El monstruo se llama Rudiger: así secó el central del Madrid al mejor '9' del mundo
El alemán tuvo la peor tarea, defender a Erling Haaland. Y lo hizo con una especie de marcaje personal que funcionó a la perfección, porque el noruego apenas tocó el balón
El Real Madrid y el Manchester City dejaron un épico duelo en la noche de la Champions League. Un partido de época, de esos en los que ambos equipos salieron satisfechos por la dificultad de la gesta. Hubo grandes actuaciones en medio de todo ese espectáculo. Y uno de ellos fue Antonio Rüdiger. Al alemán le asignaron la peor tarea posible: defender a Erling Haaland. Aunque su inicio en el Madrid no ha sido el mejor, cumplió a las mil maravillas y frenó al mejor delantero del momento. Apenas se recuerdan intervenciones del astro noruego, que no pudo correr en ningún momento.
Rüdiger ha tenido un difícil comienzo en el Madrid, eclipsado por completo por la pareja Militao-Alaba, indiscutibles ambos para Carlo Ancelotti. Frente al Manchester City había dudas con la ausencia de Militao por acumulación de tarjetas. La afición estaba expectante por saber qué tal supliría al brasileño, y superó por completo las expectativas. Haaland, que hasta el momento lleva 12 goles en ocho partidos en la Liga de Campeones, estuvo desaparecido en el Santiago Bernabéu.
El Madrid fue superior por momentos, como también le pasó al Manchester City. La realidad es que los blancos mostraron su catálogo de recursos, mientras que los ingleses no lo enseñaron todo. No jugaron de farol, pero no hicieron su mejor partido. El Bernabéu impone mucho respeto al rival, algo que no ocurre en ningún otro estadio cuando se habla de Europa. Algunos no querían vivir un déjà vu en la Champions.
Ancelotti no utilizó experimentos
El alemán fue la cara más visible de un Madrid muy fino en defensa. Rüdiger lideró a los blancos más allá del marcaje a Haaland con despejes, coberturas y recuperaciones de balón que aliviaron al equipo cuando más lo necesitaron. No era un día para experimentos, y por eso Ancelotti no tocó el esquema que ha usado en el último mes, con Eduardo Camavinga en el lateral izquierdo.
El Manchester City controló el balón durante media hora en la primera mitad. Pero la posesión fue igual que pasear al perro, no supuso ningún gran peligro para el Madrid, cómodo en su papel. Esperar a los ingleses, y ahogarlos con esas dos líneas de cuatro, fue una táctica tan efectiva como efectista que permitió a Ancelotti no sufrir tanto como el año pasado.
Vinícius se empeñó en demostrar por qué es en la actualidad uno de los mejores jugadores del mundo. Mientras que Rüdiger se encargó del liderazgo en la defensa, el brasileño se echó al equipo a la espalda en ataque. En el gol mostró todos sus trucos: regate, potencia, velocidad, golpeo… Solo le faltaron una varita y una chistera, porque en el Bernabéu hubo mucha magia. Vini es la genialidad hecha futbolista.
Una eliminatoria muy abierta
El gol pareció el preámbulo de la segunda parte de esta película. Al igual que la temporada pasada, el Madrid marcó cuando mejor estaba el City. Si eso ocurre en el Bernabéu, llegan los rayos y los truenos. Así que los blancos aprovecharon el shock de los ingleses para ver si acababan con ellos en el duelo de ida. Pero no fue posible, porque en el fútbol hay más incertidumbre que certezas. Quizá por eso se explique que los ingleses empataran.
Porque el gol del City llegó cuando mejor estaba el Madrid para dejar todo abierto de cara a la vuelta. La eliminatoria está igualada, puesto que no hubo una superioridad aplastante de ninguno de los dos. Y porque hubo más respeto de los ingleses que lo que deberían, si se tiene en cuenta que son el mejor equipo del momento.
Algunos futbolistas han rendido más después del Mundial, mientras que el nivel de otros ha decrecido muchísimo. En el caso de Tchouaméni, no se lo recuerda bien desde que regresó de la Copa del Mundo. Pero con Rüdiger ha ocurrido todo lo contrario. Aunque es difícil quitarle la titularidad a Alaba o Militao, el alemán ha presentado su candidatura a titular en el partido de vuelta, donde el brasileño ya estará disponible. Secar a Haaland no es mala carta de presentación.
El Real Madrid y el Manchester City dejaron un épico duelo en la noche de la Champions League. Un partido de época, de esos en los que ambos equipos salieron satisfechos por la dificultad de la gesta. Hubo grandes actuaciones en medio de todo ese espectáculo. Y uno de ellos fue Antonio Rüdiger. Al alemán le asignaron la peor tarea posible: defender a Erling Haaland. Aunque su inicio en el Madrid no ha sido el mejor, cumplió a las mil maravillas y frenó al mejor delantero del momento. Apenas se recuerdan intervenciones del astro noruego, que no pudo correr en ningún momento.
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