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Cómo Aguirre convirtió en oportunidad la desventaja para poner al Athletic contra las cuerdas
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EN LA FINAL DE LA COPA DEL REY

Cómo Aguirre convirtió en oportunidad la desventaja para poner al Athletic contra las cuerdas

El entrenador mexicano diseñó un plan de partido que tuvo intranquilos a los bilbaínos hasta que empató Sancet. La presión e intensidad mostrada por su equipo cautivó a todos

Foto: Aguirre, en la banda durante la final. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Aguirre, en la banda durante la final. (Reuters/Marcelo del Pozo)

"Los penaltis son una moneda al aire y hoy cayó cruz. No tengo nada que reprochar a los jugadores. Llevamos al Athletic hasta los 120 minutos, a un equipo que nos había vapuleado la última vez. Hicimos un partido digno". Estas fueron las palabras de Javier Aguirre para resumir la final de la Copa del Rey. Calificar el rendimiento de su equipo como digno es quedarse corto, porque el Mallorca tuvo contra las cuerdas al rival. El plan tejido por el mexicano funcionó a las mil maravillas.

El Mallorca tiene el 13º límite salarial de la Liga y está bien alejado del Athletic. Mientras que los vascos buscan la clasificación a la Champions, los baleares están sólo seis puntos por encima del descenso. La ventaja de las finales es que no hay diferencias. O que se disipan, porque todo se reduce a 90 minutos. Ahí el presupuesto encoge; la ilusión y los sueños se agrandan.

Es la magia del fútbol y de esta Copa del Rey, donde los pequeños cuentan con una dosis de relevancia impropia. El Mallorca parecía un okupa en una fiesta, y en realidad fue mucho más que eso. Porque la estrategia les funcionó hasta llevar el partido al abismo, un lugar en el que se puede caer en el lado bueno. Y en el malo. Esta vez, sin embargo, no les sonrió el azar.

Jorge Valdano dijo que "el fútbol es un estado de ánimo" y era difícil descifrar qué equipo estuvo mejor en Sevilla. Aguirre se encargó de aportar su dosis de autenticidad en los momentos previos a la tanda. Optó por el juego psicológico con sus muchachos. Fue la misma estratagema que tan bien funcionó en San Sebastián, y que no dio resultado en La Cartuja.

placeholder Aguirre y el saludo con Valverde. (Europa Press)
Aguirre y el saludo con Valverde. (Europa Press)

La gabarra saldrá de nuevo

Los bermellones diseñaron una madriguera infranqueable para el Athletic. El plan era alargar el partido, conscientes de sus limitaciones. Dicen que es mejor potenciar las virtudes que corregir los efectos. Se lo aplicó Aguirre, que tiró de pragmatismo para reducir la superioridad. No era fácil, porque eran inferiores, a priori, en el campo. Y en la grada.

"Es imposible hacer un pronóstico de un partido que no se ha jugado nunca", explicó Santiago Segurola. Aunque el Athletic era favorito, Ernesto Valverde sabía que tenía un duro rival enfrente. En Bilbao había tal nerviosismo que la palabra gabarra era igual de innombrable que Voldemort. Aguirre, en cambio, se divertía en cada entrevista e incluso bromeaba con la ausencia de su mujer y su soledad en los días previos.

placeholder Aguirre da instrucciones antes de la prórroga. (EFE/Raúl Caro)
Aguirre da instrucciones antes de la prórroga. (EFE/Raúl Caro)

Las palabras con Abdón

Sus gestos, además, avalaron su señorío. Un tipo que ha demostrado que es un buen entrenador, pero también una gran persona y un excelso gestor de grupos. Las palabras con Abdón Prats para justificarle su ausencia en el partido así lo mostraron. Lo explicó él mismo: "Merecía jugar, porque es la esencia del Mallorca. Pero las circunstancias me obligaron a no darle minutos. Es un profesional y lo ha aceptado y encajado".

El Mallorca, que hasta hace nada estaba en Segunda B, tiene un proyecto con Javier Aguirre capaz de rozar un título con la yema de los dedos. Al mexicano no lo han renovado todavía, y deberían darse prisa. Este tipo de entrenadores, con semejante carisma y destreza, no se encuentra con facilidad. Si había que caer, cualquiera firmaría hacerlo como los bermellones.

"Los penaltis son una moneda al aire y hoy cayó cruz. No tengo nada que reprochar a los jugadores. Llevamos al Athletic hasta los 120 minutos, a un equipo que nos había vapuleado la última vez. Hicimos un partido digno". Estas fueron las palabras de Javier Aguirre para resumir la final de la Copa del Rey. Calificar el rendimiento de su equipo como digno es quedarse corto, porque el Mallorca tuvo contra las cuerdas al rival. El plan tejido por el mexicano funcionó a las mil maravillas.

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