La bola de cristal de la F1 en 2023: el reino de Max Verstappen y los desafíos para Alonso y Sainz

¿Es Max Verstappen un genio de la Fórmula 1, de esos que se cuentan con los dedos de una mano? ¿Será 2023 el tercer año de la 'era Verstappen' en simbiosis con un equipo tan iconoclasta y rebelde, como brillante y osado? A escasos meses de comenzar la nueva temporada de la F1, es el momento de anticipar una predicción de qué se puede esperar del curso 2023, en el que todo puede pasar en la mejor competición del mundo del motor.

Que el equipo intratable desde 2014, Mercedes, se estrellara el pasado año contra la pared, ayuda para poner las manos por delante: los pronósticos en la Fórmula 1 son tan delicados como las uñas de Kim Kardashian, máxime cuando todavía ningún monoplaza ha puesto una rueda en la pista. La cura de humildad del equipo alemán y la decepción de Ferrari espolearán a ambos equipos, conscientes de nuevo de que los campeonatos también se ganan o pierden en los despachos. A partir de aquí...

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Javier Rubio

"El próximo año también habrá lío con el tope presupuestario", nos cuenta un conocedor íntimo de las entrañas de la Fórmula 1, convencido de que algunos equipos de arriba han vuelto a tensar la cuerda con los números y la pasta en 2022. A más ingeniería financiera, más dinero para el desarrollo de un monoplaza. Como Red Bull en 2021, con un desfase que contribuiría al título de aquel año y, en paralelo, a la concepción del coche con el que arrasó en la nueva era de la Fórmula 1 iniciada en 2022. Cuando la FIA supervise el ejercicio de esta temporada, podrían explotar más fuegos artificiales, te cuentan.

De momento, el equipo austríaco andará con una piedra atada a su pierna en 2023 por la reciente sanción de la FIA, que le reduce un 10 por ciento las horas de túnel de viento y simulación con respecto a sus rivales, a añadir a las ya perdidas con el sistema establecido en 2021, por el que se fija una tabla en la que el ganador es quien menos horas dispone sobre un porcentaje base. La sanción de la FIA limitará considerablemente la capacidad de evolución del RB19 durante la próxima temporada. El efecto de ellos será la gran la incógnita, pero Red Bull siempre suele revolverse osadamente ante cualquier desafío.

¿Qué otros elementos revuelven los pronósticos? La FIA introdujo para 2023 una directiva técnica para limitar, más si cabe, el 'efecto rebote' de la nueva generación de monoplazas. Su aplicación altera determinados parámetros aerodinámicos y de suspensiones de las máquinas actuales, con la duda de su alcance sobre el concepto básico de cada monoplaza. Carlos Sainz aventura que, de media, costará a cada coche medio segundo. Los ingenieros recuperarán unas dos décimas este invierno, presumiblemente. Alguno, quizás, empiece con palos en las ruedas.

Otro factor será la corrección de tiro que cada equipo lleve a cabo con la primera interpretación de los nuevos 'wing car'. Mercedes falló con su filosofía aerodinámica, única en la parrilla en 2022, y no se espera otro gatillazo de su parte. Desde Aston Martin ya han avisado de que Fernando Alonso tendrá un coche radicalmente distinto al AMR22 de Vettel y Stroll. McLaren también pinchó con el suyo. De Ferrari se espera un ajuste fino de sus problemas en 2022. Se apunta así hacia una convergencia con las soluciones que mejor han funcionado en 2022. ¿Cómo se configurará, entonces, el arranque de la próxima temporada? Lo dicho, las entrañas de la bola de cristal están aún borrosas.

Ayrton Senna con McLaren, Michael Schumacher con Ferrari, Lewis Hamilton con Mercedes… Todos entraron en trance deportivo con sus respectivos equipos para marcar una época de la Fórmula 1. ¿Se encuentra Max Verstappen en semejante posición? Lo parece. Según Christian Horner, el equipo austríaco cuajó la mejor temporada de su historia, con un monoplaza aplastante en numerosas ocasiones. El talento único de Verstappen disfruta aún de juventud, pero ya con gran experiencia. Además reina implacablemente en Red Bull, como bien sabe Checo Pérez, consciente de cuál es su destino. Tema aparte es que lo acepte en 2023. Verstappen está en estado de 'flow' personal, en simbiosis con la máquina competitiva brutal, ágil y determinada, que es su equipo. Cabe aventurar que Verstappen está en camino de emular a aquellos ejemplos mencionados. Pero sin olvidar la piedra en la pierna.

