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Cinco razones por las que Ferrari vence en las 24 horas de Le Mans y no en la Fórmula 1
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Cinco razones por las que Ferrari vence en las 24 horas de Le Mans y no en la Fórmula 1

Medio siglo después de su última participación y casi 60 años de su último triunfo, la marca italiana vence de forma contundente en su retorno a la prueba de resistencia

Foto: James Palado y Antonio Giovinazzi celebran la victoria. (EFE/Yoan Valat)
James Palado y Antonio Giovinazzi celebran la victoria. (EFE/Yoan Valat)

Que nadie se engañe. Vencer en Las 24 horas de Le Mans es un reto más que complicado. Un muro frente al que se ha estrellado a menudo lo más granado de la industria del automóvil. De hecho, si en algunas ocasiones alguna marca ha vencido sin apenas oposición, es porque para muchos el reto era tan difícil y costoso que acababan huyendo después de apenas un par de intentos. Si Ferrari, a la primera, ha hecho un veni vidi vici al estilo de Julio César es porque ha copiado la misma receta de excelencia del célebre militar romano.

Ferrari en Le Mans ya demostraba antes de la salida que llegaba a la carrera tan bien o mejor preparada que cualquiera de sus rivales. Ahora bien, si tan claro y sencillo ha sido su sensacional victoria como parece, ¿por qué no triunfan los del Cavallino en Fórmula 1 y si lo hacen en Le Mans? ¿Son acaso una especialidad menor la resistencia y su prueba estrella? En absoluto. Al final todo se reduce a aplicar la misma receta bien en un sitio y fallar clamorosamente en otro.

Apoyo de la alta dirección

Son detalles que parece que no cuentan, pero sí que lo hacen, y de qué manera. Tanto el presidente de Ferrari, John Elkann, como el director general de la compañía, Benedetto Vigna, estuvieron presentes en el circuito dando apoyo al equipo. Este apoyo desde luego ha brillado por su ausencia en los Grandes Premios de Fórmula 1. Algunos pensarán que los malos resultados tienen que ver, pero por ejemplo en el evento de presentación en Maranello a ambos se les echó mucho de menos. Es la confirmación quizá más visible de cuanto de estratégico resulta el proyecto Hypercar Le Mans para la casa italiana.

placeholder Ferrari triunfa de nuevo. (EFE/Yoan Valat)
Ferrari triunfa de nuevo. (EFE/Yoan Valat)

Un equipo que funciona como un equipo

Uno de los grandes aciertos de Ferrari ha sido el de no dejarse llevar por grandes fichajes y simplificar, reforzar con mayores recursos tecnológicos y humanos el equipo AF Corse, que durante años ha defendido con enorme éxito y eficiencia los colores de la marca italiana en las competiciones de GT. La empresa liderada por su fundador, Amato Ferrari, se las sabe todas en el mundo de la resistencia. De hecho, Le Mans estos años pasados estuvo mucho más ferozmente peleada la categoría GT que la absoluta. En definitiva, una tropa alineada alrededor de su jefe, sin egos ni injerencias externas.

Adiós a la política y al miedo a fallar

A pesar de que el grueso del equipo es el de AF Corse, bastaba darse una vuelta por los boxes y los camiones de Ferrari en Le Mans para encontrarte a muchos ingenieros y mecánicos procedentes del equipo de Fórmula 1. Y al frente de todo, Antonello Colletta una de las mentes más brillantes que habitan en el reparto corse con sede en Fiorano. La ventaja que ha tenido Colletta, de la que no dispuso Mattia Binotto fue la tranquilidad para poder trabajar. La vida en el mundo Hypercar, te expone ciertamente menos y sobre todo pasa una factura personal muy inferior. La conclusión es evidente: gente brillante trabajando más feliz, menos presionada y con mayor estabilidad, al final, acaba dando resultados. Justo la atmósfera contraria que viven los de Maranello en los Grandes Premios.

Sin carencias de dinero y tecnología

Ferrari es sabido que de un tiempo a esta parte va como un tiro en bolsa. El problema de la burbuja alcista es que cada vez tienes que vender más y más coches para responder a las expectativas de los accionistas. La única alternativa para no acabar quemando la exclusividad de la marca es a base de ganar más dinero por coche. Y si ya se habla de tener un margen de beneficio brutal, la única forma es a base de construir un coche absolutamente excepcional. Verbigracia, un coche derivado de un prototipo ganador de Le Mans. ¿Alguien duda de que a Ferrari le van a quitar de las manos el modelo que derive del que pasó ayer la bandera a cuadros? El problema no será el dinero, sino gestionar la lista de espera. De aquí es de donde sale el dineral que cuesta esta aventura.

placeholder Con Oreste Ceraso, coordinador del programa GT y mano derecha del gran jefe Antonello Colletta.
Con Oreste Ceraso, coordinador del programa GT y mano derecha del gran jefe Antonello Colletta.

Una reglamentación a medida

La ausencia de Ferrari durante más de medio siglo se debía a que en 1974, el Commendatore se dio cuenta de que era inviable mantener dos programas de competición de vehículos que no tenían luego una derivada comercial. Por eso se decidió que se centraban todos los recursos en Fórmula 1 y el resto de actividades fuera de ella era para dar servicio a clientes de la marca. De ahí que Ferrari con su filial Michelotto estuviera activa con las competiciones GT, pero nunca sobrepasara ese umbral. El reglamento Hypercar cambia de arriba a abajo todo este esquema.

No solamente ahora se habla de coches que deben tener una cierta conexión con los coches de calle, sino que parece incluso pensada para el tipo de supercoches que surgieron a la estela de su icónico modelo La Ferrari de hace diez años. En este tipo de coches, tanto a nivel de motorizaciones híbridas como de aerodinámica y chasis, cuenta con un expertise al alcance de muy pocos en la industria del automóvil.

Por todo lo anteriormente expuesto, parece pertinente recordar que la victoria de Ferrari en su primer intento medio siglo después no es por mayor facilidad o suerte. Es la simple constatación de que cuando al genio italiano se le deja trabajar y no se autoboicotea así mismo, es imbatible. Que aprendan la lección y la apliquen en Fórmula 1 es donde radica la verdadera dificultad.

Que nadie se engañe. Vencer en Las 24 horas de Le Mans es un reto más que complicado. Un muro frente al que se ha estrellado a menudo lo más granado de la industria del automóvil. De hecho, si en algunas ocasiones alguna marca ha vencido sin apenas oposición, es porque para muchos el reto era tan difícil y costoso que acababan huyendo después de apenas un par de intentos. Si Ferrari, a la primera, ha hecho un veni vidi vici al estilo de Julio César es porque ha copiado la misma receta de excelencia del célebre militar romano.

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