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Ponga un uruguayo en su vida: Fede Valverde se resiste a que maten al Real Madrid (3-3)
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Ponga un uruguayo en su vida: Fede Valverde se resiste a que maten al Real Madrid (3-3)

El Real Madrid no lleva el mejor resultado para la vuelta en Manchester, pero sigue vivo gracias al gol salvador de Fede Valverde. El equipo de Ancelotti mostró coraje y personalidad

Foto: Fede Valverde celebra el tercer gol del Real Madrid. (EFE/Juanjo Martín)
Fede Valverde celebra el tercer gol del Real Madrid. (EFE/Juanjo Martín)

El Real Madrid se resiste a que le den por muerto en la Champions. A falta de diez minutos perdía (2-3) y un misil de Fede Valverde igualó un partido que le dejaba muy debilitado para la vuelta. El uruguayo mantiene viva la eliminatoria, porque si algo tiene el Madrid, como ya se sabe, es que no se rinde. En Manchester necesitará una proeza, pero tiene espíritu y ganas. Lo demostró en el Bernabéu, con un partido vibrante, épico, una montaña rusa de emociones. Fede Valverde, su raza, da opciones al Real Madrid. Ponga un uruguayo en su vida. Son competitivos, luchadores, dan energía positiva. Siempre tiene hambre.

El Real Madrid tuvo al campeón de Europa contra las cuerdas con el dos a uno y le faltó rematarlo. Le penalizó la pegada del equipo de Guardiola. El Manchester City tuvo la contundencia para hacer tres goles desde fuera del área, se veía con una ventaja favorable y un rival desmoralizado. El equipo de Ancelotti no bajó los brazos, se sobrepone a todo. A un inicio nefasto en la primera parte que le costó un gol en el primer minuto y a una recta final con el cañonazo del uruguayo. Un gol que puede valer oro.

A la excelente reacción, con remontada en la primera parte, le faltó continuidad y más premio en la segunda. Lo salvó Fede Valverde en un centro de Vinícius. Es la resistencia del Madrid. No es el mejor resultado. Pero podía haber sido peor. La eliminatoria es favorable para Guardiola, pero el Madrid no desfallece. Incluso a sus propios errores, que le llevaron a tirar de carácter y fuerza para darle la vuelta a un inicio de partido desastroso. En dos minutos le dio la vuelta, en una nueva demostración de que es un equipo capaz de hacer lo mejor en la Champions.

Del partido en el Bernabéu sale reforzado el carácter del Madrid por demostrar que puede sobrevivir y levantarse en momentos duros. El empate es el mismo resultado que el uno a uno del año pasado. La desventaja está en jugar la vuelta en el Etihad Stadium y contra un City que la temporada pasada pasó por encima de los de Ancelotti. Precisamente tiene que servirle de experiencia para competir mejor y mostrar la agresividad y personalidad que se vio en una reacción demoledora en la primera parte. Se vio un partido vibrante, intenso y un Real Madrid en el que brillaron muchos jugadores y decepcionaron otros: Bellingham y Lunin. El inglés estuvo desaparecido y el portero puso el partido cuesta arriba.

placeholder Camavinga disputa un balón con Kovacic. (EFE/Juanjo Martín)
Camavinga disputa un balón con Kovacic. (EFE/Juanjo Martín)

Levantarse de un gol en el primer minuto tiene un mérito que también va en las señas de identidad del Real Madrid. Una remontada que pone en valor la actitud de los jugadores tras la losa de verse en el primer minuto con una tarjeta amarilla a Tchouaméni (sancionado para la vuelta) y el despiste monumental de Lunin en la falta que marcó Bernardo Silva.

Todo lo planificado por Ancelotti saltó por los aires con el gol del Manchester City. El error de Lunin es imperdonable. No se puede entender cómo el portero no coloca la barrera, la deja en un solo hombre y descuidado el palo que le toca vigilar. Gol de pillo de Bernardo Silva. También es extraño cómo Tchouaméni va con esa violencia a la acción en la que derriba a Grealish y provoca la falta. El francés no es central, Nacho se quedó en el banquillo y el experimento no funcionó de inicio en un partido de máxima dificultad. Tchouaméni se desquitó tapando un disparo peligroso de Grealish, ya con el 2-1 en el marcador y a la media hora del partido.

