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Los socios de Sumar ponen en jaque a Yolanda Díaz por la lista europea
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Después de la I Asamblea

Los socios de Sumar ponen en jaque a Yolanda Díaz por la lista europea

Mès per Mallorca irá con ERC, Drago ha anunciado que no se presenta y la Chunta tiene que decidirlo. Con Compromís hay una negociación por un puesto de salida, lo que da muestras de la dificultad orgánica

Foto: Yolanda Díaz, en el cierre de la I Asamblea de Sumar. (Europa Press/Ricardo Rubio)
Yolanda Díaz, en el cierre de la I Asamblea de Sumar. (Europa Press/Ricardo Rubio)
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Sumar es una formación tan joven, que su creación propiamente dicha no ha cristalizado hasta este pasado 23 de marzo, cuando ya se había presentado a unas elecciones generales y un año después de su puesta de largo, el Domingo de Ramos de 2023. Pero su corta vida ha sido un camino de obstáculos para la formación auspiciada por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en un intento por revitalizar el espacio que hay a la izquierda del PSOE. Su propia concepción fue conflictiva, pues generó suspicacias al partido que había aglutinado ese espectro político, Podemos. Y desde entonces ha ido de reto en reto. Por si las elecciones vascas y catalanas fueran poco, el 9 de junio la ministra de Trabajo se enfrentará a unas europeas con la escisión de los morados todavía como una herida abierta y con la dificultad del encaje del resto de fuerzas que se enrolaron en el proyecto de la gallega.

El anuncio de Mès per Mallorca sobre los comicios al Parlamento Europeo, adelantado por El Mundo, es muy simbólico. Esta pequeña formación soberanista ha decidido no concurrir con Yolanda Díaz el 9 de junio para acudir con la coalición Ahora Repúblicas, la alianza que forman ERC, BNG y EH Bildu. No supondrá una gran sangría de votos en unas elecciones en las que toda España es una única circunscripción, pero sí se trata de un lastre para Sumar. Sobre todo si se tiene en cuenta que los nacionalistas mallorquines no son los únicos que se plantean acudir a los comicios europeos fuera de la alianza de la vicepresidenta después de presentarse juntos a las elecciones del pasado 23 de julio. Y que Sumar llega a este momento preelectoral después de una asamblea fundacional que ha estado marcada por las diferencias entre los partidos integrados dentro de la formación.

El principal motivo de conflicto entre las fuerzas de Sumar es el orden de la lista de las elecciones al 9-J en un contexto no demasiado halagüeño para la formación de Yolanda Díaz. La ruptura con Podemos, a finales del pasado año, y la apuesta de los morados por Irene Montero como candidata, añade dificultades al mal momento por el que pasan los partidos de la coalición del Gobierno de Pedro Sánchez en las encuestas. La entrada en la partida de la exministra de Igualdad, da posibilidades a Podemos de lograr el escaño en Bruselas, que daría un soplo de aire a los de Ione Belarra, o al menos es lo que pronostican los distintos sondeos que se van publicando. Y encarece los puestos de salida de la lista de Sumar, de la que solo se conoce a su número uno, la directora general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Estrella Galán.

La apuesta de Díaz por esta activista en derechos humanos y experta en el tercer sector abre la pugna por lograr un puesto con posibilidades de éxito en la candidatura entre IU, los comunes, Compromís y Más Madrid. Se entiende así el desmarque de Mès per Mallorca, más allá de las buenas relaciones históricas de los nacionalistas baleares con ERC. La Chunta Aragonesista, que tiene un diputado en Madrid como portavoz adjunto de Sumar, Jorge Pueyo, no ha decidido todavía qué hará el próximo 9 de junio. Y hay otras fuerzas, como Drago, el partido del exdiputado de Podemos Alberto Rodríguez, que han optado por no presentarse a los comicios al Europarlamento. Adelante Andalucía decidió no hacerlo tampoco, aunque los de Teresa Rodríguez flirtearon con ir con Sumar el 23-J en algún momento y hay voces que critican que no hayan seguido los pasos de Mès y acudir al 9-J con los independentistas de Ahora Repúblicas.

Foto: Yolanda Díaz, durante su intervención en un mitin de Sumar en la plaza de la Catedral de Cádiz. (Cedida)

Más allá de estos pasos al lado, el meollo de la cuestión está en los principales pilares sobre los que se sustenta Sumar. Los mismos partidos que han tenido conflictos con Díaz en el proceso asambleario que terminó el pasado 23 de marzo son los que compiten por los puestos de salida. En Valencia, las negociaciones con Compromìs van por buen camino, informa Víctor Romero. Los nacionalistas valencianos quieren tener la garantía de que contarán con un representante en los primeros números de la lista después de que en 2019 acudieran con las mareas gallegas y la Chunta, entre otras formaciones más pequeñas. Los comunes, por su parte, han optado por Jaume Asens, que fue referente morado en Cataluña y ha formado parte de las conversaciones para la formación del Gobierno por sus relaciones con los partidos independentistas.

IU ya ha elegido también a su representante en la lista, aunque los puestos todavía están por negociar. El representante de la federación de izquierdas será Manu Pineda, actual eurodiputado y ganador de las primarias en la formación, inmersa en pleno proceso interno para elegir al sucesor de Alberto Garzón. Las elecciones internas para elegir al candidato al Parlamento Europeo ha sido una especie de antesala de la pugna que hay en IU y que ha provocado que Antonio Maíllo, exlíder andaluz del partido, se esté moviendo para armar una candidatura alternativa a Sira Rego, ministra de Juventud e Infancia.

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (Europa Press/Gabriel Luengas)

El encaje de la lista de Sumar a las elecciones europeas es casi paralelo a la negociación para la I Asamblea de la formación magenta, que culminó el pasado sábado con la elección de Yolanda Díaz como líder, pero con una participación reducida. La conversión del movimiento magenta en un partido al uso deja ver sus particularidades, puesto que es una suerte de confederación de las izquierdas del país, con la ausencia notoria de Podemos.

En Madrid, Sumar ha establecido una colaboración "bilateral" con Más Madrid, explican desde el partido de Íñigo Errejón. En Valencia, Compromìs no ha participado en las asambleas y opta por ignorar la construcción orgánica de los de Díaz. En Cataluña pasa algo parecido con los comunes, mientras que en Andalucía, IU ha optado por jugar las reglas del juego de Sumar y ha impuesto sus tesis para lograr que las direcciones autonómicas reflejen el peso de su militancia. El control territorial de Sumar no está en manos de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, como ha quedado patente en las últimas fechas.

Sumar es una formación tan joven, que su creación propiamente dicha no ha cristalizado hasta este pasado 23 de marzo, cuando ya se había presentado a unas elecciones generales y un año después de su puesta de largo, el Domingo de Ramos de 2023. Pero su corta vida ha sido un camino de obstáculos para la formación auspiciada por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en un intento por revitalizar el espacio que hay a la izquierda del PSOE. Su propia concepción fue conflictiva, pues generó suspicacias al partido que había aglutinado ese espectro político, Podemos. Y desde entonces ha ido de reto en reto. Por si las elecciones vascas y catalanas fueran poco, el 9 de junio la ministra de Trabajo se enfrentará a unas europeas con la escisión de los morados todavía como una herida abierta y con la dificultad del encaje del resto de fuerzas que se enrolaron en el proyecto de la gallega.

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