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A MotoGP le irá mejor como cola de léon de la Fórmula 1 que de solitaria cabeza de ratón
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UNA OPORTUNIDAD HISTÓRICA

A MotoGP le irá mejor como cola de léon de la Fórmula 1 que de solitaria cabeza de ratón

La compra de Dorna por parte de Liberty Media está pendiente aun de ser aprobada por las autoridades, pero representa una oportunidad única para triunfar a nivel global

Foto: Carrera de MotoGP del pasado GP de Portugal. (Studio Milagro/DPPIAFP7)
Carrera de MotoGP del pasado GP de Portugal. (Studio Milagro/DPPIAFP7)

Era un rumor que rondaba por el paddock de MotoGP desde hacía tiempo y que, en las últimas semanas, fue tomando cada vez más fuerza. La particular situación que vive Dorna como promotor y el motociclismo sobre asfalto como deporte, hace del todo lógica esta adquisición: la Fórmula 1 se hace con el negocio de las motos.

Pero Liberty Media no va a tener fácil replicar su éxito de los coches con las motos. O quizá tampoco lo que pretende sea hacer un caso de éxito independiente, sino más bien, un complemento de su joya de la corona particular como es la Fórmula 1.

El comunicado oficial de la adquisición de la multinacional norteamericana al promotor español contiene un aviso de estar aún sujeto a la autorización de las autoridades competentes. No hay que olvidar que, en 2006, el fondo de inversión CVC se tuvo que desprender de su participación en Dorna, porque las autoridades antimonopolio europeas impedían que la Fórmula 1 y MotoGP estuvieran en manos de la misma propietaria. La situación hoy en día podría ser distinta. Los derechos de televisión en abierto, en aquella época, eran la clave pero, en la actualidad, la difusión va por derroteros más diversos y amplios.

Han cambiado mucho las cosas desde entonces a casi todos los niveles. Bernie Ecclestone veía cómo se le iba al garete un gigantesco pelotazo con su venta de la Fórmula 1 a CVC porque, o Dorna accedía a ser vendida, o no había acuerdo. Y el tiempo apremiaba para que el magnate británico no perdiera aquel tren.

John Hogan, el poderoso factótum de Marlboro, el patrocinador más importante de ambas categorías, intercedió y le dijo a Ecclestone: "Bernie, habla con Carmelo". Y gracias a aquella conversación, Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, se salió del fondo de inversión, provocando un agradecimiento eterno por parte de Ecclestone.

El propio Ecclestone, que siempre había tenido en muy alta estima a Ezpeleta, no se cruzó de brazos y ayudó en lo que pudo a Dorna a encontrar un nuevo comprador. De ese modo, que hoy el accionariado de la empresa española se compone del fondo de inversión británico Bridgepoint (39%), el fondo canadiense de pensiones CPPIB (31%) y el resto repartido entre pequeños inversores, empleados de la empresa, la familia Ezpeleta y Enrique Aldama, que es el otro socio principal de la compañía.

Una posible gran oportunidad

La participación de Liberty, en el caso de que sea aprobada la compra por parte de los organismos reguladores, será del 86 por ciento. Aunque la idea es que la actual estructura directiva de Dorna permanezca, es obvio que van a cambiar muchas cosas.

Bridgepoint y el fondo de pensiones canadiense no se inmiscuían lo más mínimo en la gestión de su activo, pero Liberty Media no es un fondo de inversión, sino una empresa cuyo core es el entretenimiento y los medios de comunicación. Pero esto, lejos de ser un problema para los directivos, empleados y accionistas que se queden en Dorna, puede ser una excelente oportunidad.

Desafortunadamente, Dorna desde 2016 viene perdiendo muchos trenes. El campeonato se ha quedado anclado en un modelo de gestión adecuado hace una década, pero con el cambio radical de las vías de difusión y seguimiento de los deportes, se ha quedado obsoleto. Son justo todas las teclas que Liberty ha tocado y que han catapultado a la Fórmula 1 al estrellato global que ocupa ahora mismo.

