La autocrítica de Nacho, clave si el capitán quiere ser competitivo contra el Manchester City

No es una duda cualquiera la que tiene Carlo Ancelotti para elegir quién acompañará a Rüdiger como central en el partido contra el Manchester City en el Bernabéu. Es una decisión crucial para resolver si el entrenador ha perdido la confianza en Nacho y está más seguro con Tchouaméni en la defensa. El francés empezó siendo un recurso de emergencia, tras la grave lesión de David Alaba, y llega a la ida de los cuartos de final de la Champions con opciones de ser titular. Si el entrenador elige esta opción, será el final definitivo de Nacho en el Real Madrid.

Dudar de que Nacho tenga que jugar este partido en el Bernabéu es una ofensa para un futbolista que ha demostrado saber competir en partidos de máxima envergadura y ante rivales poderosos. Es cierto que no está siendo la mejor temporada del capitán, que ha cometido errores, despistes y acciones descontroladas que le han costado expulsiones.

Nacho tiene que estar por delante de Tchouaméni contra el Manchester City para jugar en la defensa por experiencia, jerarquía y galones. Se lo merece, a pesar de su irregularidad, porque está más rodado que el francés para un partido en el que Haaland, De Bruyne, Bernardo Silva, Phil Foden, Julián Álvarez... llevarán al límite el sistema defensivo del equipo.

Hay que creer en Nacho porque Militao no está con el ritmo y la forma física adecuada para jugar la ida de los cuartos. La vuelta, el 17 de abril, es otro debate. Con más tiempo y probando al central brasileño en el partido de Liga contra el Mallorca, dirá si es el momento de volver al once en el Etihad Stadium.

Entre Nacho y Tchouaméni, el primero da la garantía de ser un veterano que conoce cómo se compite en las eliminatorias de la Champions. El Manchester City no es un partido de Liga. Es la primera final a dos partidos para intentar eliminar al campeón de Europa y Nacho está ante la ocasión de volver a ser el que nunca falla.

Sin despistes

Nacho es un futbolista acostumbrado a los retos difíciles, curtido por el esfuerzo que le ha costado ganarse minutos en el Real Madrid. Este reto lo tiene ante el City y ha hecho autocrítica. No se puede permitir otro mal partido. Ni cometer errores como el que sucedió con Marcos Llorente en el derbi de Liga en el Bernabéu que supuso el empate. Nacho tiene que ser más agresivo, atento al juego e imponer su contundencia. Se caracteriza por ser humilde, exigente y lleva toda la semana preparando el partido contra el City a conciencia.

TE PUEDE INTERESAR

El plan del Madrid para reactivar a Bellingham y el de Guardiola con un desatado Phil Foden

Ulises Sánchez-Flor

En la eliminatoria de octavos, contra el Leipzig, jugó los dos partidos de titular. El primer con Tchouméni por una lesión de Rüdiger y el del Bernabéu con el alemán. Es una pista de que, en Europa, el capitán tiene un puesto entre los titulares. Entre medias, en la Liga, Ancelotti eligió a Tchouaméni de central para jugar en Mestalla contra el Valencia y en El Sadar ante Osasuna. Mostró sus dudas con Nacho.

La última prueba antes de recibir al Manchester City fue el partido contra el Athletic en el Bernabéu y Nacho jugó de central y Tchouaméni de pivote. Para este encuentro, Camavinga llegó tocado del tobillo por un golpe con la Selección. No hay nada concluyente. Ancelotti tiene que elegir qué hacer con Nacho. El capitán ha hecho autocrítica, importante para mejorar su rendimiento y recuperar la confianza del entrenador.

Nacho (34 años) ha disputado 353 partidos con la camiseta del Real Madrid y fue de los que no celebró la clasificación contra el Leipzig tras el empate en el Bernabéu. Hizo de portavoz para decir que habían cumplido el objetivo, pero que había que reconocer que no hicieron un buen partido, que concedieron demasiadas ocasiones al equipo alemán y les faltó solidez. Habló de aprender, pelear y luchar para afrontar los cuartos de final de la Champions con más garantías. Contra el City habrá momentos en los que toque sufrir y el capitán se exige dar la talla ante un rival peligroso.