La bomba de relojería que ha activado Liberty Media con el calendario de la próxima Fórmula 1

Un miembro de un equipo de Fórmula 1, que prefiere guardar el anonimato, confesaba a El Confidencial un sentir de preocupación bastante generalizado entre todos los trabajadores de los equipos. Si ya de por sí ha sido extenuante la presente temporada, las tres carreras finales con Brasil, Las Vegas y Abu Dabi han supuesto la puntilla para rematar un desgaste físico y mental acumulado a lo largo de 22 carreras. En dos palabras: están quemados.

El promotor del campeonato y la FIA tienen un serio problema delante de ellos, pero no parecen advertirlo. La pretemporada, unida a 23 carreras, supone una factura para el personal que trabaja en la Fórmula 1 de más de la mitad de los días del año fuera de casa. Si a eso se unen unas exigentes jornadas de trabajo en las sedes de los equipos al regreso de los Grandes Premios, la situación está cerca de entrar en un punto de no retorno a nivel personal.

Ya saben muchos jefes de equipo, así como los departamentos de Recursos Humanos, que la situación está empezando a ser insostenible. Pero hay una evidente ley del silencio que muy pocos se atreven a romper. Quizá no sea casual que Max Verstappen y Christian Horner, como piloto y jefe de la escudería campeones del mundo, sean de los pocos que han hablado abiertamente del problema que está suponiendo. Pero hay un miedo evidente a morder la mano que da de comer al circo rodante.

Lewis Hamilton, allá por 2019, decía esto: "No veo un calendario de 25 carreras, ya me parecen duras las actuales 21. Cuando era joven, nunca tenía suficiente a nivel de carreras, pero cuando trabajas dentro un equipo y ves lo lejos que está la gente de sus familias, está claro que hace falta un equilibrio". El campeón británico recientemente reconocía que las 23 carreras de este año le han pasado factura y cree que deben de hacerse cambios, al menos en los fines de semana con carreras al esprint, donde considera que se pierde demasiado tiempo y se añade un estrés innecesario.

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Problema de difícil solución

La cancelación del Gran Premio de China supuso que en 2023 se pasará de las 24 carreras previstas a 23. Pero la próxima temporada, salvo imponderables de fuerza mayor, habrá 24 fines de semana con Gran Premio. Es cierto que se ha priorizado una mayor regionalización del calendario y se han producido movimientos en los Grandes Premios de Japón, Azerbaiyán y Qatar para evitar idas y vueltas absurdas al planeta. Pero el problema no solo permanece, sino que se agudiza.

El calendario actual provocaba una situación que va a totalmente en contra de ese discurso de sostenibilidad de limitar emisiones de CO₂ y, además, sigue sin asumir un problema que más pronto que tarde va a acabar estallando. Aunque la mayor parte de la gente que trabaja en Fórmula 1 es muy comprometida con su ilusión de participar en la máxima especialidad del automovilismo, no es nada fácil aguantar durante años una exigencia profesional de ese calibre.

La solución obvia es duplicar las plantillas, pero no es algo tan sencillo como parece a primera vista. En la época que estaban permitidos los entrenamientos privados, las plantillas de los equipos estaban más o menos duplicadas. Había cierto personal que tenía a veces que desdoblarse, pero eran agendas de trabajo completamente independientes. Piensen en el equipo de mecánicos que tiene que hacer los cambios de neumáticos: se trata de un pequeño grupo humano entrenadísimo, que no resulta nada fácil replicar y tener dos alineaciones distintas que trabajen con idéntica efectividad, no es posible.

24 carreras... y puede que más

A menudo, desde Liberty Media recuerdan que existen campeonatos que llegan hasta las 30 pruebas, como es el caso de la Nascar. Pero hay una diferencia sustancial: todas sus carreras se disputan en el mismo país, hay una cierta concentración en la zona suroeste de Estados Unidos y la carrera más lejana de las bases de los equipos estaba a un máximo de tres horas de avión. Por si fuera poco, se fomenta que en determinados momentos del año las familias del personal puedan unirse a la caravana competitiva y disfrutar vacaciones entre carrera y carrera.

Liberty Media ha admitido que su objetivo no es quedarse en las 24 carreras actuales, sino que es más que posible que aumente a 25 o 26. El mix de ingresos de la Fórmula 1 consta de tres pilares fundamentales: derechos televisivos, hosting fee y promotores y patrocinadores oficiales. Existen otras partidas de ingresos como puede ser el caso de merchandising o licencias, pero de las tres mencionadas con diferencia hoy día la más importante es lo que se le cobra a las organizaciones que quieren albergar los Grandes Premios. Y las cuentas salen muy claras: a más carreras, más dinero.

Pero hay que tener cuidado. La codicia puede pagarse muy cara. La carrera de Las Vegas debería haber servido para encender luces de alarma acerca de los peligros de dar demasiadas vueltas de tuerca a la máquina de generar dinero. Unos horarios por la noche infernales para un grupo de gente que venía ya muy tocada de un larguísimo vuelo desde Brasil, puede acabar provocando situaciones indeseadas a nivel de salud física y mental. "Las Vegas nos ha dejado jodidos", decía el propio Horner.

Es innegable que Liberty Media está haciendo un muy buen trabajo en muchos frentes. La introducción de los límites presupuestarios ha dado la parrilla más equilibrada de la historia. Hay muchos puntos a favor del promotor. Pero el ansia de hacer crecer el negocio sin tener en cuenta el factor humano de todo ese personal que mantiene con vida el tinglado, se le puede volver en contra. De no buscar soluciones de forma consensuada con los equipos, están activando una bomba de relojería que tarde o temprano les va a estallar.