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El objetivo íntimo de Yolanda Díaz: captar con Sumar el voto femenino del PSOE
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"Quiero ser la primera presidenta"

El objetivo íntimo de Yolanda Díaz: captar con Sumar el voto femenino del PSOE

La vicepresidenta tiene el reto de feminizar el electorado de Unidas Podemos a costa del socialista. Las mujeres más jóvenes son más susceptibles de cambiar a Sánchez por la nueva marca de la izquierda

Foto: Yolanda Díaz, junto a varias mujeres que asistieron al acto de presentación de Sumar en el polideportivo de Magariños. (EFE/Víctor Lerena)
Yolanda Díaz, junto a varias mujeres que asistieron al acto de presentación de Sumar en el polideportivo de Magariños. (EFE/Víctor Lerena)
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"Quiero ser la primera presidenta de mi país". En el lanzamiento de su candidatura con Sumar, Yolanda Díaz puso el foco en esa posibilidad de ser la primera mujer que se siente en el sillón de la Moncloa. Unos días antes, en el debate de la moción de censura que le sirvió como preludio a su paso adelante, la gallega también marcó perfil feminista. "Bienvenido a 2023, bienvenido a la España de las mujeres", le espetó a Ramón Tamames. Ya lo hizo antes, cuando inició su andadura en Valencia en el acto que desató las iras de Pablo Iglesias. No es casualidad esa estrategia de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, que, además de solucionar su pugna con sus todavía compañeros de Podemos, tiene el reto de arrebatar al PSOE la primacía por el voto femenino en el bloque de la izquierda.

Más allá de la prudencia que aconsejan todas las fuentes consultadas por lo incipiente del proyecto de Sumar, hay un hecho diferencial en la aparición de Díaz. Es seguramente la mujer con una candidatura más potente de la etapa democrática española, que tiene como precedentes a Rosa Díez, en UPyD, y a Cristina Almeida, con IU. ¿Significa esto que será capaz de feminizar el voto respecto al espacio de Unidas Podemos? En Ferraz, por ejemplo, creen que no. En el PSOE descartan que Díaz vaya a mejorar los resultados a costa de votantes socialistas, informa Iván Gil.

Según las encuestas internas socialistas, no habría trasvase de votos del PSOE a la plataforma liderada por la vicepresidenta segunda, pese a tener un discurso más posibilista y transversal que el actual de Unidas Podemos. Fuentes de la cúpula socialista indican que el efecto Díaz se nutriría principalmente de votantes progresistas que ahora están en la abstención. Esta capacidad movilizadora de “una parte del electorado que no votaría al PSOE o que está en la abstención” dentro del bloque progresista es por lo que los socialistas han acogido con los brazos abiertos la irrupción de Sumar. Fuentes de la Moncloa también coincidían, tras la presentación oficial de la candidatura de Díaz, en que “todo lo que sea movilizar el espacio progresista es bueno para nosotros y malo para el PP”.

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)

Una lectura basada en que el electorado del bloque conservador estaría ya hipermovilizado, en torno al 80% según estas mismas fuentes del Gobierno, mientras que el progresista todavía tendría mucho margen. De ahí que el efecto Díaz sirva para espolear a estos votantes dudosos de acudir a las urnas y a los que el PSOE todavía no habría logrado movilizar, amenazando la suma del bloque progresista para reeditar el Ejecutivo de coalición. Tanto en Ferraz como en la Moncloa limitan así las posibilidades del trasvase de votos del PSOE a Sumar y confían en que el revulsivo del proyecto de Díaz para el bloque progresista provenga sobre todo de rascar apoyos entre los abstencionistas.

placeholder Ada Colau y Yolanda Díaz se abrazan en un acto de Sumar. (EFE)
Ada Colau y Yolanda Díaz se abrazan en un acto de Sumar. (EFE)

"El hecho de que sea mujer puede jugar un papel, pero hay muchos más", abunda Silvia Clavería, que aventura la posibilidad de que haya una "representación simbólica". "Las mujeres se pueden sentir más representadas por una mujer porque asumen que va a entender mejor su punto de vista", insiste la politóloga. La consultora Ana Salazar, responsable de Idus Estrategia, incide en esta idea y alude a temas como la conciliación, igualdad o las apuestas por lo público. "La que lleva a los niños al médico, por lo general, sigue siendo la madre", insiste esta experta. Esta realidad concuerda con apuestas que Díaz ha hecho públicas recientemente en sus actos de escucha, como la apuesta por reducir la jornada semanal a cuatro días, pero también alude al tono y a la importancia de rodearse de mujeres para enviar este mensaje. En este contexto hay que destacar el acto de Valencia, donde Díaz se hizo acompañar de Ada Colau, Mónica García (Más Madrid) o la defenestrada Mónica Oltra, entonces vicepresidenta de la Comunidad Valenciana y líder de Compromís.

