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La gran paradoja de Rodrygo, el mejor talento del Real Madrid y el que más se frustra con el gol
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La gran paradoja de Rodrygo, el mejor talento del Real Madrid y el que más se frustra con el gol

Del Rodrygo fino y determinante hemos pasado al espeso y frustrado. El brasileño sufre de ansiedad deportiva. Está tenso y preocupado porque no encuentra su mejor versión

Foto: Rodrygo con gesto serio en el partido contra el Unión Berlín. (REUTERS Isabel Infantes)
Rodrygo con gesto serio en el partido contra el Unión Berlín. (REUTERS Isabel Infantes)

Es curioso lo que está sucediendo en el Real Madrid con los futbolistas de la línea ofensiva. A Bellingham le sale todo brillante, Joselu es un currante del área con pegada, Vinícius regresa con chispa tras un mes lesionado y a Rodrygo parece que le pesa la camiseta. Lo normal sería que el brasileño, adaptado y con la confianza reforzada de ser indiscutible tras la marcha de Benzema, estuviera con mejores registros y sensaciones. Es el rol que le dio el club en la planificación tras dejar libre el dorsal 9.

Rodrygo sufre de ansiedad deportiva. Está tenso, preocupado porque no encuentra su mejor versión. El partido contra Osasuna lo acabó frustrado, pese a que el equipo había logrado el objetivo de ganar y seguir como líder. Utilizó las redes sociales para pedir perdón, como un mecanismo de terapia para encontrar compresión y cariño. Le tenía que decir a los aficionados que no sabe por qué no cumple con las expectativas. Está en un bajón prolongado, inaudito para un futbolista de su clase y con una experiencia de 173 partidos en el Real Madrid.

placeholder Rodrygo intenta desequilibrar en el partido contra Osasuna. (Oscar J. Barroso / Afp7)
Rodrygo intenta desequilibrar en el partido contra Osasuna. (Oscar J. Barroso / Afp7)

La presión bloquea al mejor talento ofensivo de la plantilla de Ancelotti. Es un futbolista que destacaba por algo más que su calidad. Zidane y Ancelotti coincidían en poner el foco en un jugador diferencial por saber leer las jugadas, su claridad y frialdad para ser eficaz en momentos de apuros. Con el rol de revulsivo, saliendo desde el banquillo, Rodrygo era letal. Es uno de los artífices de las remontadas en la decimocuarta Champions. Salía y las enchufaba. En espacios reducidos, de cabeza, con controles y definiciones precisas, como el balón antológico con el exterior que le envió Modric en la noche mágica contra el Chelsea.

Inseguro y espeso

Del Rodrygo fino y determinante hemos pasado al espeso y frustrado. Un caso extraño, que no debería ser preocupante porque no estamos hablando de Jovic o Mariano. Pero relevante por hechos como el penalti que no lanzó contra Osasuna. Estaba el partido encarrilado. Se daban las condiciones para que Rodrygo se quitara la losa del gol. Solo ha marcado uno en lo que va de temporada. No tiró el penalti. Lo hizo Joselu. No queda claro por qué no lo hizo. Desde el banquillo le gritaron Ancelotti y Vinícius que lo hiciera. No se saben más motivos de la decisión que llevó a Joselu a lanzarlo. ¿Le pesó la presión a Rodrygo? Ancelotti después dijo en la sala de prensa que el encargado era Joselu, luego se contradijo con que lo podían decidir los jugadores de campo y en las imágenes de televisión le pillan pidiendo que lo lance Rodrygo. Lo podía haber intentado. Estaba inseguro. Joselu lo hizo y lo falló.

Foto: Mbappé durante un partido con el PSG. (Jean Catuffe/DPPI)

Lo de menos es si lo hubiera marcado o fallado. Lo importante es que a Rodrygo le afecta la presión de tener que ser infalible. Esa responsabilidad de estar en el foco es una carga. Desde que empezó la temporada ha ido en aumento. Sintió más responsabilidad con la lesión de Vinícius. Ancelotti le ha puesto en la banda izquierda, donde se siente más cómodo y no ha funcionado. Le ha dado la titularidad por delante de Joselu, cuando no la merecía, como en Nápoles y ha estado desacertado. Vinícius regresa de una lesión que le tiene un mes de baja, con menos ritmo y hace dos goles. Uno en Nápoles y otro a Osasuna. De Vinicius nunca se puede decir que le pesa la responsabilidad de tirar del equipo. Esté como esté, siempre genera peligro, con gol y sin él. Vinícius demuestra que, sin el talento natural de su compatriota, es más regular que Rodrygo. Las hechuras de Vinícius son las de un futbolista que intimida más que Rodrygo. Por su mentalidad, voracidad y continuidad supera el talento de su compatriota.

La mala racha de Rodrygo se irá en cuanto se quite de la cabeza que tiene que ser tan bueno como Benzema. El club y el entrenador se la han metido en su cabeza. Desde la temporada pasada, cuando el francés era víctima de las lesiones y el fútbol del brasileño fluía con facilidad. Hizo goles en la Champions, en la final de la Copa del Rey, contra el Sevilla, en el Sánchez Pizjuán jugando de falso nueve… Por todo esto dio el salto definitivo de revulsivo a titular indiscutible y se apostó por él en la planificación una vez que se fue Benzema y no salió el fichaje de Mbappé.

Foto: Luis Enrique con gesto tenso en un partido del PSG. (Martin Rickett/PA Wire/dpa)

Esta tiene que ser la temporada en la que explote todo el potencial de Rodrygo y, de momento, el que está superando las expectativas es Bellingham. Dice Vinícius que se entienden muy bien con el inglés. Esta química todavía no aparece con Rodrygo. Es extraño que dos jugadores que se mueven de manera inteligente en el campo y con tanto talento todavía no hayan mezclado como una sociedad letal.

De esta manera se come la cabeza Rodrygo. Se marcha al parón de Selecciones con la rabia de no estar a la altura, de llevar solo un gol, tiene poco impacto en el juego, no le ha pillado el punto al sistema de Ancelotti, ni a Bellingham ni a Joselu. Y lo que le puede preocupar es que hay un jugador con tanto talento como el suyo esperando más oportunidades en el banquillo y al que Ancelotti saca poco y tarde. Es Brahim Diaz. Rodrygo tiene competencia como no mejore.

Es curioso lo que está sucediendo en el Real Madrid con los futbolistas de la línea ofensiva. A Bellingham le sale todo brillante, Joselu es un currante del área con pegada, Vinícius regresa con chispa tras un mes lesionado y a Rodrygo parece que le pesa la camiseta. Lo normal sería que el brasileño, adaptado y con la confianza reforzada de ser indiscutible tras la marcha de Benzema, estuviera con mejores registros y sensaciones. Es el rol que le dio el club en la planificación tras dejar libre el dorsal 9.

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