La energía de Camavinga

Lo mejor fue la respuesta del Real Madrid al mazazo de un gol que congeló el Bernabéu. El equipo reaccionó con los dos mandatos que dio Ancelotti: coraje y personalidad. No le hizo falta al Madrid desplegar un fútbol fluido, dominante y creativo. Le metió ritmo, verticalidad y arrojo. Respondió como un equipo intrépido y de esta manera igualó el partido con el misil de Camavinga.

El balón lo desvía Rubén Días, despista a Ortega, el portero del City se descoloca. Hay fortuna en el empate, pero también mucha determinación de Camavinga. Jugó de pivote y demostró que va sobrado de energía y personalidad. Se atreve con todo, no se arruga y en ese punto de locura sacó ventaja. El gol devolvió el rugido a la grada y asustó al equipo de Guardiola.

El City entró en dudas y no encontraba cómo conectar con Haaland. Perfecto el marcaje de Rüdiger, de nuevo, más agresivo, anticipándose a los balones y siendo una lapa. El Madrid sabía replegarse, sin dejar espacios, y trabajó como un equipo en la recuperación del balón. Excelente Kroos en las ayudas y en el equilibrio táctico y emocional. Encontró el punto débil del Manchester City. Lo que se temía Guardiola. Un balón largo de Vinícius a Rodrygo, que salió desde su propio campo, puso en carrera al brasileño y a Akanji. Rodrygo, a campo abierto y arrancando por la banda izquierda, llegó con la pelota al área y en un último esfuerzo disparó. El balón toca en Akanji ligeramente y Ortega, en su salida, no puede taparlo. Es gol de Rodrygo.

En dos minutos le dio la vuelta al gol de Bernardo Silva. Una auténtica locura. El Real Madrid mostró agresividad, en la recuperación y las transiciones. Llegó con la amenaza de Rodrygo y Vinícius. El City era un equipo incómodo, previsible e inofensivo. Así se llegó al descanso.

Rüdiger paró a Haaland

El Manchester City dio un paso al frente en el inicio de la segunda parte y el Real Madrid juntó líneas, activó el bloque defensivo intenso y sin dejar espacios. Si había alguna, allí aparecía Rüdiger para ganar los duelos. Se encargó de Haaland y cortó los avances de Bernardo Silva. La primera aproximación del Madrid fue un disparo de Bellingham, tras recortar dentro del área, que se fue desviado. El inglés fue de lo más flojo en la exhibición de la primera parte.

La segunda ocasión la tuvo Vinícius con un zurdazo que se le fue ligeramente por arriba de la escuadra. Perdonó el tercero. Los dos brasileños, Rodrygo y Vinícius, enchufados y afilados, eran los más peligrosos. La respuesta del City llegó con un disparo centrado de Phil Foden y otro seguido de Bernardo Silva. Le costaba tener claridad y profundidad. Lunin estaba más seguro y mejor colocado. Pero el ucraniano no hizo milagros. No llegó al golazo de Foden. En esta ocasión, el inglés ajustó el balón en la escuadra con un zurdazo desde la frontal del área.

Lo grave sucedió cinco minutos después con el golazo de Gvardiol, una rosca desde fuera del área a la que no llega Lunin. Mató el City y perdonó el Real Madrid. Fede Valverde hizo el gol para seguir creyendo. El primer duelo entre los dos últimos campeones de Europa queda en tablas, pero el Madrid hizo más por ganarlo. Le falló estar más acertado con el gol.

El Real Madrid se resiste a que le den por muerto en la Champions. A falta de diez minutos perdía (2-3) y un misil de Fede Valverde igualó un partido que le dejaba muy debilitado para la vuelta. El uruguayo mantiene viva la eliminatoria, porque si algo tiene el Madrid, como ya se sabe, es que no se rinde. En Manchester necesitará una proeza, pero tiene espíritu y ganas. Lo demostró en el Bernabéu, con un partido vibrante, épico, una montaña rusa de emociones. Fede Valverde, su raza, da opciones al Real Madrid. Ponga un uruguayo en su vida. Son competitivos, luchadores, dan energía positiva. Siempre tiene hambre.

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