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Bernie Ecclestone o el caso de cómo más allá del dinero lo que quiere es ganar una disputa
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MULTA HISTÓRICA

Bernie Ecclestone o el caso de cómo más allá del dinero lo que quiere es ganar una disputa

El fisco británico llevaba cerca de 20 años poniendo cerco al magnate exdueño de la Fórmula 1 y finalmente acabó en sus redes. Sin embargo, a Mr. E no le va a cambiar la vida

Foto: Bernie Ecclestone a la salida de la corte de Southwark. (EFE/Tolga Akmen)
Bernie Ecclestone a la salida de la corte de Southwark. (EFE/Tolga Akmen)

En su típico estilo de socarronería ácida, el famoso periodista británico Jeremy Clarkson resumió mejor que nadie el caso que ha llevado a Bernie Ecclestone a los tribunales y que se ha saldado con la multa más alta de la historia del fisco británico: “Bernie ha tenido un mal día, podría haber sido peor, pero después de pagar la multa mas alta de la historia de 652 millones de libras esterlinas (754 milones de euros), al pobre hombre le han dejado sólo con sus últimos 2.300 millones de euros”. Por muy elevada que sea la multa está claro como dice Clarkson que al antiguo mandamás de la Fórmula 1 no le va a cambiar demasiado la vida.

Qué necesidad tenía Ecclestone de no haber regularizado su disputa de aproximadamente 300 millones de euros, a sus 93 años y ya retirado de la primera línea de fuego desde hace más de un lustro. Pero Bernie seguro que pesó mucho más en su ánimo su afán combativo de ganar una negociación que el dinero. Pudo haber pagado hace años una multa que a tenor de su patrimonio es casi calderilla. Pero prefirió no hacerlo y jugársela.Y sí, ha pagado una importante suma, pero no queda tan claro que incluso esto no lo tuviera incluido en ese apartado contable en las ventas empresariales de: 'Posibles contingencias'.

El propio Bernie hace años criticó a su ex compañero de correrías automovilísticas Max Mosley por no dejar correr el asunto de su orgía sadomasoquista, pues al final iba a dar más difusión al sórdido asunto y más dolor a la herida familiar: “A Max es que le va la marcha, -declaró Ecclestone en aquel momento-, nada en la vida le motiva más que ganar una disputa legal”. Pero Bernie no se daba cuenta que él es de la misma estirpe que el expresidente de la FIA, nada le motiva más que doblar la mano en una negociación a un poderoso, llámese presidente del gobierno, empresario o la hacienda del país. Genio y figura.

Negociador hasta el final

Cuando Bernie jugaba fuerte en la negociación de los patrocinadores titulares de los Grandes Premios, siempre utilizaba a sus clientes mas fieles para dejarles la publicidad a precio de amigo. Era su táctica para pedir cuatro veces más al patrocinador recién llegado, no digamos ya si este era de titularidad pública. Cuando le pedían precio, les decía, que eso que ellos querían comprar ya estaba ocupado por el patrocinador X. “A menos que paguéis esta cantidad claro”. Y siempre se salía con la suya porque nadie como él sabía desplumar a directivos o gobernantes vanidosos. Lo contrario que hacía con quienes le mostraban fidelidad. Las dos caras de la misma moneda dependiendo de quién. Ángel o Demonio como el título de su famosa biografía.

A sus 93 años, Ecclestone se declaró culpable de fraude en un tribunal de Londres el pasado jueves, recibiendo una sentencia de prisión de 17 meses suspendida por dos años y acordando pagar los mencionados 754 millones de euros a las autoridades fiscales del Reino Unido. El antiguo jefe de la Fórmula 1 inicialmente se declaró inocente y ese fue su error, o ese fue el detonante para que le cazaran finalmente, porque afirmó que solo tenía un fideicomiso y ninguno fuera de Gran Bretaña. Y fue acusado de mentir al demostrarse que tenía una entidad receptora de fondos en Singapur.

La defensa legal de Ecclestone, calificó su falsa declaración como un "error de juicio impulsivo" y que su voluntad de cooperar y poner fin al caso se deben a "salud frágil e inmenso estrés para él y su familia". En esa declaración probablemente resuenen los consejos de su actual mujer Fabiana Flosi, que le hizo padre de su cuarto hijo a sus 89 años. La empresaria brasileña le habrá hecho ver los absurdo de prolongar una batalla legal con una amenaza de cárcel en este momento de sus vidas.

