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El mal de Isco: cómo pasar de serlo todo en el Real Madrid y en la Selección a no tener nada
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sin equipo tras salir del Sevilla

El mal de Isco: cómo pasar de serlo todo en el Real Madrid y en la Selección a no tener nada

Los problemas de Isco empiezan desde que Lopetegui fue despedido como seleccionador y después como entrenador del Real Madrid. No ha podido remontar por su mala actitud

Foto: Isco se lleva las manos a la cabeza en un partido del Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)
Isco se lleva las manos a la cabeza en un partido del Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)

Isco se desenganchó del fútbol desde el momento en el que Lopetegui fue despedido de la Selección y del Real Madrid. Entró en una dinámica negativa y autodestructiva. En el Sevilla tenía la oportunidad de volver a demostrar que es un futbolista que marca las diferencias y la salida de Lopetegui, una vez más, le llevó al fracaso. Con 30 años debería estar en su plenitud... pero no tiene equipo. No hay que descartar que su representante, Jorge Mendes, que también trabaja con Lopetegui, lleve al malagueño a Inglaterra. Julen e Isco juntos, de nuevo, en el Wolverhampton.

El mal de Isco está relacionado con una ausencia de compromiso y constancia. El choque con Monchi, que le ha costado su salida del Sevilla por una fuerte discusión, recuerda al enfrentamiento que tuvo con Solari en el Real Madrid. El auge y desplome de Isco se resume en las altas expectativas que generó cuando fichó por el Real Madrid y cómo fue yendo de más a menos por transmitir indiferencia. En sus nueve temporadas, pasó del todo a la nada. De ser el fichaje nacional más caro que hizo Florentino Pérez a terminar el contrato e irse libre. De ser titular en las finales contra la Juventus, en la Duodécima, y el Liverpool, en la Decimotercera, a no jugar ni un solo minuto en la Decimocuarta. La caída ha sido vertiginosa y va de mal en peor tras conocerse los motivos que le han llevado al Sevilla a pactar una salida sin traspaso. De nuevo se habla de la falta de compromiso y un mal estado físico.

placeholder Isco, cabizbajo, pasa por delante de Solari. (EFE/Luis Díez)
Isco, cabizbajo, pasa por delante de Solari. (EFE/Luis Díez)

Las comparaciones, habituales en este deporte, son continuas. Igual que hoy se habla de que Pedri puede ser el nuevo Iniesta, de Isco también se dijo que era el relevo del jugador azulgrana. Por su juego creativo, la facilidad en el regate, la conducción de la pelota, los pases, la visión de juego y el golpeo del balón. La calidad de Isco aguantaba las comparaciones con los mejores futbolistas del mundo. El Mundial de Rusia en 2018 es el final de Isco en la Selección española y coincide con el despido de Lopetegui antes del inicio del torneo y el adiós de Iniesta, tras la eliminación contra Rusia. Isco entró en una cuesta abajo que se agravó meses después con la destitución de Lopetegui como técnico del Real Madrid.

Petición de Zidane

Hubo un tiempo en el que Isco era elogiado, provocaba admiración y se le señalaba como el talento del futuro del fútbol español. Su fichaje por el Real Madrid lo recomendó Zidane, por entonces asesor de Florentino Pérez. "Isco se parece a mí en la técnica", comentó el entrenador francés. Lo que no podía saber es que no había ninguna semejanza con su liderazgo. Zidane, además de talentoso, tenía jerarquía. Isco llegó al Real Madrid en 2013 con el cartel de estrella. Venía de ser la figura de la España sub-21 que ganó la Eurocopa en la final contra Italia y de llegar hasta los cuartos de final de la Champions con el Málaga.

Foto: Laporta, en el acto de despedida de Messi como jugador del Barça. (Efe/Alejandro García)

En el Real Madrid se frotaban las manos con su fichaje. "Quien ame el fútbol, quiere ver a Isco", dijo Carlo Ancelotti en su primera temporada en el banquillo madridista. Ancelotti también dijo que le recordaba a Zidane en la manera de tratar el balón. En sus primeros 100 partidos como entrenador, Isco jugó 89. Era de los más utilizados. Ancelotti confió en él para ser titular en la final de la Copa del Rey que ganó al Barcelona y lo puso de delantero, por la baja de Cristiano Ronaldo, junto con Bale y Benzema. Lo sacó como revulsivo en la final de la Champions en Lisboa contra el Atlético de Madrid.

En sus primeras temporadas en el Real Madrid, en una plantilla donde había mucha competencia, Isco respondió. "Es el próximo jugador más importante que puede tener este país. Tiene que centrarse porque el halago debilita", declaró Casillas sobre Isco en un momento dulce del malagueño. Ancelotti le pidió una evolución en su fútbol. Tenía que ser más polivalente para poder jugar de centrocampista y no solo de mediapunta. Esto requería más sacrificio, más obligaciones defensivas. Isco no le hizo caso.

Un mal carácter

Es uno de los principales problemas futbolísticos que ha tenido Isco y por los que pasó a ser un futbolista irregular y a tener cada vez menos minutos. Ha querido vivir de su calidad y ha descuidado el físico. Pero lo que verdaderamente le genera conflictos es su carácter. Una mala actitud con la que se metió en problemas con Solari y ya no remontó en la segunda etapa de Zidane ni con Ancelotti. Con Sampaoli ha acabado fatal en el Sevilla.

Isco no ha sabido adaptarse a un fútbol más físico y vertical. En el Real Madrid fue perdiendo el puesto con la llegada de los jóvenes, con la energía de Fede Valverde, principalmente. Pero también con la apatía de su juego lento, parsimonioso, al ralentí. Poco útil para los partidos de alto ritmo, intensos, con transiciones y acciones de ida y vuelta.

Foto: Mbappé celebra un gol en la final contra Argentina. (EFE/Ronald Wittek)

La duda que había con Isco es si en las últimas temporadas en el Real Madrid le faltó la confianza del entrenador. Si tiró la toalla o bajó los brazos por culpa de la gestión desde el banquillo, la fama que se generó de conflictivo o por la falta de oportunidades. Si bien es cierto que al Sevilla llegó por petición de Lopetegui y con las dudas de Monchi, la afición le demostró en el día de su presentación, acudiendo en masa al Sánchez Pizjuán, que estaban ilusionados con que volviera ser el mejor Isco. Mientras le duró la confianza, pudieron verse destellos de la versión del jugador creativo. Pero cuando le han pedido sacrificio y compromiso, no se ha querido poner el mono de trabajo. Lopetegui siempre dice que Isco es un jugador que le impresiona. Monchi comenta que es un futbolista que le ha decepcionado.

Isco se desenganchó del fútbol desde el momento en el que Lopetegui fue despedido de la Selección y del Real Madrid. Entró en una dinámica negativa y autodestructiva. En el Sevilla tenía la oportunidad de volver a demostrar que es un futbolista que marca las diferencias y la salida de Lopetegui, una vez más, le llevó al fracaso. Con 30 años debería estar en su plenitud... pero no tiene equipo. No hay que descartar que su representante, Jorge Mendes, que también trabaja con Lopetegui, lleve al malagueño a Inglaterra. Julen e Isco juntos, de nuevo, en el Wolverhampton.

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