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Cuando Alonso pedía "igualdad de motores" o el gran peligro que amenaza el futuro de Fórmula 1
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¿SISTEMAS DE COMPENSACIÓN DE RENDIMIENTO?

Cuando Alonso pedía "igualdad de motores" o el gran peligro que amenaza el futuro de Fórmula 1

A diferencia de otros campeonatos, la Fórmula 1 no cuenta con sistemas de corrección que permitan igualar prestaciones y evitar monopolios de resultados que arruinen el interés y la emoción

Foto: Red Bull va camino de monopolizar la Fórmula 1 por tercer año consecutivo. (DPPI/AFP7/Paulo Maria)
Red Bull va camino de monopolizar la Fórmula 1 por tercer año consecutivo. (DPPI/AFP7/Paulo Maria)

Mundial de Resistencia 2024: dos carreras, dos ganadores de pole y carrera distintos en otras tantas pruebas. Formula E: cinco pilotos distintos han logrado poles y siete han ganado en las ocho pruebas celebradas hasta el momento. Formula 1: cuatro victorias de Max Verstappen y cinco poles en cinco carreras. Viniendo de 2023, con un botín en 20 victorias para Red Bull, con 18 para Max Verstappen.

Nada a punta a lo contrario en 2024 con Red Bull y Max Verstappen. ¿Por qué semejante desequilibrio en los tres campeonatos más importantes de circuitos de la Federación Internacional? Los dos primeros cuentan con factores de compensación. ¿Por qué no un sistema propio para la Fórmula 1? Espóiler: es un tema tabú que desatará rayos y truenos sobre quien ose proponer semejante herejía a ojos de sus protagonistas.

Cuando en una rueda de prensa de 2017 preguntaban a Hamilton, Ricciardo, Vettel y Alonso sus deseos ante la llegada de Liberty, los tres primeros elegían localizaciones para futuros grandes premios. Siguiendo las bromas, Alonso respondió: "motores iguales para todos". Eran los tiempos de McLaren y Honda. Hoy, los motores son prácticamente iguales y, sin embargo…

¿Una compensación de rendimiento en la Fórmula 1?

En la actualidad, el Mundial de Resistencia (y 24 Horas de Le Mans) cuenta con nueve fabricantes oficiales, incluyendo a Ferrari, de vuelta en 2023 tras 50 años. Aston Martin llegará en 2026 y serán diez, con dos o tres coches por equipo para entonces.

En el WEC conviven dos plataformas de chasis, distintas motorizaciones de cada fabricante, sistemas híbridos, de tracción total, carrocerías de aerodinámica variadas… Semejante mezcla solo puede convivir —y competir— con un sistema de equilibrado de prestaciones para homogeneizar el rendimiento de las diferentes monturas, salvando, eso sí, sus respectivos niveles de rendimiento operativo y la habilidad de sus pilotos. Este sistema es conocido como BOP (Balance of Perfomance).

La FIA y el ACO (organizador de las 24 Horas) monitorizan valores como la potencia máxima, la energía máxima por vuelta y relevo, la altura del coche, el turbo, velocidad de entrega de energía eléctrica... Basándose en complejos cálculos comparativos, establece un BOP de compensación a través de la alteración del peso y la potencia que se establece antes de cada carrera. Los fabricantes deben aceptar y… Callar. El reglamento prohíbe a equipos y pilotos discutir públicamente sobre el BOP.

Segundo espóiler. ¿Es posible su aplicación en la Fórmula 1? Para empezar, en el WEC se limita ya de partida la evolución aerodinámica con un reglamento muy restrictivo en este apartado. Solo cabría una modificación similar a una alteración de las cifras de potencia de los monoplazas, o de añadir lastre a su peso según el resultado de carreras precedentes. La sola mención de esta posibilidad alzaría en armas a sus protagonistas.

Hardware, pero no aerodinámica

La Formula E cuenta con baterías y chasis idénticos para todos los fabricantes y equipos. Si en la Fórmula 1 la evolución aerodinámica es uno de los factores fundamentales de rendimiento, en aquel lo es el software de los sistemas que gestionan la unidad de potencia y elementos, un apartado este libre y donde la convergencia es relativamente más sencilla.

Sin costes estratosféricos en este apartado como con la aerodinámica en la Fórmula 1, la extrema competitividad de este campeonato favorece más alternativas de rendimiento según el tipo de circuito y, en consecuencia, una mayor incertidumbre y dispersión de ganadores entre sus protagonistas, la tónica de las últimas temporadas.

Este mismo año, el CEO de la Fórmula E, Jeff Dodds, prometió 250.000 dólares a una ONG a elección de ganador si era otro el piloto distinto a Max Verstappen si el neerlandés no ganaba el título.

Una realidad testaruda

La Fórmula 1 presume de su condición de pináculo del automovilismo, basada en su elevadísima sofisticación tecnológica. Reino de la meritocracia pura y dura en todas las áreas, cada equipo crea su propia y más sofisticada máquina de competición en un entorno brutalmente competitivo donde no se aceptan sistemas que artificialmente distorsionen dicha naturaleza. Solo cabe recordar, por ejemplo, la polémica que surge cada vez que se proponían las parrillas invertidas para las carreras esprint.

"Creo que no es justo, no lo sería porque no podemos ser vistos como parte de la manipulación. No imagino este tipo de enfoque", explicaba a finales del pasado año Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, cuando se le planteaba la posibilidad de aplicar un sistema de compensación con el WEC como ejemplo. Para el italiano sería la estabilidad normativa la que proporcionaría la convergencia de rendimiento entre los equipos.

"Creo que ahora es el enfoque correcto, también porque las reglas se cambiaron no hace muchos años", afirmó. Los méritos de Red Bull y la realidad, sin embargo, es testaruda. El equipo austríaco y Max Verstappen serán campeones un año más salvo milagro. Excelencia y la meritocracia, sí, pero cuál será la dinámica de las audiencias globales si 2024 se convierte en una repetición de la pasada temporada.

Ya se aplican sistemas 'artificiales'

Liberty ha brillado para ampliarlas con su política en redes sociales y la serie Drive to Survive como algunas de esas herramientas. Sin embargo, la cosecha podría arruinarse a medio y largo plazo de mantenerse semejante tendencia. Meritocracia y excelencia, desde luego, pero la emoción e incertidumbre no pueden faltar en cualquier espectáculo, más si son atributos consustanciales a las carreras automovilísticas.

Foto: Adrian Newey confirma su marcha de Red Bull. (Antonin Vincent/DPPI/AFP7)

DRS para compensar adelantamientos, neumáticos degradables y programados para alterar el ritmo de la carrera y evitar así las procesiones, aerodinámica móvil para compensar las características de las nuevas unidades de potencia de 2026, carreras esprint para ofrecer más acción y movimiento en pista… La Fórmula 1 ya acude a distintos sistemas 'artificiales' para compensar algunas de sus carencias.

Una disciplina que tantas veces exhibe su inteligencia, competitividad y creatividad... ¿No puede inventar un sistema para evitar que hasta las ovejas no quieran apagar el televisor?

Mundial de Resistencia 2024: dos carreras, dos ganadores de pole y carrera distintos en otras tantas pruebas. Formula E: cinco pilotos distintos han logrado poles y siete han ganado en las ocho pruebas celebradas hasta el momento. Formula 1: cuatro victorias de Max Verstappen y cinco poles en cinco carreras. Viniendo de 2023, con un botín en 20 victorias para Red Bull, con 18 para Max Verstappen.

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