La decepción de Solari con Isco para ser suplente en su Real Madrid

El principal problema de la suplencia de Isco es porque desaprovechó la primera oportunidad que le dio Solari en el partido contra el Valladolid en el Bernabéu. En este encuentro -el debut del técnico argentino en casa- Isco fue el primer cambio. Salió, precisamente, por Casemiro para asumir riesgos ofensivos en un encuentro en el que necesitaba más profundidad y acciones de desequilibrio. En un escenario adverso, el entrenador argentino creyó que Isco podría dar un plus de velocidad y claridad al juego en un momento en el que no llegaba el gol. Sacrificó a Casemiro, el mediocentro defensivo, y no quedó convencido con el rendimiento del malagueño. No se mejoró en ninguna faceta. El Valladolid fue todavía más peligroso con Isco y hasta que no entró Vinicius y tuvo esa acción de fortuna no llegó el gol que encarriló el triunfo. Isco resultó irrelevante.

En Balaídos se produjo una situación similar con Casemiro, aunque en esta ocasión el brasileño tuviera que ser sustituido por lesión y no por una decisión táctica como el día del Valladolid. Solari miró al banquillo y en un contratiempo la decisión fue apostar por Ceballos -primer cambio- para jugar con Kroos y Modric. Confirmó la desconfianza, por diferentes motivos, que produce Isco al nuevo cuerpo técnico. Ceballos salió en el minuto 18 y completó un buen partido con un golazo -el cuarto- para cerrar la goleada en el minuto 91. Isco se quedó en el banquillo y ni si quiera tuvo la ocasión de ser el tercer cambio cuando se lesionó Nacho -minuto 71 y con 0-2- porque Solari eligió antes a Marco Asensio.

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El problema de Isco ha sido que desaprovechó su oportunidad en el segundo encuentro de Solari cuando le dio la ocasión de ser el primer revulsivo contra el Valladolid. Las sospechas que tenía el cuerpo técnico se confirmaron ese día. No ven físicamente bien al malagueño. Está más lento y con menos frescura y se achaca a una mala recuperación después de que Lopetegui precipitara su regreso tras la operación de apendicitis aguda. Isco no cumplió los plazos marcados por los médicos y reapareció en la derrota ante el Levante después de que el Madrid llevara una racha de cuatro partidos sin ganar -Sevilla, Atlético de Madrid, CSKA de Moscú y Alavés-. No sirvió de nada porque se produjo esa quinta derrota consecutiva. Lopetegui necesitaba a Isco para que llegara rodado al Camp Nou y salvar su cabeza. Era el día del ultimátum para el técnico vasco.

No encaja en el sistema Solari

Solari y Antonio Pintus -preparador físico- han parado al malagueño con el fin de que recupere un mejor tono físico y ofrezca sensaciones más convincentes. Tuvo descanso en el debut copero en Melilla, fue el primer cambio en el estreno liguero ante el Valladolid. Tuvo unos minutos ante el Viktoria Plzen cuando el marcador ya era de 0-5 y salió para dar refresco al alemán Kroos. Pero en Vigo -examen más exigente para Solari, de momento- no jugó nada porque a Isco no le ven con piernas y las frescura para ajustarse al sistema más vertical y de mayor velocidad en las transiciones que propone el entrenador. Con Solari hay que ir -por lo que exige- como aviones.

Solari no ha puesto la cruz ni nada parecido a Isco. Simplemente ha sufrido una decepción en un momento en el que el técnico se está jugando su continuidad y quiere dar pasos en firme. Solari elogió a Isco después de la goleada en Vigo para decir que es un jugador fantástico y tendrá sus oportunidades. Justificó que no jugó ni un minuto porque los cambios estuvieron condicionados por las lesiones de Casemiro, Reguilón y Nacho. Volverá a tener una nueva oportunidad, pero para ello tiene que mejorar su estado físico y de ánimo porque es uno de los más afectados por el despido de Lopetegui.