Por qué Ferrari apuesta por un 'extraño' como Fred Vasseur y cómo le influye a Carlos Sainz

"Fred es el tipo más inteligente que he conocido. Es un tipo listo y la Fórmula 1 no le atrae por lo que podría hacer por su imagen, sino que solo le interesa la competición. No los beneficios secundarios. Pero estoy seguro de que algún día la Formula 1 verá que puede atraer a alguien así. No es él quien vendrá a buscar la Fórmula 1, es la Fórmula 1 la que irá a por él". Toto Wolff, una de las figuras más inteligentes en el paddock, ya supo en su día evaluar la capacidad de Frederic Vasseur. Su pronóstico era de 2015. Acertó. A partir del 1 de enero de 2023, el francés dirigirá Ferrari.

En la Fórmula 1 está en marcha el baile de las sillas, confirmando ese proceso habitual para las grandes noticias en este mundo: durante meses, y como una fuerte corriente subterránea, se están larvando acontecimientos de alcance ajenos a los ojos de la opinión pública. En este caso, se remontarían al verano, y no solo afectarían al propio Vasseur. Efectivamente, fue la Fórmula 1 la que acudió a su búsqueda en 2016, primero con Renault, para terminar al frente del equipo más carismático y complejo del campeonato. ¿Por qué Ferrari ha fichado a Vasseur? ¿Cómo podría afectar su llegada a Carlos Sainz, que ha perdido a su gran valedor en Ferrari?

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Para empezar, a Vasseur le distingue un rasgo respecto a sus predecesores en Maranello: no es italiano. Desde la marcha de Jean Todt en 2007, todos los responsables de Ferrari vivían la cultura de la escuadra y de la sociedad, y ascendían dentro de su estructura o de su entorno. Así, Stefano Domenicali, fugazmente Marco Mattiacci, Mauricio Arrivabene y, por último, Mattia Binotto. La decisión de acudir a un 'extraño' quizás busque recurrir al esquema del foráneo ajeno a esa cultura corporativa y, por tanto, con la perspectiva para ejercer profundos cambios. Así Jean Todt, quien además creó una coraza frente a las injerencias de la cúpula, en este caso Luca de Montezemolo, cuando con Michael Schumacher importó un potente equipo de figuras técnicas que fueron blindadas. Un esquema este que no es el de Vasseur, que llega casi solo.

De gesto adusto, pero con un particular sentido de humor, directo y con más calidez de puertas para adentro de lo que parece según quienes han trabajado con él, Vasseur tendrá que sumergirse en la estructura de Ferrari para conocer el paño y tomar las decisiones que considere. En este sentido, quizás Vasseur represente una situación intermedia entre un Jean Todt y sus predecesores italianos. Desde Ferrari habrán calibrado la capacidad del francés durante estos años al frente de un equipo satélite de Maranello, Alfa Romeo, antes Sauber. Es famosa si decisión minutos después de llegar al equipo suizo, cuando descartó los motores Honda, a punto de ser montados en sus monoplazas. Poco después, se llegaría al acuerdo con Ferrari, vistiendo con los colores de una marca del grupo al equipo de Hinwill. Desde entonces, la cúpula de Ferrari ha podido monitorizar de cerca de Vasseur.

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No cabe duda de que Wolff acertó. Porque su trayectoria profesional avala su capacidad, al margen de su desempeño futuro en un entorno tan singular como es Ferrari. Vasseur creó y dirigió una estructura exitosa de equipos propios con el sello de ART en la pirámide hacia la Fórmula 1. En GP2, el paso por su equipo era obligado para quien quería ganar el título y dar el salto: Los Hamilton, Rosberg, Vandoorne y Leclerc son muestra de ello. El propio Vasseur se planteó dar el salto a la Fórmula 1 con su propio equipo cuando los organizadores abrieron la mano. Caterham, Hispania… Prueba de su inteligencia es que Vasseur interpretó que la decisión supondría un paso en falso para su estructura y tuvo el valor de no dejarse llevar por los cantos de sirena. Acertó.

Entonces, la Fórmula 1 fue a buscarle, y no al revés. Renault y Cyril Abiteobul pusieron en sus manos el equipo Renault. Quizás, no tanto, porque Vasseur solo duró un año. Quien estaba habituado a ganar y bajo sus propios métodos, no lo vio claro. También acertó. "No quería decir que Renault no fuera bueno. Pero tuve algunos problemas para adaptarme al sistema, así que es mucho mejor para mí irme y parar porque tengo otros proyectos en mi vida. Y paré", argumentó en su momento. Seis meses después, en 2018, estaba al frente de Sauber. Sus contactos con McLaren, que ya mostraba la patita internamente para abandonar Honda, y problemas técnicos con el motor y la caja de cambios, le hicieron decidir en una hora. Comenzó su relación indirecta con Ferrari.

¿Cómo afectará a Carlos Sainz la marcha de quien le fichó y apoyó, y la llegada de alguien que ha tenido a Charles Leclerc en su estructura antes de la Fórmula 1, y durante la temporada de debut del monegasco en Alfa Romeo? También es prematura la respuesta. De momento, Sainz tendrá que demostrar con el pie y el volante que cualquier favoritismo, a priori, es eliminado con el crono y el rendimiento.

Sin embargo, los medios periodísticos en Italia que han recibido las filtraciones desde la cúpula de Ferrari sobre la marcha de Binotto y la llegada de Vasseur, como finalmente así se ha ocurrido, han insistido recurrentemente en la premisa de la necesaria subordinación de Sainz como esquema y política para luchar por los títulos. Si se trata de una condición de esa cúpula a Vasseur es, de momento, pura especulación, pero en Italia es el marco que están creando los medios para la opinión públicos. Y el monegasco es gestionado por Nicolas Todt, que ha sido socio de Vasseur en el pasado en otros negocios. Sin duda, Carlos Sainz debe pisar a fondo desde el primer minuto. Pero su valedor ya no está.