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El abuso de sancionar a Bellingham por no insultar, pero el inglés tampoco es un santo
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El abuso de sancionar a Bellingham por no insultar, pero el inglés tampoco es un santo

Está en juego la imagen de Bellingham tras la expulsión de Gil Manzano en Mestalla y un acta que en el Real Madrid consideran que es una aberración porque no hubo insulto del inglés

Foto: Jude Bellingham tras ver la tarjeta roja en Mestalla. (Reuters/Pablo Morano)
Jude Bellingham tras ver la tarjeta roja en Mestalla. (Reuters/Pablo Morano)

El Comité Técnico de Árbitros (CTA) sigue mudo tras la mala gestión que hizo Jesús Gil Manzano en la última jugada de Mestalla y que cerró no concediendo el gol de Bellingham. Ni el jefe, Medina Cantalejo, ni Gil Manzano han dado una explicación a lo que, de puertas para adentro, reconocen que es una jugada mal arbitrada y un acta con errores. Eso le ha costado dos partidos de sanción al centrocampista inglés.

En el Real Madrid califican el escrito de Gil Manzano como un disparate por reflejar un insulto que no existió. En el historial de expulsiones de Gil Manzano están Messi, Neymar, Luis Suárez, Joao Félix, Casemiro... Y ahora la estrella del Real Madrid.

Está en juego la imagen de Jude Bellingham. Un futbolista que no encuentra la calma con los árbitros españoles, que en su primera temporada en el Real Madrid ha tenido confrontaciones de todo tipo y sufre su primera expulsión. El inglés se afana en protestar la dureza de los marcajes, las faltas reiterativas que le hacen y en ocasiones ha llegado a comentar que sufre una cacería.

Su interacción con los árbitros es constante y hay momentos en los que no controla su vehemencia. Es producto de su malestar y frustración, de su rabia e indignación por las faltas que recibe en los partidos.

placeholder Bellingham se lanza a intentar parar una acción de Witsel en el derbi. (Reuters/Susana Vera)
Bellingham se lanza a intentar parar una acción de Witsel en el derbi. (Reuters/Susana Vera)

Pero Bellingham tampoco es un santo. Sus cabreros, con fuerte protestas, empiezan a ser repetidos y le han costado que esta temporada se haya perdido el partido en Las Palmas por acumulación de tarjetas. El nivel de quejas no ha parado, al igual que su enfado con determinadas decisiones arbitrales, que llegan a un momento de máxima polémica con la tarjeta roja de Jesús Gil Manzano en Mestalla.

El colegiado ha sido contundente en la redacción del acta, calificando la reacción del inglés como agresiva y dirigiéndose a él con gritos. Competición impuso dos partidos de sanción al futbolista del Real Madrid por su comportamiento y la expresión (it´s a fucking goal) con la que se encaró con Gil Manzano.

La vehemencia del inglés

El problema que tiene Bellingham radica en si se dirige a los árbitros con demasiada vehemencia y llega a la actitud agresiva. A ello se suma que ha recibido tarjetas por entradas peligrosas. El inglés recibe marcajes férreos, pero también es protagonista por acciones duras.

Hay un Bellingham víctima de los marcajes severos, otro duro con los rivales y un tercero con un fuerte ímpetu en sus protestas a los árbitros. Todo esto le ha supuesto que lleve cinco tarjetas amarillas y una roja en el campeonato de Liga. Los cabreos de Bellingham son tremendos y tienen consecuencias negativas para el Real Madrid, como se ha visto en Mestalla.

En el partido de Liga disputado contra el Atleti en el Metropolitano vio la primera tarjeta por una dura entrada a Correa que el colegiado Alberola Rojas dejó en amarilla. Hubo polémica con la decisión del árbitro castellano manchego, sobre si era merecedora de roja. Contra el Granada, en el Bernabéu, el árbitro gijonés Pablo Gonzalo Fuertes le mostró la cartulina amarilla por protestar.

Foto: Rodrygo se lleva la mano a la cabeza en el partido contra el Valencia. (REUTERS Pablo Morano)

Contra el Villarreal, también en el Bernabéu, Figueroa Vázquez le enseñó la amarilla por un manotazo para quitarse de encima el marcaje del rival. Con el árbitro tuvo momentos de tensión y fue advertido para que dejara de hacer gestos alentando al público. Ancelotti le tuvo que sustituir.

Protestas y rabia

En el partido de final de año, en Mendizorroza, contra el Alavés, vivió de todo. Se quejó reiteradamente al árbitro Díaz de Mera de las continuas faltas que le hacían, de la dureza de los marcajes. Las cámaras captaron sus reproches: "Así no se puede jugar". En el final del partido, hizo una entrada peligrosa por detrás a Nahuel Tenaglia que le costó la tarjeta amarilla.

El calentón de Bellingham con los árbitros ha ido en aumento y en la remontada contra el Almería en el Bernabéu esperó al árbitro, Francisco José Hernández Maeso, al descanso para recriminarle que no le daba ninguna falta. "Todas las semanas, la misma mierda", captaron las cámaras de Movistar al retirarse a los vestuarios. En la segunda parte, el árbitro le mostró la amarilla por protestar. Le impidió jugar en Las Palmas.

Foto: Gerard Piqué, en un acto de la Kings League. (EFE/Carlos Díaz)

El Bellingham ardiente se ha visto también en la Champions y está a una tarjeta de la suspensión en la competición europea. Jugará apercibido contra el Leipzig y lo tendrá que hacer con cuidado de no perderse el partido de cuartos de final si el Real Madrid se clasifica. En el campo del Unión Berlín vio una tarjeta por encararse con un rival. Ancelotti se lo reprochó por ser una acción innecesaria.

Con Bellingham queda por resolver si profirió un insulto a Mason Greenwood en el partido de Getafe. La Liga tiene abierta una investigación y un experto en lectura labial ha elaborado un informe pericial para aclarar si, supuestamente, llamó violador al futbolista del Getafe. El procedimiento está a la espera de que el juez instructor proponga una sanción o dé el caso por archivado.

El Comité Técnico de Árbitros (CTA) sigue mudo tras la mala gestión que hizo Jesús Gil Manzano en la última jugada de Mestalla y que cerró no concediendo el gol de Bellingham. Ni el jefe, Medina Cantalejo, ni Gil Manzano han dado una explicación a lo que, de puertas para adentro, reconocen que es una jugada mal arbitrada y un acta con errores. Eso le ha costado dos partidos de sanción al centrocampista inglés.

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