Es noticia
Los vaivenes de Sumar y el bloqueo del Gobierno hunden el crédito de Yolanda Díaz
  1. España
Logra un 4,07 sobre 10

Los vaivenes de Sumar y el bloqueo del Gobierno hunden el crédito de Yolanda Díaz

La vicepresidenta y ministra de Trabajo está en mínimos y su puntuación está en caída desde hace justo un año, cuando era la que recibía mejor nota entre los líderes políticos. Bustinduy, Mónica García y Urtasun también la superan

Foto: Yolanda Díaz, durante la Asamblea fundacional de Sumar. (Europa Press/Ricardo Rubio)
Yolanda Díaz, durante la Asamblea fundacional de Sumar. (Europa Press/Ricardo Rubio)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Entre junio de 2021 y octubre de 2023, Yolanda Díaz encadenó 25 encuestas del CIS como la líder política mejor valorada del tablero nacional. Llegó a la cumbre con la marcha de Pablo Iglesias del Gobierno y su designación como la referente de Unidas Podemos en la coalición que presidía Pedro Sánchez, y ahí se ha mantenido sin demasiados problemas hasta que el pasado junio comenzó una caída libre que ha alcanzado este mes su peor dato. Los últimos meses no han sido un camino de rosas para la vicepresidenta y ministra de Trabajo, a pesar de que logró armar una alianza que permitió al espacio a la izquierda del PSOE aguantar lo suficiente para que los números hicieran posible un nuevo Ejecutivo de izquierdas.

El pico de valoración de Díaz hay que buscarlo en abril de 2022, cuando logró un 5,36 sobre 10, pero su puntuación siempre me ha mantenido por encima del 4,5, una cota relativamente difícil de superar en España para un político. Fue el pasado octubre cuando bajó de ese nivel, al rozarlo en un 4,49. Y entonces ya se atisbaban los problemas que después han estallado a Sumar y que tienen en la ruptura con Podemos el principal exponente. Desde entonces, no ha vuelto a superar ese punto y su valoración entró en caída libre en diciembre, justo cuando se produjo el divorcio con los de Ione Belarra en una tarde de pleno en el Congreso de los Diputados. El último sondeo, que corresponde a abril y se elaboró entre los días 1 y 4 de este mes, dejan a la gallega con un 4,07, por detrás de Pedro Sánchez y de Alberto Núñez Feijóo.

Pero no es el único dato llamativo que se puede desglosar del sondeo del CIS respecto a Sumar. Yolanda Díaz siempre ha tenido una mejor valoración como ministra del Gobierno que como líder de Unidas Podemos y Sumar. Esto no ha cambiado en las últimas fechas, pero en la edición de abril también se constata que la titular de Trabajo es la segunda con peor nota dentro del equipo magenta del Ejecutivo. La dirigente gallega recibe un 4,38 de puntuación por su labor como ministra, solo por encima de la titular de Juventud e Infancia, Sira Rego, que alcanza el 4,36. Por encima de ambas están Mónica García (4,39), ministra de Sanidad; Ernest Urtasun (4,48), ministro de Cultura, y Pablo Bustinduy (4,66), ministro de Derechos Sociales.

Ninguno de los miembros de Sumar están entre los peor valorados del Ejecutivo, algo que sí ocurría en la anterior coalición con las ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero. La clasificación ahora la cierran tres titulares del ala socialista como Fernando Grande-Marlaska (3,64), Óscar Puente (3,89) y Ángel Víctor Torres (3,65), ministros de Interior, Transportes y Política Territorial, respectivamente. Y dos de ellos están involucrados en la compra de mascarillas a la trama en la que fue detenido Koldo García Izaguirre, exasesor de José Luis Ábalos, que también formó parte del equipo de Transportes cuando el político valenciano era el número tres del PSOE.

