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Escándalo de Gil Manzano, que evita la victoria del Real Madrid en la locura total de Mestalla
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VALENCIA 2-2 REAL MADRID

Escándalo de Gil Manzano, que evita la victoria del Real Madrid en la locura total de Mestalla

Partido en el que hubo de todo en Mestalla, donde Vini habló sobre el césped para corregir los errores de la defensa blanca y en el que el árbitro tuvo mucho peso en el resultado tras pitar el final cuando Bellingham marcaba el tercero

Foto: Los jugadores del Madrid, incrédulos, protestan la decisión de Gil Manzano. (EFE/Biel Aliño)
Los jugadores del Madrid, incrédulos, protestan la decisión de Gil Manzano. (EFE/Biel Aliño)

Lío monumental en Mestalla. En un partido loco, en el que hubo de todo, el gran protagonista terminó siendo el colegiado Gil Manzano (2-2). ¿Por qué? Porque, cuando el Real Madrid lograba el gol de la victoria en el minuto 100 de partido, pitaba el final del partido justo segundos antes de que el remate de Jude Bellingham entrara en la portería. La decisión del colegiado evitó la victoria blanca, en un partido donde hubo VAR, lesiones graves, expulsiones y polémicas de todo los colores.

Nadie en el Madrid, ni en el Valencia, entendía qué había pasado en esa última jugada, donde los jugadores blancos celebraban la victoria, los ché lamentaban la derrota y el juez de línea seguía la acción como si el juego continuara. Solo Gil Manzano sabía que había dado por finalizado el partido, pitando cuando el balón volaba por el cielo de Mestalla y señalando el centro del campo cuando el esférico tocaba la red. Una decisión inexplicable que le cuesta dos puntos al Madrid.

El partido llegaba caldeado por toda la polémica que tuvo lugar la pasada temporada en Mestalla. En aquel partido, Vinícius fue el foco de las iras de buena parte de la afición, si no es menos cierto que solo un reducido grupo profirió insultos racistas contra el brasileño que, incluso, acabaron en manos de la Justicia. Aunque el precioso homenaje por el incendio de Campanar redujo los decibelios, cada vez que el brasileño tocaba el balón, los silbidos hacían acto de presencia.

De hecho, durante los primeros compases del partido, el Valencia trató de morder arriba para que el Madrid notase la presión, pero los blancos evitaron la trampa a base de posesiones largas, con las que desactivaron a los ché. Los de Carlo Ancelotti eran los dominadores del balón, apoyados en el regreso de un Bellingham, que daba mucha amplitud al equipo en ataque y buenos pulmones en defensa, pero, entonces, el Valencia iba a asestar un duro e inesperado golpe al Madrid.

En solo dos minutos, dos errores absurdos del Madrid regalaron una monumental ventaja al Valencia. Primero, un fallo de Kroos permitió un contraataque que el Madrid sofocó, pero un mal cambio de juego de Valverde dio una segunda vida a la jugada. Aun así, parecía que Vinícius llegaba a la ayuda en banda con Foulquier, pero se lio con el balón y permitió el centro del francés. Fran Pérez, en semifallo, disparaba a portería y Hugo Duro, de cazagoles, la mandaba a la red de cabeza.

Solo un minuto después del mazazo, con el balón controlado en banda, Carvajal intentó un pase horizontal sin sentido al borde de su área, que Yaremchuk leyó a las mil maravillas para llevarse, regatear a un vendido Lunin y empujar el balón a puerta vacía. En solo 120 segundos, el Real Madrid regalaba un partido que tenía más que controlado. Quedaba mucho encuentro por delante, pero el Madrid se empeñaba en complicarse la existencia en LaLiga.

Solo quedaban segundos para llegar al descanso cuando el Madrid recortaba distancias. En un gran balón de Valverde a la espalda de la defensa, Carvajal alcanzaba línea de fondo y metía un centro al corazón del área que, tras varios toques, acababa en un Vinícius que empujaba a puerta vacía. El brasileño, completamente desaparecido en guerras absurdas, metía a su equipo en el partido al mismo tiempo que celebraba su tanto con el puño en alto del Black Power.

Vinícius apareció en el momento decisivo

El comienzo de la segunda parte coincidió con un monumental diluvio en Mestalla y, al mismo tiempo, con la intención del Madrid de tratar de empatar el partido. De hecho, fue el equipo blanco el que buscaba con ahínco el empate, que pudo llegar en una gran jugada personal de Bellingham que, tras un inmenso regate, no acertó a empatar el choque después de una gran intervención de Mamardashvili bajo palos. Solo unos minutos después, Lunin salvaba otra parecida a Javi Guerra.

El partido había cambiado diametralmente y el Madrid volcaba el campo a su favor. Era el recién entrado Brahim el primero en avisar, tras gozar de una gran ocasión, al armar un disparo rapidísimo en la frontal que lamió el palo derecho de la meta del portero valencianista. El Madrid avisaba. Y fue en el minuto 76 cuando, de nuevo Vinícius, rompía la defensa del Valencia para empatar el partido y corregir los fallos defensivos de su equipo en la primera mitad.

En una buena combinación del Madrid, Brahim alcazaba la línea de fondo y metía un preciso centro al área para que el brasileño, llegando desde atrás, marcara de cabeza el empate a dos. El Valencia había bajado físicamente y el Madrid apretaba, consciente de la necesidad de sumar tres puntos en su lucha por LaLiga. Quedaban más de diez minutos y el conjunto de Ancelotti se lanzaba al ataque en busca de un triunfo que se estaba mereciendo en una gran segunda parte.

El tramo final fue una verdadera locura, con situaciones de todo tipo. Con el Madrid en vuelo, en una acción desafortunada, Tchouaméni cayó sobre la rodilla de Diakhaby, al que lesionó gravemente de manera involuntaria. Solo unos minutos después, ya en el descuento, Gil Manzano pitaba penalti a favor del Valencia en una acción de Fran García sobre Hugo Duro, que el VAR se encargó de corregir, después de que el defensa tocara claramente el balón… y llegó el lío.

Y se armó en Mestalla

Corría el minuto 100 de partido, el último de descuento, cuando el Madrid disponía de un córner. Tras el saque de Modric, Tchouaméni estuvo a punto de embocarla a gol, pero el balón le cayó a Brahim que, con una genialidad, la ponía de nuevo en el área. Bellingham, entrando con todo, remataba con la testa para anotar el gol de la victoria del Madrid, pero el árbitro pitaba el final del partido e invalidaba el tanto blanco. El lío estaba servido.

Todo el Madrid se lanzaba como loco hacia el árbitro para entender por qué había pitado el final justo un segundo antes de que el balón entrara en la meta de Mamardashvili y, por si fuera poco, en las protestas, le mostraba la roja a Bellingham por sus quejas. Un partido loco, en el que Vinícius demostró que cuando habla en el campo no hay quien le pare, y en el que Gil Manzano se quiso convertir en el gran protagonista del encuentro por sus decisiones.

Lío monumental en Mestalla. En un partido loco, en el que hubo de todo, el gran protagonista terminó siendo el colegiado Gil Manzano (2-2). ¿Por qué? Porque, cuando el Real Madrid lograba el gol de la victoria en el minuto 100 de partido, pitaba el final del partido justo segundos antes de que el remate de Jude Bellingham entrara en la portería. La decisión del colegiado evitó la victoria blanca, en un partido donde hubo VAR, lesiones graves, expulsiones y polémicas de todo los colores.

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