¿De qué se queja Arda Güler? El morro torcido del turco que molesta en el Real Madrid

Arda Güler tuerce el gesto en cada partido que se queda sin jugar y esta actitud molesta en el Real Madrid. Al primero que no le gusta es a Ancelotti, aburrido con los que le preguntan por los minutos del turco. Los compañeros con más confianza le aconsejan que cambie sus modos.

El turco pagó su frustración en el Clásico ausentándose de la fiesta del equipo en el césped. Mal detalle. Es la reacción de un chico que se coge una rabieta y no valora la importancia de una semana grande con la clasificación para las semifinales de la Champions y la remontada en el Clásico. A la hazaña de eliminar al campeón de Europa en su campo siguió la del Barcelona, en un partido que hubo que remontar en dos ocasiones. Sirvió para dejar el título de Liga encarrilado y disfrutar de la doble satisfacción que da eliminar al equipo de Guardiola y al de Xavi. En la celebración en el césped estuvieron todos los que no habían jugado menos el turco.

Güler conocía que jugar en el Real Madrid sería complicado, pero no tanto. Su plan no sale como esperaba. Cuenta con el cariño de sus compañeros, valorado por el club por su talento y arropado por la mala suerte de haber pasado por tres lesiones en los primeros meses de la temporada. Se le señala como un talento que todavía tiene que aprender y estar más calmado. Tiene desparpajo y genera demasiada expectación. Lo demostró en el partido contra Osasuna en El Sadar con una volea desde el centro del campo que, de entrar, estaría entre los candidatos a mejor gol del año. El balón pegó en el larguero de la portería de Sergio Herrera.

Esa fantasía que no puede demostrar semana tras semana, por sentir que Ancelotti no le da las suficientes oportunidades, le lleva a tener reacciones de inmadurez. Es, en cierto modo, por ser un consentido. Entre las condiciones que puso para fichar por el Real Madrid estaba que no salía cedido y el club le permitió quedarse en una plantilla con siete centrocampistas. Esto supuso un marrón para Ancelotti.

Los primeros meses no dio problemas con la recuperación de las lesiones, pero desde que empezó el año tiene el morro torcido si se queda sin jugar. Ancelotti no consiente estos comportamientos, aunque en su caso prefirió mirar para otro lado en el partido contra el Almería en el Bernabéu. El chico se quedó sin jugar y, tras el calentamiento en la banda, se metió al banquillo tirando el peto al suelo.

La paciencia de Ancelotti

A Carlo Ancelotti le saca de quicio que en cada rueda de prensa le pregunten por Güler, como si estuviera cometiendo una injusticia por no darle minutos. El turco tiene un país detrás que está ansioso por verle triunfar lo más rápido posible en el Real Madrid. Convive con esta presión. Ancelotti tira de paciencia, pero le cansa dar explicaciones de un joven que sufrió una lesión, que se ha tenido que poner en forma física, hacer un trabajo de fortalecimiento en el gimnasio, coger ritmo y tener minutos. No es sencillo jugar en un equipo con dinámica ganadora.

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Los minutos están caros en el Real Madrid y a Güler le quema que solo lleva 98 disputados y no se ha estrenado en la Champions. No ha contado para el entrenador en los últimos cinco partidos. Ha sido invisible. Pero en su misma situación o peor está Dani Ceballos, que no ha jugado nada en los últimos seis partidos, desde que salió en el minuto 89 contra el Celta. Era el 10 de marzo.

El entrenador maneja un caso especial y a falta de seis partidos para que finalice la Liga busca cómo darle caramelos al turco. Pero el asunto Güler no estará cerrado definitivamente. Si el chico decide que lo mejor para él es quedarse en el Real Madrid la temporada que viene y no contempla una cesión para tener más minutos, se pueden seguir viendo escenas de su egoísmo.

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Le pasa factura su impaciencia y las ganas de jugar más minutos, de querer demostrar que ha venido al Real Madrid para triunfar. Ancelotti ya le ha dejado claro que tiene que cumplir con un periodo de adaptación, que hay competencia, tiene muchos años para crecer y convertirse en un futbolista importante en el Real Madrid.

Güler solo tiene que mirar a su lado y darse cuenta de lo que le ha costado jugar a Fede Valverde y Brahim Díaz. Son los dos compañeros que invitó a una barbacoa en su casa el día después del Clásico. Fede Valverde cumplió 250 partidos con el primer equipo del Real Madrid en el Clásico, pero hasta llegar a esta cifra pasó una temporada por el Castilla (30 partidos), otra por el Deportivo (25 partidos) y ya lleva seis temporadas en el Madrid. Brahim Díaz llegó en enero de 2019 y estuvo una temporada y media. Decidió que le venía bien salir para tener minutos y se fue al Milan, donde jugó 124 partidos. Al malagueño le ha costado tener oportunidades esta temporada. Güler no se puede quejar.