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Sergio Ramos y su partido en la grada: al Bernabéu para no ver el Madrid-PSG en pijama
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ACUDIRÁ AL ESTADIO BLANCO

Sergio Ramos y su partido en la grada: al Bernabéu para no ver el Madrid-PSG en pijama

Sergio Ramos no puede jugar el partido por lesión, pero viaja a Madrid para arrimar el hombro y no tener que pasar el mal trago de ver el partido en la soledad de su casa de París

Foto: Sergio Ramos, con gesto serio, antes de un partido de PSG. (REUTERS/ Sarah Meyssonnier)
Sergio Ramos, con gesto serio, antes de un partido de PSG. (REUTERS/ Sarah Meyssonnier)

El futbolista que ponía la bufanda del Real Madrid en la Cibeles para celebrar los títulos y que se disfrazaba en los festejos con tres banderas (la de España, Real Madrid y Andalucía), un gorro vikingo o una corona, dependiendo de las ocurrencias, regresa al Bernabéu. Sergio Ramos está lesionado, pero decide que es mejor ver el partido en la grada que quedarse en el sofá de su casa. Se le hará menos duro. Será menos doloroso o la manera más llevadera para calmar su particular calvario.

La última vez que jugó en el Santiago Bernabéu el estadio no estaba en obras y el coronavirus empezó a penetrar con fuerza en nuestro territorio. Fue el 1 de marzo de 2020. Un Clásico que ganó el Real Madrid. El último encuentro antes de la cancelación del fútbol por la pandemia. Los siguientes, la reanudación de la competición, coincidieron con el inicio de las obras en el Bernabéu y el traslado al estadio Alfredo Di Stéfano. Sin público. Con frialdad y por la puerta de atrás se acabó una etapa de 17 años en el Real Madrid. Estará en la grada para asistir a la posible remontada de su exequipo, para vivir una atmósfera que él mismo calentaba y se erigía en el líder del madridisimo. El destino es cruel.

placeholder Ramos, en el Parque de los Príncipes de París. (Reuters/Philipe Guerin)
Ramos, en el Parque de los Príncipes de París. (Reuters/Philipe Guerin)

Sergio Ramos vuelve al Bernabéu. No está en la lista de convocados. Pero ha pedido viajar al club. Quiere sentirse útil, participar indirectamente del partido en el Bernabéu, arrimar el hombro. Con su presencia en la expedición, desde la salida del aeropuerto hasta la llegada al hotel Eurostars Madrid Tower y al Bernabéu, hará más llevadera su frustración. Será menos doloroso estar con el traje oficial del equipo que ver el partido por televisión desde su casa en París en pijama.

Un reencuentro con Florentino

Si hay una victoria, podrá elegir salir en la foto de los vencedores en el vestuario de los visitantes. Un espacio extraño para el que fue jugador local y capitán durante tantos años. Ramos quiere y necesita estar en el Bernabéu porque siente que se lo arrebataron. Se despidió del Madrid con los trofeos trasladados a la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Con lágrimas y rumiando su malestar por el ultimátum que no esperaba de Florentino Pérez en los plazos de la renovación y una oferta que, según el presidente, tenía fecha de caducidad.

Ramos podrá tener un reencuentro con Florentino en el Bernabéu. Si lo hay, la zona neutral será los pasillos del vestuario. Por ahí suele estar Florentino en los partidos para recibir a los jugadores y baja del palco tras el partido. La última vez que habló el presidente del sevillano, con nombre y apellidos, fue en la Asamblea de socios para elogiar su figura y ponerle a la altura de las leyendas. La siguiente fue en Yeda (Arabia Saudí) para poner en valor el buen trabajo de reestructuración de la defensa tras ganar la final de la Supercopa de España. El presidente está encantado con la pareja Militao-Alaba.

Foto: Los jugadores del Real Madrid celebran el triunfo contra la Real Sociedad. (REUTERS/Juan Medina)

Florentino Pérez no echa de menos al Ramos jugador. Su ciclo lo vio acabado. Florentino sí le tiene cariño a Sergio, pese a sus diferencias, que han sido variopintas y su determinación para tomar decisiones. Sergio Ramos sí echa de menos el Real Madrid. Sintió que merecía más por los servicios prestados. Su salida fue traumática. El regreso, aunque sea en la grada o un palco VIP, le sirve de alguna manera para tranquilizar su alma y sentir que hay una reacción del público del Bernabéu. De apoyo, de cariño, de reconocimiento. De lo que sea. Hay otro partido en la grada. El de comprobar si la afición del Real Madrid homenajea a Sergio Ramos.

Pasará por los vestuarios, pero no se dará un baño de multitudes. Lo tendrá con sus amigos y excompañeros de manera privada. Si vence el PSG, Sergio Ramos gana tiempo para no haber tirado una temporada en la que todavía no jugado un partido de la Champions y tan solo ha disputado cinco encuentros (cuatro de la Ligue 1 y uno de la Copa). Si pierde el PSG, el futuro de Sergio Ramos será más que incierto.

En Francia, la prensa califica el viaje del sevillano a Madrid como de 'diplomático' y hablan de que el Real Madrid ya no llora a Sergio Ramos. Cada vez hay menos paciencia con el experimentado futbolista que ha pedido a Mauricio Pochettino estar con el grupo para hacer piña. En el club siempre ha estado protegido, aunque en las últimas declaraciones del director deportivo, Leonardo, hay un reconocimiento a un posible error de cálculo con una operación que tenía riesgos por las lesiones del sevillano.

El futbolista que ponía la bufanda del Real Madrid en la Cibeles para celebrar los títulos y que se disfrazaba en los festejos con tres banderas (la de España, Real Madrid y Andalucía), un gorro vikingo o una corona, dependiendo de las ocurrencias, regresa al Bernabéu. Sergio Ramos está lesionado, pero decide que es mejor ver el partido en la grada que quedarse en el sofá de su casa. Se le hará menos duro. Será menos doloroso o la manera más llevadera para calmar su particular calvario.

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