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Un nefasto Real Madrid, con doblete de Morata, le pone la alfombra roja al Atleti en el derbi (3-1)
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el derbi de los fallos defensivos

Un nefasto Real Madrid, con doblete de Morata, le pone la alfombra roja al Atleti en el derbi (3-1)

El derbi es para el Atleti, que castigó el mal inicio del Real Madrid en los dos tiempos. Morata marcó dos goles de cabeza, Griezmann hizo otro y el tanto de Kroos no mejoró al equipo

Foto: Morata celebra un gol ante la desesperación de Bellingham. (Reuters/Isabel Infantes)
Morata celebra un gol ante la desesperación de Bellingham. (Reuters/Isabel Infantes)

El Atleti corta la racha ganadora del Real Madrid en un derbi que se decidió en los primeros minutos de las dos partes con dos goles de Álvaro Morata. El Real Madrid le puso la alfombra roja en el inicio de cada periodo. El sistema defensivo de Ancelotti hizo agua y quedó en evidencia la falta de atención y la inconsistencia. El Atleti venía escarmentado de un duro empate en el minuto 94 contra la Lazio, con el gol del portero en la última jugada del partido. Necesitaba quitarse esta espina y meterse en la Liga. Lo hizo en un derbi que encarriló con el acierto rematador de cabeza de Morata y el drama defensivo de la defensa madridista. No se puede salir a un derbi sin tensión. Lo pagas.

En el Metropolitano, se vio el peor Real Madrid de la temporada. Un equipo débil atrás y sin colmillo arriba. Sin el gol de Bellingham, muy bien vigilado y desactivado por el trabajo colectivo del Atleti, se acabó la fiesta. El Real Madrid no tiene un delantero demoledor. Ha juntado muchos mediapuntas y una gran nómina de centrocampistas, pero con todo esto no le dio para ganar el derbi. Joselu empezó de suplente y no fue decisivo en la segunda parte. El partido se jugó a lo que quiso el Atleti, más consciente de que no podía fallar. Aprovechó los regalos, se hizo fuerte en defensa, ganó duelos y tuvo carácter.

placeholder El árbitro Alberola Rojas saca tarjeta amarilla a Modric. (EFE/Rodrigo Jimenez)
El árbitro Alberola Rojas saca tarjeta amarilla a Modric. (EFE/Rodrigo Jimenez)

El Real Madrid tiene un problema serio en los inicios de los partidos. Sale sin tensión, con falta de concentración y despistado. La relajación defensiva la aprovechó el Atleti con un gol de Morata en el minuto 3. La facilidad del centro de Samuel Lino y el remate de cabeza de Morata son un síntoma de fragilidad defensiva en una acción demasiada cómoda para el equipo rojiblanco. Es el tercer partido consecutivo en la Liga en el que el equipo de Ancelotti entra con pasividad y recibe un gol madrugador. Sucedió contra el Getafe, gol de Borja Mayoral; contra la Real Sociedad, tanto de Barrenetxea, y en el derbi. Morata cogió la espalda de Alaba y atacó el balón con contundencia.

El derbi caía demasiado pronto del lado del Atleti. El gol era gasolina para un equipo más necesitado e intenso. El Real Madrid estaba adaptándose a una estructura de cinco centrocampistas y un delantero. El plan de Ancelotti pasó por juntar a Kroos, Camavinga, Fede Valverde, Modric y Bellingham para tener superioridad en el centro del campo. Sin un delantero centro, le tocaba a Rodrygo ser la punta de lanza. El plan quedó desmontando demasiado pronto. Ancelotti quería un partido largo y se lo cargaron la fragilidad defensiva y el acierto del Atleti.

Gol anulado a Camavinga

El plan de Simeone era ponerle corazón y trabajo. Apareció la efectividad, algo que reclama el Cholo y que le ha penalizado en los partidos contra el Valencia y la Lazio. El Atleti salió enchufado con Koke, Marcos Llorente y Saúl en el centro del campo. Morata y Griezmann arriba camparon a sus anchas en una defensa desordenada. A los 18 minutos se repitieron los errores del Real Madrid y el acierto del Atleti. Otro balón colgado al área lo remató de cabeza Griezmann, picado, al que no llegó Kepa. El francés estaba solo. Un nuevo despiste de la defensa madridista, sin tensión, puso el derbi muy favorable para el Atleti.

