La canallada a Abdón Prats en la final de Copa del Rey: esto no se le hace al ídolo del Mallorca

El Athletic se quitó la espina de la Copa del Rey y Javier Aguirre clavó una a la afición del Mallorca que duele más que haber perdido la final. En el lado romántico que tiene el fútbol, están los que califican como una injusticia que el entrenador mexicano no diera ni un solo minuto a Abdón Prats. No le salva a Aguirre que escenificara, con un acercamiento en el calentamiento, unas explicaciones a un futbolista que está en el corazón de los seguidores bermellones.

Abdón Prats, nacido en Artà y canterano del Mallorca, tiene un valor especial en la historia del club por ser uno de los dos jugadores que quedan en la plantilla desde el duro trayecto del equipo en el pozo de la Segunda división B hasta tener un papel destacado para llegar a la disputa de la final de la Copa del Rey. El otro jugador es Raíllo. En la travesía de ascensos y descensos hasta la final en Sevilla, el rendimiento de Abdón ha sido crucial.

La afición del Mallorca quería ganar el título, como Abdón. Lo que no se podía imaginar es que su jugador más especial y emblemático se quedara sin participar en un partido en el que, con la prórroga, se podían hacer hasta seis cambios. A Javier Aguirre se le empezó a remover la conciencia en el minuto 99, cuando se acercó hasta la zona de calentamiento para justificarse ante el ídolo. Un gesto extraño, poco normal en un entrenador, que avisó de un mal presagio. Desde la grada se escuchaba la insistencia de los aficionados pidiendo la entrada de Abdón Prats.

Javier Aguirre cosechó dos derrotas: la Copa y la indignación de los aficionados que, en su mayoría, están más dolidos por lo que sucedió con Abdón Prats. Aguirre podía perder la final. Nadie le iba a culpar de una derrota tras eliminar al Girona y la Real Sociedad. El Mallorca no era el favorito, dio la cara y llevó al límite al equipo de Ernesto Valverde. Lo que no se le perdona es la injusticia y falta de sensibilidad con el futbolista que más goles (seis) ha marcado del equipo en esta Copa del Rey.

Es más fácil de digerir una derrota en los penaltis que dejar sin jugar ni un solo minuto a Abdón Prats. Este es el sentimiento generalizado que hay en la isla y que Javier Aguirre, a pesar de verlo venir, no supo gestionar o directamente le atropellaron los acontecimientos. Abdón Prats se quedó sin jugar tras el último cambio de Van der Heyden por Toni Lato en el minuto 110. Antes habían entrado Antonio Sánchez por Larín, Morlanes por Darder, Radonjic por Dani Rodríguez, Maffeo por Valjent y Nastasic por Copete.

Lo había jugado todo

En Mallorca siguen sin encontrar una explicación a que Abdón Prats, que había jugado los siete partidos de Copa del Rey (en tres de ellos todos los minutos), se quedara sin participar en el encuentro más importante de su vida. Borrado de la cita para la historia. No es solo una cuestión del cariño que tiene la afición con un jugador de la casa. Se trata de los méritos que ha hecho esta temporada, por su rendimiento y goles, para haber participado en la final y aportar la contundencia ofensiva que le faltó, por ejemplo, al canadiense Cyle Larín.

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Acordarse de Abdón Prats yendo a la zona de calentamiento y no contar con él en ninguno de los seis cambios es una canallada, aunque Aguirre explicara en rueda de prensa que lo lamenta y le pusiera como ejemplo de jugador que antepone lo colectivo a lo individual. Lo explicó muy bien Sergi Darder con unas declaraciones que dejan en muy mal lugar a Javier Aguirre: "Abdón es el Mallorca. No hay otro más jodido que él. Tenía una ilusión terrible en la habitación. Soñaba con esta final. Si hubiera tenido unos minutos, por ese don que tiene, seguro que nos hubiera dado algo más".

Abdón Prats es considerado en la isla como el hombre milagro, un talismán, el que aparece en situaciones críticas. Es el máximo goleador del Mallorca en el ascenso de la categoría de bronce a la de plata, el del gol al Deportivo para llegar a la Primera División y el que marcó el tanto de la victoria al Rayo Vallecano, en el descuento, que evitó un descenso a la Segunda División. El que vela por el Mallorca y se fue del estadio de La Cartuja llorando por una derrota en la que Javier Aguirre no le tuvo en cuenta.