El desplome de Yolanda Díaz llega en momentos complicados para el Gobierno del que forma parte, y precisamente su gestión de la polémica alrededor de caso Koldo es uno de los asuntos por los que está señalada. La ministra de Trabajo se limitó a proponer una serie de medidas contra la corrupción, como la creación de un organismo independiente para prevenirla, como ya existe en otros países de nuestro entorno, o la prohibición de los indultos a condenados por delitos de corrupción política. Es cierto que los socios de Pedro Sánchez no se han mostrado especialmente beligerantes con esta polémica y que la izquierda del PSOE, que se elevó a los altares después del 15-M con sus críticas a la corrupción, ha dejado algo apartada esta batalla.

Pero el principal dolor de cabeza de la impulsora de Sumar es precisamente la inestabilidad de su proyecto político. La propia conformación fue toda una odisea, como dejaron ver las conversaciones previas al 23-J en una nueva negociación contrarreloj que desgastó a la dirigente gallega. Fue justo entonces cuando comenzó la caída en la valoración que no hace más que profundizarse. La salida de Podemos de la coalición y el anuncio de Irene Montero de que los morados competirían con sus exsocios en las europeas del 9 de junio no acabó con las turbulencias dentro del espacio de Sumar.

Foto: Yolanda Díaz, en el cierre de la I Asamblea de Sumar. (Europa Press/Ricardo Rubio)

Los siguientes hitos en esta marejada han sido precisamente la conformación de la lista para los comicios al Parlamento Europeo y la convivencia de los distintos partidos que están bajo el paraguas magenta. Con la número uno, Estrella Galán, designada por Díaz, las distintas facciones negocian con Díaz para lograr el mejor puesto posible en las listas. El número dos se lo llevará Jaume Asens como representante de En Comú Podem, mientras que el tres será para Compromís, que ha estado a punto de ir por libre a Bruselas. El cuarto puesto, que no está garantizado ante la caída de las expectativas electorales, se lo disputarán IU y Más Madrid en lo que se antoja como otra lucha a brazo partido.

El proceso de articulación orgánica de Sumar ha sido otro motivo de roce para los distintos componentes de la alianza. El resultado es que Díaz ha cedido el poder territorial en Cataluña a los comunes, en Valencia a Compromìs, en Madrid a Más Madrid y en Andalucía a IU, ya que la federación de izquierdas tiene gran parte de su militancia en la comunidad. El rechazo de los comunes al presupuesto de la Generalitat y la convocatoria adelantada de elecciones en Cataluña el 12 de mayo han acabado por poner la guinda a esta sensación de descontrol.

En medio de este conflicto interno hay que dar un hueco también al formidable correctivo que Díaz sufrió en Galicia en las elecciones del 18 de febrero. La gallega no logró ni un escaño en su tierra ante el empuje del BNG de Ana Pontón, que bebió del electorado que optó por Sumar el 23-J y también del desencanto socialista. La división de la izquierda tampoco ayudó, como no ayudará en las elecciones en Euskadi, el próximo 21 de abril, donde Podemos tiene mucha más raigambre e incluso presencia institucional, algo de lo que Sumar adolece más allá del Congreso de los Diputados. Y esa es una de las tareas pendientes que debilitan a la ministra de Trabajo. Ni el mal momento del PSOE, acorralado entre la sombra de la corrupción y la amnistía, le permite levantar el vuelo a su partido, como ha ocurrido en otros periodos de debilidad de los socialistas.

Entre junio de 2021 y octubre de 2023, Yolanda Díaz encadenó 25 encuestas del CIS como la líder política mejor valorada del tablero nacional. Llegó a la cumbre con la marcha de Pablo Iglesias del Gobierno y su designación como la referente de Unidas Podemos en la coalición que presidía Pedro Sánchez, y ahí se ha mantenido sin demasiados problemas hasta que el pasado junio comenzó una caída libre que ha alcanzado este mes su peor dato. Los últimos meses no han sido un camino de rosas para la vicepresidenta y ministra de Trabajo, a pesar de que logró armar una alianza que permitió al espacio a la izquierda del PSOE aguantar lo suficiente para que los números hicieran posible un nuevo Ejecutivo de izquierdas.

Yolanda Díaz