Pero con Bernie siempre subyacía en su enfrentamiento con las autoridades fiscales el mismo espíritu combativo que tenía en su infancia cuando donde a pesar de ser el más pequeño y menos fuerte de la clase tenía a todos sus compañeros dominados con sus pequeños negocios de intercambios de cromos o bocadillos en el recreo. Hace años también tuvo un caso sonado con la justicia alemana que también resolvio con el pago de una suma multimillonaria con la fiscalía de Munich, Y su respuesta meses después de finalizar el caso no puede ser mas definitoria del personaje: “Fui un idiota por pagar”.

Aquel caso ocurrió en 2014, cuando Ecclestone llegó a un acuerdo extrajudicial pagando a la hacienda del estado de Baviera 100 millones de euros. De fondo estaban las acusaciones de soborno del banquero alemán Gerhard Gribowski en la venta de las acciones de la Fórmula 1. Gribowski a su vez fue condenado en una pieza separada por multimples cargos de fraude, evasión de impuestos y sobornos, pero Bernie reconoció que pagó porque el asunto le estaba complicando la venta de la enésima venta (y esta vez definitiva) de la Fórmula 1. Ante el pelotazo más grande de los muchos que había dado valía la pena pagar.

Mejor pagar que discutir

Y algo de razón no le faltaba a su tono desafiante, porque el empresario londinense defendía es que la justicia alemana le ofreció pagar la elevada suma de dinero ‘para que le dejaran en paz’. Es decir, abiertamente reconocieron que en base a una clausula de la justicia alemana no se entra a conocer el caso para 'aliviar la carga de los tribunales'. Cuando Bernie se enteró que de los 100 millones, 99 fueros a las arcas de la Hacienda de Baviera y sólo uno se destinó a ayudar a un hospital infantil, sentía que estaban haciendo con él una burda extorsión.

Y este era a menudo el punto de discordia entre Ecclestone y la hacienda británica, pues su complejo entramado societario de empresas en Jersey, Holanda o las Islas Vírgenes obedecía a su cuestionamiento de tener que tributar en el Reino Unido todos los ingresos de un negocio global. Por tener las oficinas radicadas en Londres no consideraba justo tributar al fisco británico, porque la Fórmula 1 no era comparable a una multinacional con filiales por el mundo. Ecclestone insistía que tenía que haber imitado al principal patrocinador de su negocio, Marlboro, que instaló su sede en Lausanne (Suiza), dado que respondía a las actividades de un negocio global que ya pagaba impuestos en los países que operaba. Cuando quiso hacerlo ya era demasiado tarde, porque había vendido a precio de oro y recomprado a precio de saldo el negocio de la Fórmula 1 un par de veces.

La tributación a haciendas locales a cuenta de generación de ingresos globales debe ser analizado también desde una perspectiva mundial por parte de los gobiernos. En deportistas o situaciones tan particulares como es una concesión de explotación de un deporte como la Fórmula 1, por parte de una organización sin animo de lucro como es la FIA (Federación Internacional de Automovilismo), hace que funcionen permanentemente en limbos legales o cuando menos en áreas muy grises. Porque Bernie puede ser culpable o no, pero lo que ha demostrado a lo largo de su vida es que le ha salido más a cuenta pagar multas que someterse a la justicia a la que nos sometemos la gente de a pie

En su típico estilo de socarronería ácida, el famoso periodista británico Jeremy Clarkson resumió mejor que nadie el caso que ha llevado a Bernie Ecclestone a los tribunales y que se ha saldado con la multa más alta de la historia del fisco británico: “Bernie ha tenido un mal día, podría haber sido peor, pero después de pagar la multa mas alta de la historia de 652 millones de libras esterlinas (754 milones de euros), al pobre hombre le han dejado sólo con sus últimos 2.300 millones de euros”. Por muy elevada que sea la multa está claro como dice Clarkson que al antiguo mandamás de la Fórmula 1 no le va a cambiar demasiado la vida.

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