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Por qué Guardiola se vengó con un ataque premeditado al estado del césped del Bernabéu
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Por qué Guardiola se vengó con un ataque premeditado al estado del césped del Bernabéu

Pep Guardiola no quería jugar el partido con el techo cerrado del Bernabéu y pasó factura con su crítica al mal estado del césped, con ironía y acidez envió un recado a Florentino Pérez

Foto: Pep Guardiola, en el Bernabéu, da instrucciones a su equipo. (Nick Potts/PA Wire/DPA)
Pep Guardiola, en el Bernabéu, da instrucciones a su equipo. (Nick Potts/PA Wire/DPA)

Pep Guardiola le ha sacado un defecto al nuevo Bernabéu del que se está hablando demasiado y tiene repercusión dentro del Real Madrid. El entrenador del Manchester City vio la ocasión perfecta para quejarse del mal estado del césped. "A mí me gusta ver el cielo. Ahora solo tienen que cuidar la hierba" son unas declaraciones que en el club no se ven como una recomendación de un profesional, sino más bien como un ataque premeditado.

El Real Madrid se remite al informe de la UEFA que validó el estado del césped como practicable y la opinión de los árbitros. En su defensa argumenta que hay campos que están en peores condiciones. Aun así, el césped del Bernabéu no es una alfombra tras gastarse más de 200 millones de euros en un invernadero que guarda las seis láminas (cada una pesa una tonelada y media) para ponerlo a resguardo de las heladas.

Guardiola sabía por Rodrigo Hernández en qué estado se encontraba el césped del Bernabéu. El mediocentro del Manchester City lo pudo comprobar días antes en el partido amistoso entre España y Brasil que se disputó en el Bernabéu, pero en esta ocasión no se quejó públicamente, como sí hizo tras el empate a tres en la ida de los cuartos de final de la Champions. "Se levantaba y escupía el balón", comentó Rodri a los medios.

Pep y Rodri encontraron la manera de justificar el resultado. El césped perjudicó al equipo que mejor trata, mima y hace correr el balón. Pero Guardiola se excedió y animó a Florentino a que lo cuide, con su fina acidez, para dejar en ridículo la obra subterránea del invernadero. Es una venganza del técnico al rechazo por disputarse el partido con el estadio cerrado. El Real Madrid lo califica como una falta de respeto.

placeholder El césped se levanta en la carrera de Foden y la de Camavinga. (Nick Potts/PA Wire/DPA)
El césped se levanta en la carrera de Foden y la de Camavinga. (Nick Potts/PA Wire/DPA)

Esto es, a grandes rasgos, lo que se interpreta de las palabras de Guardiola. No da puntada sin hilo. El día antes del partido se hizo viral su respuesta sobre el hecho de que el Madrid echara el cierre al techo del estadio con unas declaraciones que tenían un tono entre el asombro y la indiferencia. El sorprendido Guardiola no se acordaba de si había jugado alguna vez en un estadio cerrado y le extrañó que en el Bernabéu se jueguen partidos con techo retráctil. No era partidario y lo hizo saber a los miembros de su expedición.

Hoja de reclamaciones

Primero fue el techo y después el césped. Ni una cosa ni otra le gusta a Guardiola, pero la segunda le vino de perlas para ridiculizar la obra faraónica de Florentino, al que le envió el mensaje. Sabe muy bien qué tiene que decir y a quién dirigirse. A Guardiola no le apoyan solo los del Manchester City. El guardiolismo es una religión de aficionados culés que están pendientes de todo lo que haga o diga Pep. Hacer de menos el techo y protestar de un césped al que no le da la luz natural y se guarda bajo el estadio (el hipogeo) lo aplauden más los guardiolistas que los fanáticos del City.

Foto: Luis Enrique, pensativo, en el banquillo del PSG. (EFE/EPA/Yoan Valat)

Lo que hizo Pep fue pedir la hoja de reclamaciones nada más terminar el partido del Bernabéu, descolocado por el gol de Fede Valverde que le impidió celebrar una victoria que habría dejado muy tocado al Madrid y le habría encumbrado en un contesto favorable. Se tiró toda la semana quejándose del calendario y de las bajas, no pudo jugar ni con Ederson, Walker ni Aké. Se le cayó en el último momento De Bruyne por unos vómitos. A falta de diez minutos para el final tenía la victoria en la mano y apareció, otra vez, el carácter del Madrid para empatar el partido con el golazo de Fede Valverde.

Lo del mal estado del césped es una estrategia más de Guardiola para desviar la atención de la rabia y la frustración que le dio que le empataran el partido y no poder sacar pecho de haber ganado con menos días de descanso y la ausencia de jugadores importantes.

Foto: Nacho en el partido contra el Leipzig en el Bernabéu. (AFP7)

El Real Madrid levantó el partido tras el primer gol de Bernardo Silva y pudo hacer más daño si Vinícius y Bellingham hubieran estado acertados. El Madrid perdonó, el City sufrió y, con el mal estado del césped, hizo dos golazos. No fue solo el césped. El Real Madrid, también con bajas, fue superior en la primera parte y en el inicio de la segunda. Con Courtois por Lunin y Militao por Tchouaméni, habría sido otro partido. Más duro para el City. Ancelotti no se quejó de las bajas ni desvió la atención.

El Real Madrid está vivo, va a jugar por segundo año consecutivo el partido de vuelta en Manchester y esto es lo importante. De ello habla poco Guardiola. Ha tenido, por dos veces consecutivas, un sorteo agraciado.

En el Real Madrid apuntan la crítica de Guardiola sobre el estado del césped, pero no porque lo diga el entrenador del Manchester City, sino porque consideran que es mejorable y la obra no está cien por cien acabada. Entre los jugadores del Madrid también se habla de un césped que es mejorable, pero que no está ni mucho menos impracticable, como dice Pep. En cualquier caso, el césped pasó el filtro de la UEFA, que inspecciona al detalle el estadio y no le puso objeción. Tampoco al cierre del techo retráctil, del que no estaba de acuerdo Guardiola en la previa del partido.

Pep Guardiola le ha sacado un defecto al nuevo Bernabéu del que se está hablando demasiado y tiene repercusión dentro del Real Madrid. El entrenador del Manchester City vio la ocasión perfecta para quejarse del mal estado del césped. "A mí me gusta ver el cielo. Ahora solo tienen que cuidar la hierba" son unas declaraciones que en el club no se ven como una recomendación de un profesional, sino más bien como un ataque premeditado.

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