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Sumar se vuelca para contener otro batacazo electoral: toros, Palestina y pacto sindical
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Tensión en la coalición

Sumar se vuelca para contener otro batacazo electoral: toros, Palestina y pacto sindical

Díaz y sus ministros tratan de sacar cabeza en la recta final de las elecciones catalanas y buscan su espacio para las europeas con propuestas para salir de la invisibilidad y batallar por el voto progresista

Foto: La vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz. (Europa Press/Eduardo Parra)
La vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz. (Europa Press/Eduardo Parra)
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Sumar intenta salir de la invisibilidad en la recta final de las elecciones catalanas y con las europeas como siguiente meta volante. En las últimas horas, Yolanda Díaz y los ministros de su marca tratan de sacar cabeza con propuestas propias, que les diferencie del PSOE y les permita batallar por el voto progresista. La búsqueda de ese protagonismo ha provocado unos tímidos rifirrafes entre los socios de coalición, que resultan más llamativos, precisamente, por ser muy poco habituales.

En comparación con la tensión que existía en el seno del Gobierno en los tiempos de Podemos, la convivencia entre Díaz y los socialistas es muy cordial. Tanto que los partidos que forman parte de Sumar llevan meses reclamando a la vicepresidenta segunda que no sea tan "blanda" con Pedro Sánchez.

Ahora, ante la cita de este domingo, con En Comú Podem en serio declive -la encuesta publicada el lunes por este diario apuntaba a que pasarían de los ocho diputados actuales a entre cuatro y cinco-, Sumar se ha volcado en contener la bajada con iniciativas de sus propios ministerios dirigidas a sus votantes.

El pasado viernes el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, anunció la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia porque la mayoría de la población está “en contra del maltrato animal”. En el bloque socialista se asumió sin más la decisión, que es una competencia exclusiva del ministro, pero la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, se vio obligada este martes a subrayar que la tauromaquia en España está considerada como patrimonio histórico y cultural y, por ello, "no corre riesgo".

Foto: Carmen Calvo, en la Plaza de Toros de las Ventas en la Feria de San Isidro de 2022. (EFE / Miguel Osés)

Menos elegante fue el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que recordó a Urtasun que "dan carnés de modernidad, pero los vota el 5%" de los españoles. El PP ya ha anunciado una iniciativa en el Senado para obligar a los socialistas a fijar posición. Fuentes del PSOE aseguran que aún no saben qué votarán, "dependerá del texto". Pero admiten que les pone en un aprieto. El portavoz en la Cámara Alta, Juan Espadas, ya dijo públicamente que no comparte la cancelación del premio.

En el PSOE creen que Urtasun está tratando de apuntalar el voto de los comunes porque una parte de su electorado se está marchando al PSC, según los sondeos. Cataluña es la autonomía donde más ha arraigado el movimiento antitaurino. Y, además, empezar a pujar por los casi 30.000 votos del Pacma de las últimas elecciones europeas.

Foto: Yolanda Díaz y la candidata de Sumar en las elecciones catalanas, Jéssica Albiach. (Europa Press/Alberto Paredes)

A esta fricción entre Sumar y los socialistas se añadieron ayer dos asuntos más, que acaban de redondear la voluntad de Díaz y los suyos de tener voz propia. El ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, ha comenzado a enviar cartas a empresas españolas que operan en Israel para que no contribuyan a "las flagrantes vulneraciones de Derechos Humanos que el Estado de Israel está cometiendo en los Territorios Palestinos Ocupados, incluyendo la Franja de Gaza, contra la población palestina".

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que desconocía esa misiva, replicó a su compañero en el Ejecutivo que Israel es un "Estado amigo de España". El Gobierno, que ya ha tenido varios roces importantes con Benjamín Netanyahu por la voluntad de Sánchez de reconocer el Estado de Palestina, no ha querido elevar más la tensión, justo a las puertas de que Albares viaje a EEUU para comunicar de manera oficial al secretario de Estado, Antony Blinken, que España dará ese paso.

El departamento de Bustinduy se ha justificado en que se trata de una acción más en la línea política del Gobierno, en un momento en que Yolanda Díaz ha intensificado la presión para que el reconocimiento se realice cuanto antes. Y varios portavoces de Sumar han criticado duramente la reacción del ministro de Exteriores por tildar de "amigo" a Israel.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

En este intento de ganar presencia y potencia, la vicepresidenta selló este miércoles un nuevo pacto con los sindicatos para la reforma del subsidio de desempleo del que se ha quedado fuera la patronal. Y casi a la vez, el presidente del Gobierno, en la clausura de la asamblea del Instituto de la Empresa Familiar, defendía el diálogo social, también con los empresarios.

En realidad, en plena batalla electoral, PSOE y Sumar lanzan guiños a su electorado. A Díaz, cuya proyección pública ha quedado muy diluida y no consigue dar brillo a su bloque dentro del Ejecutivo, le interesa reforzar su perfil de izquierdas y a los socialistas huir de aspavientos, en plena polémica en la Fiscalía General del Estado, colarse más en el centro para ayudar a Salvador Illa en Cataluña.

La pugna entre los dos partidos está abierta y proseguirá hasta las europeas. A partir de ese momento, en función de los resultados, será necesario recomponer Sumar. Si Sánchez aspira a reeditar el Gobierno de coalición, necesita un proyecto solvente a su izquierda. No demasiado fuerte pero lo suficientemente sólido.

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en el Senado. (Europa Press/Marta Fernández Jara)

En el PSOE son conscientes de que Sumar, con todas estas propuestas, "busca espacio", tanto para las catalanas como para las europeas. Aunque lo hacen, señalan, casi "al límite". Es evidente que los socialistas viven más tranquilos sin el conflicto permanente que suponía la cohabitación con Pablo Iglesias, pero tampoco les interesa que Díaz esté desaparecida, ni que haya roto con Podemos, porque supone una mayor fragmentación del voto y menos productividad en la representación electoral. Pero mientras eso se arregla, con los votantes de Sumar desorientados, el PSOE tampoco renuncia a cazar a su izquierda.

Sumar intenta salir de la invisibilidad en la recta final de las elecciones catalanas y con las europeas como siguiente meta volante. En las últimas horas, Yolanda Díaz y los ministros de su marca tratan de sacar cabeza con propuestas propias, que les diferencie del PSOE y les permita batallar por el voto progresista. La búsqueda de ese protagonismo ha provocado unos tímidos rifirrafes entre los socios de coalición, que resultan más llamativos, precisamente, por ser muy poco habituales.

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