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Roberto, hijo del mítico Juanito: "Mi padre era diferente a la etiqueta de problemático"
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Roberto, hijo del mítico Juanito: "Mi padre era diferente a la etiqueta de problemático"

El estilo de Juanito, su manera tan apasionada de competir, su fútbol eléctrico y su personalidad fuera de los terrenos de juego dejaron una huella imborrable que desgrana su hijo Roberto

Foto: Pancarta de homenaje a Juanito en el fondo sur del Bernabéu. (EFE/Ballesteros)
Pancarta de homenaje a Juanito en el fondo sur del Bernabéu. (EFE/Ballesteros)

El fútbol tiene la virtud de santificar y demonizar a los jugadores. Juan Goméz González, conocido como Juanito, es eterno e inolvidable. Puro ADN del Real Madrid, al que se le sigue recordando con el cántico de "illa, illa, illa, Juanito maravilla" en el minuto 7 de cada partido en el estadio Santiago Bernabéu. Juanito es inmortal. El mes de abril se cumplieron 31 años de su fallecimiento en un accidente de tráfico, el 10 de noviembre habría cumplido 69 años y a finales de este mismo mes se han cumplido 47 años de su fichaje por el Real Madrid. "Firmo en blanco", llegó a decir cuando estaba en el Burgos y se enteró de que el Real Madrid estaba interesado en su contratación.

Aquí está el origen del famoso espíritu de Juanito que conlleva fuertes dosis de épica y supone la conquista de una hazaña. Pasó por la cantera del Atleti, recaló en el Burgos, lo quiso fichar el Barcelona y se declaró madridista de corazón. Genio, figura y mito del fútbol que levanta pasiones en el Real Madrid. "Lo más normal es que con el paso de los años y la llegada de nuevos futbolistas, aparezcan otros ídolos. Mi padre es un caso particular. Entiendo que tuvo que llegar mucho al alma. Es bonito. A mí me presentan niños de 6 años que saben quién es mi padre. Ha ido pasando de generación en generación y lo que te hace es sentirte muy querido". El que habla es Roberto, un hijo de Juanito.

Roberto vive en Fuengirola, es madridista hasta la médula, como lo era su padre y llegó a jugar en las categorías inferiores del Real Madrid. "Estuve dos años en el juvenil B y fuimos campeones de Liga. El recuerdo es imborrable. ¡Que me quiten lo bailao! Yo sabía que habría muchas comparaciones con mi padre y ahí iba a salir perdiendo. Fue un orgullo". Roberto pasó después por el Getafe y el Leganés.

Es un futbolero apasionado y muy madridista. De tal palo, tal astilla. Ha vivido desde dentro del fondo sur del Bernabéu la emoción del "illa, illa, illa Juanito maravilla". Imagínense las sensaciones y el impacto que debía sentir Roberto acompañando el cántico de su padre, metido en esa muchedumbre de aficionados y el retumbar en el estadio. "Cuando estaba en la grada, muy poca gente sabía que yo era el hijo de Juanito. Tenía 18 años, era el Real Madrid que entrenaba Valdano, el del cinco a cero al Barcelona, el del debut de Raúl... Ahí el sentimiento se multiplicó. Lo disfruté muchísimo", manifiesta.

Lo cuenta todo en esta charla en El Confidencial. Cómo era la personalidad de su padre, los consejos que daba a sus hijos, su madridismo, el significado del espíritu de Juanito. "El cántico a mi padre en el minuto 7 es emocionante porque no se lo hacen a nadie y lo más lógico es que con el tiempo hubiera desaparecido. Va a más porque el club también le tiene presente en actos y vídeos. La emoción es doble porque todo el mundo se fija en la figura de mi padre", comenta con orgullo.

El espíritu de Juanito

El estilo de Juanito, su manera tan apasionada de competir, su fútbol eléctrico y su personalidad fuera de los terrenos de juego dejaron una huella imborrable que desgrana su hijo Roberto: "El espíritu Juanito ha quedado para apelar a la lucha, a que el equipo no baje los brazos y supere situaciones complicadas. Los que vivieron esa época saben que no era solo por mi padre. Cuando las cosas se ponen feas es bonito que se le recuerde. Mi padre era muy querido, pero también se le etiquetó por dos o tres cosas puntuales y en las salidas de tono".

