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Vómitos, mareos y desfallecimientos: así destruyó el GP de Qatar a los pilotos de Fórmula 1
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UNA DE LAS CARRERAS MÁS DURAS

Vómitos, mareos y desfallecimientos: así destruyó el GP de Qatar a los pilotos de Fórmula 1

Para muchos pilotos, el Gran Premio de Qatar fue la carrera más exigente de siempre. Varios factores se confabularon para dejar a los deportistas aniquilados físicamente

Foto: Para Max Verstappen, la de Qatar fue "una de las cinco carreras más duras de mi vida". (EFE/Ali Haider)
Para Max Verstappen, la de Qatar fue "una de las cinco carreras más duras de mi vida". (EFE/Ali Haider)

Tiempo de Carlos Sainz de pole en el pasado Gran Premio de Singapur, considerada una de las carreras más duras del año: 1:30.984. Vuelta rápida de Lewis Hamilton a falta de siete para terminar: 1:35.867. Casi cinco segundos de diferencia. Gran Premio de Qatar: Max Verstappen lograba el mejor tiempo de parrilla con 1:24.319. La vuelta rápida de la carrera, también para el holandés y en los compases finales: 1:23.778. Segundo y medio de diferencia. Una de las razones por las que el pasado gran premio fue "una tortura", en palabras de Valtteri Bottas, y una de las más duras en un par de décadas.

Fernando Alonso, que las ha vivido de todos los colores, sorprendía con su mensaje durante la carrera: "El asiento está ardiendo colega, ¿Hay algo que podamos hacer en una parada?", preguntaba el español, quien llegó a sugerir que le arrojaran un cubo de agua dentro de su monoplaza, como en la Fórmula 1 de los años 60. "Una de las cinco más duras de mi carrera", sentenció Verstappen. Todos los pilotos terminaron físicamente destruidos. Menos Carlos Sainz, que no participó en el gran premio.

Oscar Piastri no se podía mantener de pie. Hasta tuvo que tumbarse en la sala prepodio. Verstappen también se sentó en una esquina, hasta que se dio cuenta de la escena y se sentó en una silla. Los tres pilotos del podio mostraban la cara enrojecida, hinchada, todos empapados en sudor. El panorama fue igual o peor para el resto de la parrilla. Pocas veces se ha escuchado semejante unanimidad en pilotos con una excepcional condición física para soportar las exigencias de los monoplazas más rápidos del mundo.

El campo después de la batalla

Durante la carrera se pudo ver a George Russell sacando las manos por encima del volante para derivar algo de aire hacia el interior del habitáculo, con la visera abierta en su parada en boxes y los ojos desencajados. Al terminar, su afilado rostro delataba los kilos perdidos durante el gran premio, líquidos fundamentalmente. "Nunca he experimentado una carrera como esta, pensaba que me iba a desmayar en ocasiones. Ha sido como una sauna, con la puerta cerrada, llevas tu cuerpo al límite, y quieres salir… Abres la visera, y parece que te pega una secadora en la cara, he pensado en retirarme a veces".

Era como el campo después de la batalla, deportivamente hablando. Los pilotos mostraban los efectos de unas condiciones pocas veces experimentadas por la actual generación, extremadas por la presente edición del Gran Premio de Qatar. En primer lugar, la de 2021 tuvo lugar a mediados de noviembre, por lo que las temperaturas de primeros de octubre son muy superiores. En Singapur, la máxima fue de 32 grados, mientras que en Qatar superó los 36… Norris reconocía que dentro del habitáculo del McLaren la temperatura rondó los 50/60 grados, durante casi dos horas de carrera, sin ventilación interna, y con poco más de un litro de agua para beber. Si tales circunstancias fueron ya de por sí demoledoras, todavía se unían otros factores agravantes.

Un cóctel diabólico

Losail está compuesto por un elevadísimo porcentaje de curvas de alta velocidad que, con los actuales wing car, resultan muy exigentes físicamente. A ello se añadía la decisión de la FIA y Pirelli de llevar a cabo tres paradas (por seguridad). Nada de "pisar huevos" para gestionar el neumático. Ahí queda el ejemplo comparativo de Carlos Sainz en Singapur con su administración del ritmo de carrera, su vuelta rápida, y los datos comparativos de Max Verstappen en Losail con una horquilla muy reducida entre la pole y la vuelta rápida. Es decir, se rodó a machetear cada vuelta. La artillería lanzada contra los pilotos fue demoledora.

Logan Sargeant tuvo que retirarse en la vuelta 42 por un golpe de calor y la deshidratación sufrida, convaleciente de una gripe durante esta semana. Su compañero Alex Albon se tomó su tiempo pasa salir del habitáculo, fue llevado al centro médico, y se desvaneció. Lance Stroll tampoco podía salir de su monoplaza, y pidió a la ambulancia que le llevaran con el equipo médico. Luego reconocería que estuvo a punto de perder el conocimiento en varias ocasiones, y que ya a partir de la vuelta 20 su condición física se deterioró notablemente. Lo que sí perdió fueron los dos puntos de la novena posición por las sanciones por límites de pista.

Vómitos en el monoplaza

El parte de guerra resultaba demoledor. "La carrera más dura de mi carrera, por mucho, el doble de dura que Singapur, ha sido una suma de factores que ha hecho más difícil que en el pasado", explicaba Charles Leclerc al terminar. "El calor… Ha sido la más calurosa en mi tiempo en la Formula 1, con las curvas de alta velocidad, no hemos gestionado el tiempo, ha sido vuelta de qualy tras vuelta de qualy". Para Esteban Ocon fue incluso peor. "Me sentí mal en las vueltas 15 y 16, estuve vomitando durante dos vueltas dentro del habitáculo, y luego pensé: 'Mierda, esta va a ser una carrera larga. Traté de calmarme, traté de recordar que el lado mental en el deporte es la parte más fuerte del cuerpo y logré controlarlo y terminar la carrera. Pero, sinceramente, no esperaba que la carrera fuera tan dura".

"No estamos cansados, es la deshidratación, pierdes mucho líquido, la vista se nubla al final de la carrera, especialmente en las curvas de altas velocidad y fuerzas g, y pierdes los reflejos", reveló el piloto monegasco. Sergio Pérez reconocía que "no sabía dónde estaban los límites de pista", hasta el punto de que fue sancionado tres veces.

"No es normal para el cuerpo humano, con el grado de concentración que necesitamos", apuntaba Norris al terminar, cara hinchada por la congestión "ha habido momentos en los que tenía la visión borrosa, hemos llegado a los límites del cuerpo humano en esta carrera, al menos lo que los pilotos podemos hacer y lo que un monoplaza de Fórmula 1 nos hace a nosotros". "De las carreras más duras que he corrido", reconocía Fernando Alonso al terminar. Su primer gran premio fue en 2001, y el español ha vivido todos los formatos desde entonces. Para que pidiera en 2023 que le echaran un cubo de agua, como en el Gran Premio de Argentina de 1960, hace más de sesenta años.

Tiempo de Carlos Sainz de pole en el pasado Gran Premio de Singapur, considerada una de las carreras más duras del año: 1:30.984. Vuelta rápida de Lewis Hamilton a falta de siete para terminar: 1:35.867. Casi cinco segundos de diferencia. Gran Premio de Qatar: Max Verstappen lograba el mejor tiempo de parrilla con 1:24.319. La vuelta rápida de la carrera, también para el holandés y en los compases finales: 1:23.778. Segundo y medio de diferencia. Una de las razones por las que el pasado gran premio fue "una tortura", en palabras de Valtteri Bottas, y una de las más duras en un par de décadas.

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