Ancelotti, atropellado por las filtraciones de Brasil e indefenso con la calculadora de Florentino

Carlo Ancelotti, desarmado por las lesiones y tenso con los planes de futuro, siente la presión. Le afectan los malos resultados de la selección brasileña y la indiferencia del Real Madrid. Al club le dan igual las filtraciones que llegan desde ese país. No hace nada por desactivarlas. El presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ednaldo Rodrigues, sacó un compromiso al italiano y no da tregua. En Brasil dan por hecho que el italiano será el nuevo seleccionador. Los periodistas brasileños dan fuerza a las filtraciones y Ancelotti no se siente respetado.

Ancelotti se abrió la puerta del banquillo de Brasil la temporada pasada con la duda de su continuidad en el Real Madrid. No ganó ni la Liga ni la Champions y pensó que Florentino buscaría otro impulso. El presidente del Real Madrid, en contra de su manera de actuar, no se calentó con la decisión del cambio en el banquillo, Ancelotti se quedó y el italiano convive con la insistencia de Ednaldo Rodrigues. En Brasil le esperan con los brazos abiertos. El que está, Fernando Diniz, es un entrenador provisional.

El compromiso solo se puede romper si el Real Madrid le ofrece un nuevo contrato. Pero Florentino no lo hace. No bajó el dedo pulgar hacia abajo para ganar tiempo. El presidente del Real Madrid calcula quién es el mejor sucesor del entrenador italiano. Lo que mantiene a Ancelotti son los plazos del Real Madrid para tener más claro, resolver y decidirse por Xabi Alonso, Raúl o Zidane.

Lo que mejor le vendría a Ancelotti para su estabilidad es que Florentino pusiera fin a las informaciones que llegan de Brasil con tanta rotundidad. No lo hace. Para Florentino no es una urgencia ni una prioridad aclarar el futuro del italiano.

El escenario de futuro es incierto y el deportivo no es el mejor para Ancelotti con la cantidad de lesionados que tiene el equipo. La exigencia es la misma y tiene que hacer más con menos, demostrar que no es solo un buen gestor, sino que tiene capacidad para mantener un alto nivel competitivo sin Vinícius, Camavinga y Tchouaméni. Son tres jugadores que estarán ausentes un largo tiempo, sin bien Tchouaméni es el caso menos preocupante. Le toca a Ancelotti reinventarse, dar con la tecla y mantener el pulso competitivo.

Sobreponerse a las bajas

En el tramo que va de agosto hasta este parón de selecciones en noviembre, ha conseguido que el equipo se sobreponga a las importantes bajas de Courtois y Militao. También a la lesión de Vinícius en Vigo contra el Celta, que le tuvo un mes de baja y coincidió con un bajón en la eficacia de Rodrygo. La derrota en el derbi contra el Atleti sentó mal en el club. Ha ido superando los obstáculos, pero no todo el mérito le corresponde a Ancelotti. Se le ha dado más valor al espectacular rendimiento de Bellingham.

El italiano tampoco es ajeno a las filtraciones que salen desde dentro del Real Madrid sobre quiénes son los candidatos que le pueden suplir. Conoce perfectamente las estrategias del club. Pero le gustaría que su trabajo estuviera más reconocido. No tiene un goleador de garantías tras la salida de Benzema. Ancelotti se inventó la posición de falso delantero con Bellingham, aprovecha sus cualidades físicas y técnicas de llegador. Construye un sistema que beneficia al inglés. Le ha salido a pedir de boca. Con una versión insuperable de Bellingham, se han tapado otras carencias, las bajas y los momentos malos de jugadores como Rodrygo.

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Lo más difícil todavía para Ancelotti es que el equipo se sobreponga a las últimas lesiones de futbolistas determinantes. Se queda sin ninguno de sus dos pivotes (Tchouaméni y Camavinga). Pierde dos meses y medio, como mínimo, a un jugador tan desequilibrante como Vinícius y tiene otros jugadores pendientes de tener el alta médica y coger el ritmo competitivo. Su suerte es que Lunin ha respondido tras la lesión de Kepa. Que Brahim Díaz juega poco y cuando sale marca. Que Kroos es fiable y Fede Valverde es de hierro. Necesita al mejor Modric, a Ceballos y no tiene prisa por que arranque Arda Güler.

El calendario hasta el final de año no es feroz, pero, con lo que tiene, no puede fallar ni se le pueden caer más jugadores. En este periodo se tienen que ver más las virtudes del entrenador. La gestión de Ancelotti se mira al detalle en el club para comprobar si hay que seguir confiando en él y ofrecerle la renovación. Este asunto está paralizado.

Las presiones de Brasil generan más debate fuera del club que dentro. El italiano regatea un tema que le incomoda y en sus planes está esperar a que se pronuncie Florentino Pérez. Lo que hace Ancelotti es jugar a dos bandas. Si le falla el Real Madrid, tiene la opción de Brasil. La postura del club con Ancelotti es mirar a muy corto plazo. Que saque adelante al equipo en un momento en el que hay muchas bajas y que esté en la pomada.

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Ancelotti no va a tener refuerzos en el mercado de invierno, algo que no considera el club, y la consigna es mirar a la cantera. Tiene que tirar de Nico Paz, al que ya ha utilizado, y otros jugadores como el mediocentro Mario Martín y el delantero Gonzalo García. Los chavales están para estos casos de emergencia.

El entrenador entra en una etapa de supervivencia, con los deberes hechos en la fase de grupos de la Champions y compitiendo contra un Girona en racha en la Liga. La clave para sobrevivir, según transmite el italiano a los jugadores, es ser más equipo que nunca y conseguir que, desde la solidez, las importantes ausencias no se noten.