capacidad de Jorge Vilda, la cual quedó en evidencia en el partido ante Japón, lo más preocupante es su falta de autoridad, que no poder, de ahí quizás la explicación a errores en la gestión del grupo. En la Eurocopa celebrada en el verano de 2022, las capitanas de la Selección fueron Alexia Putellas, Irene Paredes y Patri Guijarro, aunque la dos veces Balón de Oro, que portaba el brazalete de España desde 2017, no pudo participar al sufrir una grave lesión de rodilla. Es decir, tres jugadoras del FC Barcelona, el gran dominador del fútbol femenino español, con mucha diferencia sobre el segundo, por más que Vilda se haya refugiado en el Real Madrid, cuyas jugadoras precisamente se bajaron de la rebelión puesta en marcha por las capitanas azulgranas.

En aquella cita tampoco estuvo Jenni Hermoso, a quien Vilda dejó fuera de su prelista con la excusa de un esguince. "¿Si podría haber jugado la Eurocopa, aunque no fuera en el primer partido? Sí, mi respuesta es clarísima", dijo la madrileña, quien al conocer la noticia abandonó la Ciudad del Fútbol de Las Rozas en un visto y no visto. Casualmente, y aunque ella no lo quiso confirmar, todo sucedió minutos antes del acto en el que se anunció el histórico acuerdo por el que presuntamente los y las futbolistas de la Selección iban a ganar lo mismo. Un paripé con el que Hermoso no estaba conforme, así lo expuso y le terminó costando no ir a la Eurocopa

Ni Guijarro, ni Paredes, ni Hermoso...

Sin embargo, de cara al Mundial todo ha cambiado. Patri Guijarro está ausente, una de las siete jugadoras, junto a Mapi León, Claudia Pina, Lola Gallardo, Ainhoa Moraza, Nerea Eizagirre y Amaiur Sarriegi, que decidieron anteponer la dignidad a un Mundial y se negaron a enviar un e-mail en el que mostraran su disponibilidad para volver a ser convocadas. Con Irene Paredes habiendo tenido unas duras palabras con Vilda, de ahí que no se incluyera entre las 15 amotinadas, si bien finalmente accedió a volver en abril para disputar los amistosos contra Noruega y China. Sin duda, lo más sorprendente fue ver a Alexia Putellas despojada de la capitanía.

Al igual que su compañera Paredes, la catalana no formaba parte de las 15, aunque les mostró su apoyo de manera tibia pero pública. Sin apenas tiempo para coger la forma después de muchos meses parada, Alexia se incorporó directamente a la prelista y la lista definitiva para el Mundial. Después de todo lo sucedido desde septiembre del año pasado, resulta que en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda el brazalete es cosa de las madridistas Ivana Andrés y Esther González, aunque esta ya ha dejado de pertenecer al Real Madrid, además de la rojiblanca Irene Guerrero.

"Seguimos con las mismas capitanas. Tenemos tres capitanas y también tenemos jugadoras que ejercen liderazgo y ascendencia sobre el vestuario", respondió Vilda, con la valentía de quien se sabe impune, al ser preguntado por este hecho en rueda de prensa. Así, resultó extraño ver a Ivana, Guerrero y Esther ejerciendo como capitanas en los actos con patrocinadores, la visita de la reina Letizia o la despedida a la que acudió el ministro Iceta, en la que Alexia Putellas escenificó su frialdad hacia el seleccionador al negar a aplaudirle cuando fue llamado al escenario.

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Lo cierto es que ninguna de las tres capitanas estuvo en el once inicial contra Japón. Ivana estaba tocada, pero el brazalete fue a parar a Misa Rodríguez, la guardameta del Real Madrid a la que Vilda concedió la indiscutible titularidad, al dejar fuera de la prelista a la azulgrana Sandra Paños, quien, a diferencia de otra portera que muy bien podía haber estado en el Mundial, como es la rojiblanca Lola Gallardo, sí envió el e-mail pidiendo volver a ser convocada. También lo mandó y por eso está en Nueva Zelanda Aitana Bonmatí, protagonista junto a la mencionada Misa de un desaire tras un Real Madrid-Barça como consecuencia del motín de las 15. "Sé que el equipo va a estar más unido que nunca", dijo un cariacontecido Vilda tras el repaso que le dio Japón. Más le vale, pues de desunirlo ya se ha encargado él...