Esos hechos que afearon su conducta se refieren al pisotón en la cabeza que le dio a Matthäus en Múnich durante la semifinal de la Copa de Europa y el escupitajo a Uli Stielike en un Real Madrid-Neuchatel. "Pidió perdón a los dos y a Matthäus le regaló una muleta y un estoque. Tenía mucho carácter, pero fuera del ámbito futbolístico era un encanto. Simpático y gracioso. Nunca le vi enfadado. Solo me regañó una vez y me estaba guiñando el ojo porque le obligaron. Era una obligación que me regañara. Mi padre era totalmente diferente a la etiqueta de problemático", recuerda.

Foto: Toni Kroos, con el brazalete de capitán, en el partido contra el Granada. (AFP7)

Lo que hacía especial a Juanito era la sintonía que tenía con la gente, la capacidad para ganarse su cariño y si cometía un error, pedir perdón de inmediato. "El consejo que siempre nos daba era que fuéramos buenas personas por encima de todo. Todo el mundo comete errores y la diferencia está en cómo reaccionamos. Mi padre no dejó enemigos en ningún sitio. No tenía ningún problema en pedir perdón", es la enseñanza "ejemplar" que destaca Roberto.

Lo que hacía peculiar al gran Juanito era su carácter y su arrepentimiento, pero por encima de todo el entusiasmo y la vehemencia de jugar con el Real Madrid. Así lo define su hijo: "Era un aficionado del Real Madrid jugando al fútbol. La gente se identificaba con alguien que expresaba en el campo las reacciones que se sienten en la grada. Cuando perdía y cuando ganaba. Los saltos con los que se fue del Bernabéu en el cambio del partido contra el Borussia Moenchengladbach es lo más cercano al sentimiento de un aficionado. Esto no se entrena. Sale solo". Es una de las imágenes icónicas de Juanito. Abandona el césped del Bernabéu en un cambio dando saltos y puñetazos al aire con el fervor de un aficionado. Fue el 11 de diciembre de 1985 en la histórica remontada contra el equipo alemán en los octavos de final de la Copa de la UEFA. Se van a cumplir 38 años. Nadie contagió tanto a la grada como Juanito.

La pregunta del millón para Roberto es quién sería hoy el Juanito del actual Real Madrid. No es fácil de responder, se toma su tiempo, pero encuentra algunas similitudes: "No sé a quién echarle la mochila encima. Me gusta mucho el carácter de Fede Valverde y en este aspecto se podría identificar en el sentimiento. Cuando veo el maltrato que tiene Vinícius, cómo intentan desestabilizarle, me recuerda a él. Yo sé lo que mi padre sufría con la ira de las aficiones rivales y también estoy seguro de que lo disfrutaba. En general hay cosas de diferentes futbolistas, como el golpeo con exterior de Modric, que me recuerdan a él".

Del rendimiento del Real Madrid destaca dos nombres: Ancelotti y Bellingham. Roberto califica al técnico italiano como "el entrenador perfecto para el Real Madrid" y discrepa de los que no valoran sus méritos: "Cuando han venido los problemas ha sabido encontrar soluciones tácticas. Parece como si fuera un muñeco que han puesto ahí y no pinta nada. A veces se le ningunea y es incomprensible porque todo el mérito de sacar adelante a un equipo con tantas bajas es suyo. Lo que está haciendo Bellingham me parece fuera de lo normal. Ni el más optimista de los aficionados, ni el propio Bellingham se esperaba este rendimiento goleador. Es brutal y tiene pinta de marcar una época en el Real Madrid".

Roberto ha dedicado un tiempo para hablar de su padre, del gran Juanito y su Real Madrid. Lo tiene muy presente en la memoria y en los recuerdos materiales: "Guardo todo en mi casa: camisetas, chándal, contratos, las convocatorias de la Selección, cartas, felicitaciones navideñas de Ángel Nieto, Maradona... Mi padre siempre ha sido una persona muy querida. Hay futbolistas que han ganado más que él, pero en el cariño de la gente hay pocos que hayan llegado tanto a que la gente se identifique con él".

El fútbol tiene la virtud de santificar y demonizar a los jugadores. Juan Goméz González, conocido como Juanito, es eterno e inolvidable. Puro ADN del Real Madrid, al que se le sigue recordando con el cántico de "illa, illa, illa, Juanito maravilla" en el minuto 7 de cada partido en el estadio Santiago Bernabéu. Juanito es inmortal. El mes de abril se cumplieron 31 años de su fallecimiento en un accidente de tráfico, el 10 de noviembre habría cumplido 69 años y a finales de este mismo mes se han cumplido 47 años de su fichaje por el Real Madrid. "Firmo en blanco", llegó a decir cuando estaba en el Burgos y se enteró de que el Real Madrid estaba interesado en su contratación.

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