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Esto es lo que tiene que corregir Vinícius en el Madrid para no creerse el centro del mundo
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se libró de la expulsión

Esto es lo que tiene que corregir Vinícius en el Madrid para no creerse el centro del mundo

Vinícius se jugó la expulsión contra el Leipzig y perjudicar a su equipo para los cuartos de final. El brasileño tiene que recuperar la humildad, dejarse aconsejar y centrarse en el juego

Foto: Vinícius celebra el gol marcado al Leipzig. (Reuters/Juan Medina)
Vinícius celebra el gol marcado al Leipzig. (Reuters/Juan Medina)

A Vinícius hay que exigirle que empiece a mirar más por el Real Madrid que por sí mismo. Lo que hizo en el partido contra el Leipzig no fue solo marcar el gol, algo que es su deber y por lo que le pagan muy bien tras la última renovación. Vínicius ya está en el escalón más alto de la escala salarial. Se lo ha ganado por su progresión futbolística y ser uno de los jugadores más determinantes del equipo. Pero también se le ha subido a la cabeza la fama y tiene un comportamiento egocéntrico e irresponsable.

El brasileño se jugó la expulsión contra el Leipzig por un empujón a Orban que no vio el árbitro de campo. Se quedó en tarjeta amarilla, gracias a que el cuarto árbitro no quiso darle categoría de agresión. La clave es si hubo fuerza excesiva, pero el empujón se produce sin balón de por medio y las dos manos impactando a la altura del cuello.

Vinícius, subido de revoluciones, se libró de la tarjeta roja y empañó más una noche mala del equipo de Ancelotti. Pudo haber sido expulsado y perderse, al menos, el partido de la ida de los cuartos de final. Haber causado un enorme perjuicio al Real Madrid. Dio con un árbitro benevolente. El italiano Davide Massa, compatriota de Ancelotti, no quiso meterse en el fregado de expulsar al brasileño.

Lo que hizo Vinícius es criticable. Igual que cuando él recibe faltas o se considera que los rivales le provocan para desestabilizarle. Tiene este tipo de reacciones de justiciero en las que se toma la revancha y se cree impune. No le ayuda a su imagen y mucho menos a la del Real Madrid. No todos los aficionados madridistas están orgullosos de sus guerras con los rivales y las excentricidades de sus celebraciones. Hay exjugadores, como Pedja Mijatovic, que lo censuran. "Le aconsejo que encuentre la manera de tranquilizarse. La camiseta del Real Madrid no aguanta este tipo de comportamientos", comentó el héroe de la séptima en la SER.

Vinícius no tiene a todos a su favor, pese a que es muy bueno, crece como futbolista y es un jugador que, como Mijatovic, está en la historia del Real Madrid por marcar el gol de la decimocuarta. El brasileño, además de tener un problema de madurez, se cree con un excesivo protagonismo.

Esto es lo que tiene que corregir. Su ego ha crecido y le vendría bien volver a ser más humilde, focalizarse en el fútbol, como le piden Ancelotti y los veteranos del equipo, y dejar de lado las polémicas. Esto no tiene nada que ver con su lucha contra el racismo, que es importante porque la ha sufrido y ya es un referente mundial. Pero ese gesto en Mestalla de levantar el brazo tras el primer gol da pie a las suspicacias de una celebración guionizada para su documental.

Foto: Luis Enrique abraza a Ousmane Dembélé tras un partido en el Parque de los Príncipes. (REUTERS Benoit Tessier)

Vinícius tiene que estar centrado en el juego, tener la responsabilidad de ayudar a su equipo y dejarse aconsejar. Es una estrella del Real Madrid, pero no la única, y esta condición no le vale para creer que puede hacer lo que le da la gana en el campo. Si en el Real Madrid le piden que se modere, que lo demuestre. No sirve con que un día diga que va a cambiar, a la vez que se excuse con que "todos quieren pelear conmigo", y en poco tiempo esté en el centro de la polémica por sus cruces de cables. No todos en el club le dan la razón a sus reacciones. Hay quien le ve con el ego subido.

Su gestión no es fácil por tratarse de un futbolista con mucha personalidad, atrevimiento y víctima de los insultos racistas. El club le protege, pero fuera crece la imagen de un Vinícius que es un niñato. Del partido contra el Valencia en Mestalla salió con dos goles, encarándose con la grada en sus celebraciones, en un ambiente hostil en el que quiso demostrar que no se arruga. Indignó a valencianistas como Ricardo Arias, exjugador del equipo che, que se ha desahogado con estas manifestaciones: "No me cabe en la cabeza que un club que habla de tanto señorío consienta que un jugador monte los tinglaos que monta".

A Vinícius hay que exigirle que empiece a mirar más por el Real Madrid que por sí mismo. Lo que hizo en el partido contra el Leipzig no fue solo marcar el gol, algo que es su deber y por lo que le pagan muy bien tras la última renovación. Vínicius ya está en el escalón más alto de la escala salarial. Se lo ha ganado por su progresión futbolística y ser uno de los jugadores más determinantes del equipo. Pero también se le ha subido a la cabeza la fama y tiene un comportamiento egocéntrico e irresponsable.

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