La RFEF sacrifica a Vilda en su lavado de cara y sigue con los delfines de Rubiales dentro

La cascada de cambios prometidos por Pedro Rocha en la Real Federación Española de Fútbol ya ha arrancado. El objetivo no es otro que tratar de limpiar la imagen de un organismo que apuesta por organizar el Mundial de 2030 mientras su presidente está suspendido provisionalmente, su Selección femenina está en pie de guerra y el combinado masculino se pone de lado. Después del esperpéntico y tardío comunicado leído por Álvaro Morata en nombre de la Selección, la primera cabeza servida en bandeja de plata fue la de Jorge Vilda, seleccionador y director deportivo de la Selección femenina campeona del mundo. Todo apunta a que no será el único cambio de renombre en la RFEF... por parte de quienes mantuvieron y protegieron a Luis Rubiales, ahora en el punto de mira.

Jorge Vilda, uno de los muchos que aplaudieron y jalearon con más efusividad los mensajes de Luis Rubiales en la RFEF, fue cesado de sus dos cargos a media tarde. Una destitución radiografiada desde la semana pasada, cuando el sustituto de Rubiales afirmó: "La próxima semana, cuando nos reunamos, os daremos noticias", al ser preguntado por el futuro del entrenador, mientras sí que ratificó a Luis de la Fuente. Ambos enviaron un comunicado condenando los actos de Luis Rubiales después de aplaudirle y de que la FIFA lo suspendiera.

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Sin cuerpo técnico, con decenas de jugadoras rechazando ir convocadas, señalado por las presiones a Jennifer Hermoso y por la falta de mejoras estructurales en la preparación, Vilda se queda sin el medio millón de euros que le había prometido Rubiales. Sin embargo, la RFEF quiso destacar su trabajo al mando de las inferiores españolas y de la absoluta y anunció la medida como "una de las primeras medidas de renovación anunciadas por el presidente Pedro Rocha". En el comunicado, la RFEF catalogó a Vilda de "promotor de los valores del respeto y la deportividad", así como afirmó que deja "un legado deportivo gracias a la implementación de un modelo de juego reconocido y una metodología que ha sido motor de crecimiento para todas las categorías femeninas de la Selección".

El golpe final llegó con el anuncio oficial de Montse Tomé, la mano derecha de Jorge Vilda en la Selección y en las inferiores españolas, como su sustituta. La asturiana, campeona de las categorías Sub 17 y Sub 20 además del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, será la primera mujer en ostentar el cargo y se estrenará en septiembre en la Nations League ante Suecia y Suiza. En la asamblea, aplaudió el discurso de Luis Rubiales y, más tarde, puso su cargo a disposición de la Federación Española para abandonar a Jorge Vilda.

Cambiar para que nada cambie

Pocas horas antes, la RFEF ya había comenzado a mover ficha. La Federación se disculpó ante todo el mundo en un comunicado "por el comportamiento totalmente inaceptable de su máximo representante institucional durante la final y en los momentos posteriores, que no responden en absoluto a los valores del conjunto de la sociedad española, de sus instituciones, de sus representantes, de sus deportistas y de los dirigentes del deporte español". El escrito prosiguió: "El daño causado al fútbol español, al deporte español, a la sociedad española y al conjunto de los valores del futbol y del deporte ha sido enorme".

En esta línea, la RFEF quiso transmitir "al conjunto de la sociedad y al conjunto del fútbol mundial su máximo pesar por lo sucedido, que ha empañado a nuestra Selección, a nuestro fútbol y a nuestra sociedad. Nos sentimos profundamente apenados por el daño causado y por ello, desde esta RFEF, debemos pedir las más sinceras disculpas y adquirir un compromiso firme y absoluto de que hechos como estos no puedan volver a suceder nunca más". Por eso, "la actuación del Sr. Rubiales, tanto en ese momento como en las horas posteriores, no es aceptable bajo ningún concepto. Para que quede claro, esta postura fue la del señor Rubiales, no la de la RFEF", añadieron.

Eso sí, lo más interesante del comunicado llegó al final, cuando la RFEF remarcó: "El conjunto de los presidentes de las federaciones miembros de la Federación española exigieron la inmediata dimisión del presidente y se han comprometido en llevar a cabo una profunda revisión de todas las políticas y procedimientos de la organización". Unos cambios basados en "un conjunto de actuaciones que mejoren la gobernanza de la Federación Española de Fútbol y permita reparar, en la medida de lo posible, el daño causado. La RFEF debe actuar de manera coordinada con el Consejo Superior de Deportes para servir a los intereses generales del deporte español", zanjó el escrito.

Los cerebros en la sombra

En la tarde de ayer, Pedro Rocha se reunió con Víctor Francos, presidente del Consejo Superior de Deportes, y le transmitió los cambios estructurales que prevé realizar la Real Federación Española de Fútbol. El representante del CSD no ocultó su preocupación hace pocos días: "Estoy preocupado. Hace dos semanas estábamos mejor situados para el Mundial 2030 que hoy, pero somos un Gobierno tozudo y estamos en disposición de explicar a la FIFA, la UEFA y al conjunto de federaciones internacionales que el deporte español no es lo que hemos visto estos días, y tampoco el fútbol español".

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Aunque ahora, una vez suspendido por la FIFA y arrinconado por el Gobierno, los presidentes territoriales pidan la dimisión de Luis Rubiales y le suspendan de empleo y sueldo, cabe recordar que el elegido para que "lidere una nueva etapa donde [primen] el diálogo y la reconciliación con todas las instituciones del fútbol" fue Pedro Rocha. El hombre fuerte de Rubiales, junto al secretario general de la Federación, Andreu Camps, y el asesor jurídico externo de la RFEF, Tomás González Cueto. También sigue el mismo equipo de comunicación que ha perpetrado algunos de los comunicados más lamentables del fútbol español en los últimos tiempos.

Sí habrá otros pequeños cambios adelantados por Relevo: Chema Timón dejará de ser director de Gabinete y Elvira Andrés, que llegó a ser vicepresidenta de la propia RFEF en 2020, le sustituirá. Marisa González abandonará la División de Sostenibilidad de la RFEF y formará parte de la División de Igualdad de la Federación. La orden parece pasar por colocar mujeres. ¿Es posible creer en la reestructuración y limpieza de una institución que ha sostenido durante cinco años los escándalos de Rubiales? ¿Una organización que, en su mayoría, no pestañeó cuando Rubiales hizo negocios con un jugador en activo como Piqué en un claro conflicto de intereses? ¿O es que han empezado a cercenar cabezas y a quemar fichas para poder seguir en el poder? Cambiar para que nada cambie.