La losa de Mariano, la nefasta comparación con Isco y la culpa que no tiene el Real Madrid

Una nueva lesión retira a Mariano Díaz Mejía de la competición y agrava los problemas de un futbolista que llegó al Sevilla para relanzar su carrera. El delantero hispano-dominicano sufre una tendinopatía en la rodilla, no tiene fecha de regreso y todo indica que hasta el inicio del nuevo año no volverá a estar a disposición del Sevilla. No se sabe ya si será con Diego Alonso, un entrenador incapaz de conseguir una victoria en la Liga y ya lleva seis partidos. El técnico uruguayo está señalado como el peor revulsivo en un banquillo. El fichaje de Mariano tampoco funciona.

No arranca un futbolista que llegó al Sevilla con la necesidad de recuperar los años perdidos en el Real Madrid. En las cinco temporadas en el club blanco, no llegó a los 2.000 minutos de juego (400 por temporada). El rendimiento significó una ruina para un jugador de un coste de 20 millones de euros. No consiguió ganarse la confianza de Zidane. Se sintió ninguneado por el técnico francés tras marcar un gol en el Clásico disputado el 1 de marzo de 2020. El último tanto prepandemia en el viejo Bernabéu. El orden de delanteros para Zizou eran Benzema, Jovic y Mariano. Ni con Ancelotti cambio su situación. Fue de lesión en lesión y cayó de desgracia. El balance de Mariano en los dos últimos años es de 20 partidos y 1 gol.

La culpa de la nefasta situación de Mariano no es del Real Madrid. Hay que imputárselo a un futbolista al que se le dio la gran oportunidad de jugar en un Real Madrid sin Cristiano Ronaldo y falló. Tuvo largos periodos de baja, se buscó una salida para que recuperara ritmo competitivo y se negó. Prefirió acomodarse a un buen contrato en el club blanco y las consecuencias son evidentes: es un profesional que no tiene una condición óptima para la exigencia de la alta competición.

El cambio al Sevilla debía ser un nuevo punto de inflexión, una motivación para reivindicarse y dar un golpe en la mesa. "Me lo tomo como una oportunidad súper importante y tiene que ser un gran año", es el mensaje que trasladó para recuperar el crédito. Han pasado tres meses desde que Mariano llegó al Sevilla, en el último día del mercado, y lleva tres lesiones y ningún gol. Es el drama de un futbolista que, a sus 30 años, deja dudas sobre su estado físico. En el primer mes, solo jugó 25 minutos entre todas las competiciones y contra el Lens se rompió. Sufrió una rotura muscular en el aductor de su pierna izquierda. Otro palo duro en su intento de tener protagonismo.

Le penaliza no haber hecho pretemporada y la larga inactividad de tantos años sin ser competitivo en el Real Madrid. Llegó al Sevilla con solo 155 minutos disputados con el equipo blanco la temporada pasada y sin haber sido capaz de marcar un gol. Se fue libre, sin dejar huella un canterano que regresó al Real Madrid tras ser el tercer máximo goleador de la Ligue 1 con el Olympique de Lyon en 2018 y que estuvo tentado por el Sevilla.

A Mariano le sucedía algo similar a lo de Sergio Ramos, aunque en menor medida. Jugar en el Sevilla era quitarse una espina, estar en un sitio en el que sentía que le querían y en el que poder convertirse en ídolo con sus goles. Puso de su parte para convencer al club, con una considerable rebaja salarial con respecto a lo que ganaba en el Real Madrid. Bastante menos de los 4 millones de euros netos que cobraba en el club blanco. La operación cuadró al Sevilla, entonces entrenador por José Luis Mendilibar, en lo económico y lo deportivo.

Sequía de goles

Mariano podría ser un chollo. Un nuevo caso Isco. Se esperaba que le diera la vuelta a sus problemas físicos y a su apatía en una ciudad y una afición con enorme pasión futbolera. Le toca demostrar que no está acabado, que ha hecho un reseteo mental y ha aprendido de sus errores. Como lo está haciendo Isco en el Betis. Pero a Mariano no le acompaña el físico y sin esto es difícil tener continuidad, reivindicarse y cumplir con las expectativas. El Sevilla está en una mala dinámica de juego y resultados, en una atmósfera de crispación de la masa social con los dirigentes y Mariano anda desaparecido.

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Ha pasado un año y medio de su último gol, en un Cádiz-Real Madrid, un 15 de mayo de 2022. Desde ese día, ya no hay nada interesante en el rendimiento de Mariano. Está en una espiral de lesiones, una larga inactividad en la que no se le ve la chispa y una sequía que tiene decepcionados a los aficionados sevillistas. Víctor Orta, el director deportivo, imaginaba que su fichaje podía dar soluciones tácticas a lo que aportan En-Nesyri y Rafa Mir.

"No somos tontos. Mariano, con sus pros y con sus contras, con sus tres años sin competir, sabe que para él este año es decisivo en su carrera deportiva", manifestó con ilusión el director deportivo en los medios oficiales del club tras cerrar la operación. Había apostado por un jugador en declive, que solo hizo 7 goles en los cinco años en el Real Madrid, pero con la seguridad de que por su orgullo podría tener un rendimiento inmediato.

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Lo mejor de Mariano se quedó en la temporada 2017-18 con los 21 goles y 7 asistencias en el Olympique de Lyon. La sensación de un delantero poderoso, agresivo, fuerte y contundente. Desde que regresó al Real Madrid, cogiendo el dorsal 7 que dejó Cristiano Ronaldo, no levanta cabeza. A Sevilla llegó prometiendo que estaba convencido de que podría alcanzar el nivel del Lyon y la sensación que existe es la de un fiasco.

Mariano ya no se puede permitir más fracasos. Firmó por una temporada, con las mismas condiciones que le puso el Betis a Isco, y no resiste la comparación con el malagueño: 19 partidos, 3 goles, 3 asistencias y Mejor Jugador del Partido (MVP) jornada tras jornada. Mariano e Isco, la cara y la cruz de dos futbolistas que acabaron mal en el Real Madrid y salieron a coste cero. Isco se ha transformado en un valor seguro y el rendimiento de Mariano es una incógnita, una moneda al aire.