Siempre fue fuerte la F1 en la era Ecclestone, pero después de unos cuantos errores al comienzo de su gestión, Liberty ha hecho crecer de forma exponencial el deporte y, lo más importante, ha abierto nichos hasta entonces vedados como son el público más joven y a la clientela de Estados Unidos.

Pero siendo justos, todos los trenes que ha perdido Dorna probablemente no tengan tanto que ver con incompetencia de sus directivos, sino con la circunstancia de que su propietario es un fondo de inversión. Cuando eres una empresa como Liberty Media, quieres ganar dinero, pero también puedes adoptar un planteamiento más estratégico a largo plazo.

No es el caso de las empresas que lo que buscan es maximizar lo antes posible su inversión. Eso explica que Liberty, por ejemplo, haya renunciado a lucrativos contratos de difusión televisiva exclusiva a cambio de opciones que le permitan tener más pegada global. Bridgepoint quería plusvalías inmediatas, no planes a futuro.

Cuando Liberty compró la Fórmula 1 a Bernie Ecclestone, le costó mucho tiempo que la máquina empezara a carburar. Cuando el panorama de difusión mediática ha cambiado en apenas cinco años más que en los anteriores cincuenta, era necesario tener valentía. A base de unas cuantas meteduras de pata y mucho método prueba-error, empezaron a navegar con el viento a favor.

Gracias a esa búsqueda de nuevos espacios, llegó la serie de Netflix Drive to Survive, o la permisividad a pilotos y equipos de emitir imágenes desde dentro del paddock. Antítesis ambas del modelo Ecclestone o el actual de Dorna.

Pero el principal problema de Liberty con el motociclismo no va a ser adaptar sus modelos de éxito de la Fórmula 1 al mundo de las dos ruedas. Va a ser romper el cascarón de un deporte excesivamente focalizado en dos países como son España e Italia.

Es muy difícil lograr un seguimiento global en cualquier deporte sin un abanico amplio de nacionalidades detrás. Solo se puede captar al aficionado a los deportes generalistas de cualquier país cuando le ofreces un gancho con un héroe local. Romper el techo del seguimiento más allá de los muy fanáticos, en definitiva.

Domenicali, figura clave

Y parte de la solución podría ser que las motos hicieran de teloneras de las carreras de Fórmula 1. Desde que Stefano Domenicali, CEO de Liberty en la Fórmula 1 empezara a frecuentar carreras de MotoGP, viene especulándose con esa posibilidad. No es casual ni loco el rumor.

Domenicali es íntimo amigo de Paolo Campinotti, el propietario del equipo Pramac donde corre Jorge Martín y, además, durante años hizo de director de carrera en el circuito de Mugello. Resumiendo: Domenicali sabe mucho de motos y conoce perfectamente todas las virtudes y carencias del deporte.

Si aprovechando el brutal tirón actual de la Fórmula 1 abres los ojos a un tipo de público que jamás había prestado atención a las motos, van a descubrir una competición vibrante, a menudo mucho más divertida que la propia Fórmula 1. Luego, ya vendrá la parte más peliaguda de la cuestión, como es crear una diversidad de nacionalidades en la parrilla. España e Italia ofrecen unas condiciones a nivel de infraestructuras e incluso de clima no fáciles de replicar a nivel global. Es una labor que, de tener éxito, va a costar muchos años.

El aficionado de toda la vida al motociclismo es muy orgulloso y muchos no van a aceptar de buen grado el ser considerado un segundo plato de la Fórmula 1. Pero también pueden darse cuenta de que el motociclismo ha tocado techo incluso en un país como España, que a pesar de tener más campeones del mundo y representantes que nadie, ve cómo su seguimiento lleva una tendencia a la baja desde hace años. La retirada de Valentino Rossi también ha dejado un vacío que a día de hoy sigue sin cubrirse y la competición no cuenta con un icono global reconocible como era VR46. El juego ha comenzado.

Era un rumor que rondaba por el paddock de MotoGP desde hacía tiempo y que, en las últimas semanas, fue tomando cada vez más fuerza. La particular situación que vive Dorna como promotor y el motociclismo sobre asfalto como deporte, hace del todo lógica esta adquisición: la Fórmula 1 se hace con el negocio de las motos.

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