El recorte salarial de Isco, la fe de Pellegrini y el sorprendente físico para fichar por el Betis

Isco ha adelgazado su salario y su figura para conseguir fichar por el Betis. El futbolista malagueño se ha salido con la suya en una operación que viene trabajándose desde hace meses. Es uno de los bombazos de este mercado de verano por los riesgos que tiene la apuesta por un futbolista con una larga inactividad y una personalidad conflictiva. Isco se ha pasado al rival de la ciudad. Del Sevilla al Betis, lo que da más morbo a la contratación. Lleva siete meses sin competir, desde 2018 su rendimiento ha ido cuesta abajo, señalado por sus rifirrafes con Solari y un bajísimo estado de forma que le relegó al banquillo y a que el Real Madrid no le hiciera una oferta de renovación. Con todo en contra, Manuel Pellegrini le tiene fe. El chileno está convencido de que puede rescatar su mejor versión.

Isco lleva mucho tiempo llamando a la puerta del Betis, pidiendo que confiaran en él y queriendo volver a juntarse con el entrenador chileno. Tras su mal final en el Real Madrid buscaba un entrenador que le diera confianza y los dos que mejor le conocían eran Pellegrini y Lopetegui. Entre el Betis y el Sevilla salió la segunda opción. Fue una puja en la que Lopetegui puso mucha insistencia y el club tuvo más músculo financiero para llegar a las pretensiones del futbolista malagueño.

El sueldo jugó un papel importante en la decisión de elegir el Sevilla. Isco tenía la prioridad de quedarse en España, jugar en la Liga y rechazó ofertas más altas del extranjero. Firmó un contrato de dos años con una cantidad total de 10 millones de euros netos. Una gran parte de este dinero lo ganaría en variables por partidos jugados, goles y títulos. Pasó de ganar casi 7 millones de euros netos que cobraba en el Real Madrid a una cantidad menor con el propósito de tener, de nuevo, protagonismo.

La prueba médica, clave

La etapa del Sevilla fue breve y conflictiva, con una salida en la que se tuvo que ir tras una discusión, con agresión, con Monchi, como ha reconocido en Marca. Renunció al contrato que le quedaba. Se fue mal, perdiendo dinero y criticado por su falta de compromiso y rendimiento. Tenía que empezar de cero a mitad de temporada, no era fácil y llamó a Pellegrini. El chileno no consiguió que el club creyera en Isco en el mercado de invierno, pero Pellegrini le dio esperanzas. Tenía que dar motivos que garantizaran que era un futbolista recuperado para la alta competición. Isco buscó otro equipo en el que acabar la temporada, apostó por el Unión de Berlín y la operación se vino abajo en el último momento por un cambio en las cifras del contrato.

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Sus esperanzas de poder ir al Betis disminuyeron. Sin jugar, era difícil que Ángel Haro, el presidente, pudiera dar vía libre a una operación que ofrecía dudas. Lo que le quedaba a Isco era trabajar en solitario, machacarse en el gimnasio y estar en una buena condición física. Estaba convencido de que habría alguna posibilidad de ir al Betis y dejó claro que el salario no iba a ser un obstáculo.

La venta de Sergio Canales ha sido clave para que Pellegrini, con el apoyo de Joaquín, convencieran a Ángel Haro de que había que darle la oportunidad. Hablan de un futbolista con experiencia, talento y motivado para reivindicarse. Isco antepuso el desafío de jugar en el Betis y sentirse futbolista al dinero. Ha aceptado el contrato de una sola temporada y un salario de poco más de un millón de euros netos. La firma estaba pendiente de un exhaustivo reconocimiento médico para confirmar su estado físico. Lo pasó sin ningún problema.

Un reto mayúsculo

En los primeros entrenamientos con el Betis se ve a un Isco ágil. Fino, alegre y muy participativo. Su estado de ánimo dice mucho de las ganas que tiene de recuperar el tiempo perdido y el reto de demostrar que puede seguir siendo competitivo. Pero es todavía más importante comprobar que ha llevado un plan riguroso para cuidar su físico en los meses que ha estado sin equipo. Se le ve delgado.

Cuando entre en competición y lleguen los partidos, será el momento de ir analizando qué ritmo tiene, a qué intensidad juega y si tiene nivel para la alta competición. Pero las primeras impresiones y sensaciones con Isco son las de un futbolista hambriento y con un cambio físico que le hacía falta. A sus 31 años, si demuestra que tiene fuerzas, puede seguir siendo diferencial por su talento. Esta es la apuesta de Manuel Pellegrini y Joaquín, que lo conocen bien de su etapa en el Málaga.

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La cotización de Isco ha ido a la baja desde octubre de 2018, según Transfermarkt, la web especializada en el mercado de valores de los futbolistas. De los 90 millones de euros ha caído a solo 5 millones. Es un desplome significativo en términos de cotización que está provocado por el bajón en su rendimiento. La temporada 2017-18 la acabó con 49 partidos y 10 goles. En las cuatro siguientes con el Real Madrid hizo solo 6 goles en total y acabó con 17 partidos en su última temporada como madridista. En muchos encuentros jugó los minutos finales. Era irrelevante, no contaba y en el Sevilla tan solo disputó 19 partidos y marcó un gol. En el Betis tiene que volver a reinventarse y el club hace campaña de la resurrección de un futbolista que tiene magia.