El momento de Sainz y Alonso

¿Alguien podrá destronar al binomio que ha triturado a sus rivales en 2022? El tiempo dirá si Ferrari ha despertado sus demonios históricos al defenestrar a Mattia Binotto. Fred Vasseur aterriza en enero y, mientras explora Maranello, cruzará sus dedos para que dé frutos el trabajo técnico realizado bajo las órdenes de Binotto con el futuro 675. Porque, además, Ferrari tiene varias manchas que limpiar en su chaqueta: rendimiento de neumáticos, la fiabilidad que limitaba las prestaciones de su motor, operatividad en pista... Todo bajo la presión de un entorno que alimenta un contexto siempre asfixiante.

Carlos Sainz afrontará un doble desafío: arrastrar su recuperación de la segunda parte del campeonato a 2023 y luchar contra los molinos italianos de una opinión pública que parece dirigida hacia su subordinación respecto al monegasco. Para Sainz, la presión será letal desde su primera sesión de temporada. Si el año pasado resultó el más duro de su carrera, 2023 puede elevar aún más el listón. El español debe complicar la vida a Vasseur, porque supera al monegasco en varios apartados, aunque a una vuelta deberá recortar esa décima que los sábados le ha separado de su compañero durante buena parte de la temporada. El duelo interno en Ferrari será apasionante. Pero la presión no será menor para Charles Leclerc, que ya comienza a dar muestras de ansiedad ante el reinado de Verstappen.

Fernando Alonso saltará el campo enormemente revitalizado. Por si no lo estaba ya, a pesar del fiasco con Alpine en 2022. Aston Martin suministrará oxígeno adicional a quien cuenta con una pila de hidrógeno como motivación: ahora se sabe protagonista en un equipo que le necesita y le mimará. En 2022, se ha reivindicado en su afán de haber alcanzado un rendimiento equivalente al de sus mejores años de la década pasada. Disfrutará de otra nueva oportunidad para ese ejercicio que tanto gusta: sacar al monoplaza que pilota de su posición natural, es decir, poner en valor su aportación personal.

No supone riesgo aventurar que Alonso será incluso mejor piloto en 2023 en áreas específicas que otros soñarían. Volverán los resultados inesperados a cargo de un piloto único por su enfoque y personalidad en la historia de la Fórmula 1. Asegurado. Y si Aston Martin acertara con el AMR23…

Mercedes volverá a ganar. La bola de cristal aquí no fallará. Que nadie descarte otro título. Su engrasada maquinaria interna ha logrado un extraordinario impulso con el sufrimiento y el golpe al orgullo de 2022. Cuenta con un liderazgo técnico extraordinario y una enorme influencia política en la Fórmula 1. Y quizás, la dupla más completa de pilotos. Pero si George Russell comienza a batir regularmente a Lewis Hamilton... En 2022, el W13 no les permitía aspirar al título. Si el W14 les hace ganadores, habrá tortas entre ellos.

En McLaren necesitan revertir su tendencia desde la marcha de Carlos Sainz. Han perdido un puesto en la clasificación general cada año. En parte, por los puntos esperados pero no aportados por Daniel Ricciardo, además de un monoplaza también errado en 2022. Alex Palou vigila desde la barrera el rendimiento de sus pilotos, con la novedad e incertidumbre de esa estrella en ciernes que podría ser Oscar Piastri, pero Lando Norris brillará a poco que le den armas.

Alpine necesitará confirmar la vocación hacia la Fórmula 1 del Grupo Renault, porque cuenta con boletos para ser superado por uno o dos equipos de la parrilla en la próxima temporada. Con el resto, de arriba abajo, ojalá el marco presupuestario y técnico de estos dos últimos años permita cerrar la horquilla entre la aristocracia, clase media y proletariado. Por pedir, que no quede. Y, recuerden, todo parecido con la realidad es pura casualidad.