Con la ventaja y las facilidades, el Atleti se echó atrás. A la espera de robar un balón y salir a la contra para hacer el tercero. Al Real Madrid le costaba darle profundidad al juego, encontrar espacios y acabar jugadas. Tenía el control, pero no generaba peligro. Saúl pudo marcar el tercero en una acción de contraataque. Su disparo lo sacó Kepa. El Real Madrid siguió con su acoso al área rojiblanca y se metió en el partido con un golazo de Kroos. Un centro desde la banda derecha de Fede Valverde, rechazado por la defensa. El balón llegó a la frontal del área, el alemán recortó a Marcos Llorente y soltó un misil. Ajustado al poste. No llegó Oblak.

El Real Madrid creció y el Atleti empequeñeció. El final de la primera parte tiene dos acciones para la polémica. Un gol anulado al Real Madrid por fuera de juego de Rüdiger. Es lo que interpretó el árbitro Alberola Rojas en un centro de Bellingham que remató Alaba al poste y en el rechace marcó Camavinga. La segunda jugada que dará que hablar es una dura entrada de Giménez a Rodrygo para cortar una contra. El uruguayo barrió al brasileño y vio la cartulina amarilla. Los jugadores del Madrid reclamaron la roja.

El segundo tiempo empezó de la misma manera que el primero. O mejor para el Atleti, que no perdonó la pájara de la defensa. Un centro de Saúl lo remató de cabeza Morata. El delantero del Atleti estaba solo, sin marca. Fusiló a Kepa. La defensa del Real Madrid volvía a naufragar. El Real Madrid había salido con Joselu por Modric y la remontada se ponía más difícil. Simeone metió a Witsel por Koke. El Atleti pudo hacer el cuarto en un remate de Mario Hermoso, tras un saque de esquina. Otro cabezazo. Se fue al larguero. De nuevo, en evidencia la fragilidad defensiva del equipo de Ancelotti.

El Real Madrid necesitaba reaccionar, revulsivos. Ancelotti hizo un triple cambio: Tchouaméni por Camavinga, Nacho por Lucas Vázquez y Mendy por Fran García. El Atleti gestionaba bien el marcador, se hizo sólido, juntó líneas y amenazó con las transiciones. El Real Madrid buscaba cómo llegar e intimidar con centros al área para Joselu, segundas jugadas con disparos desde la frontal. El Atleti sabía sufrir, bien replegado, sin dejar espacios. Obligó al Madrid a buscar disparos desde fuera del área.

La última bala de Ancelotti fue meter a Brahim Díaz por Kroos a falta de 20 minutos. Le dio al malagueño más minutos que en otros partidos. Tuvo un potente disparo en una llegada que desvió Oblak. El Madrid falto de gol, de ocasiones claras, buscaba algo diferente con lo que desbloquear el bloque del Cholo. Le costó un mundo. Enfrente había un Atleti serio, combativo, intenso. No hacía regalos. El derbi acabó con la impotencia de Bellingham. El inglés vio la tarjeta amarilla por una dura entrada a Correa.

El Atleti corta la racha ganadora del Real Madrid en un derbi que se decidió en los primeros minutos de las dos partes con dos goles de Álvaro Morata. El Real Madrid le puso la alfombra roja en el inicio de cada periodo. El sistema defensivo de Ancelotti hizo agua y quedó en evidencia la falta de atención y la inconsistencia. El Atleti venía escarmentado de un duro empate en el minuto 94 contra la Lazio, con el gol del portero en la última jugada del partido. Necesitaba quitarse esta espina y meterse en la Liga. Lo hizo en un derbi que encarriló con el acierto rematador de cabeza de Morata y el drama defensivo de la defensa madridista. No se puede salir a un derbi sin tensión. Lo pagas.

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