"Yolanda Díaz siempre envía mensajes en clave de pacto, rehúye el conflicto", matiza Pablo Simón, politólogo de la Carlos III de Madrid, que apunta a que la población asocia la política al conflicto y eso aleja a las mujeres de ella. "Cuando se pregunta a las mujeres sobre su interés por la política, normalmente tienen menos interés que los hombres", añade Simón. Esa situación está empezando a cambiar, avanza, algo que él achaca a la oleada feminista posterior a las marchas del 8-M de 2018 y las protestas tras la sentencia inicial del caso de la Manada.

Gad3 ha detectado una bolsa de 1,4 millones de votantes del PSOE en 2019 en la indecisión y que son caladero para Díaz y Sumar

Otro factor a tener en cuenta y que profundiza en esta realidad es que "los partidos que polarizan más atraen menos el voto femenino", explica María Martín, responsable de Comunicación de Gad3. Martín explica así que el voto femenino es "más bipartidista" y por eso es tan difícil "dar un pelotazo" como el que dio Podemos entre 2014 y 2016. Martín alude a cuestiones coyunturales, como la situación posterior a la crisis económica y el 15-M, para explicar el éxito morado. "Ahora ese ciclo se ha cerrado", afirma esta experta, que cree que la capacidad de captar voto femenino de Yolanda Díaz dependerá también de su imagen como heredera de Iglesias. Pero esto ocurrirá principalmente en el espacio de la izquierda, ya que los datos no hacen indicar que la irrupción de la gallega pueda generar un trasvase de votos entre bloques ideológicos.

La estabilidad de los bloques

Los bloques ideológicos están estables "desde hace mucho tiempo", detalla María Martín. Por eso, según los datos que maneja esta casa de encuestas, el potencial caladero de votos de Díaz está en Podemos y el PSOE. En su último estudio, la empresa de Narciso Michavila detectó un 16% de fuga de voto morado al nuevo proyecto, aunque son "prudentes" porque el proyecto todavía es muy incipiente y ni siquiera está claro qué fuerzas de la izquierda lo conformarán. La investigación no encontró transferencia de voto socialista hacia Sumar, algo que sí aparece en sondeos de otras casas, como Metroscopia. Pero Gad3 sí contempla que un 20% de quienes optaron por el PSOE en noviembre de 2019 duda sobre abstenerse, no votar o está indeciso. Y en ese grupo de ciudadanos, que son 1,4 millones de personas, hay más mujeres que hombres.

Foto: La vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz, durante la presentación de Sumar, su nuevo proyecto político. (Sergio Beleña)

El porcentaje de hombres que votaron al PSOE y están en esa incertidumbre es del 16%, mientras que el de mujeres crece hasta el 21%, según los datos de Gad3. Y además, en esa bolsa de mujeres hay un mayor componente de mujeres de entre 18 y 45 años, que son más propicias a cambiar el voto. "El voto femenino se solapa con una dimensión generacional muy importante", explica Pablo Simón, que recuerda cómo el sesgo femenino del voto al partido del puño y la rosa se profundizó bajo los mandatos de José Luis Rodríguez Zapatero. Según recuerda el profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, los años de las leyes de paridad, de violencia de género y la "ola de nuevos derechos" que auspició el expresidente socialista coincidieron con el surgimiento de la conciencia política de una generación de mujeres jóvenes que "hoy están en primera línea tomando las decisiones".

15 años después de aquello, la situación ha cambiado y las mujeres que ahora se incorporan a las capas de votantes más jóvenes "lo hacen en un contexto de feminismo dividido" y pueden optar por el PSOE o por el espacio de Podemos, en el que ahora también aparece Sumar. Esto tiene un efecto colateral para los socialistas, ya que los apoyos de las mujeres que antes iban hacia los socialistas se reparten entre más opciones y, por lo tanto, se reduce la brecha entre PSOE y PP. Hay que tener en cuenta, además, que los populares siempre han sido la opción preferida por las mujeres en el bloque de la derecha, incluso en los mejores momentos de Ciudadanos. "El PP resistió en sus peores años por el voto de los mayores y el femenino", abunda Pablo Simón.

"Las mujeres cambian de voto con menor propensión que los hombres, prefieren lo malo conocido", ilustra el politólogo Pablo Simón para explicar por qué Vox, Ciudadanos o Podemos siempre han tenido un perfil de votantes más masculino. "Sabemos que a Pablo Iglesias no lo votaban tanto las mujeres, lo veían un poco más cipotudo", detalla Silvia Clavería, doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Pompeu Fabra, que avanza que Yolanda Díaz no despierta el mismo rechazo que su predecesor. Hay que recordar que la dirigente gallega suele ser la más valorada entre los líderes barómetro tras barómetro del CIS y también tiene una alta calificación por su desempeño como ministra de Trabajo.

Pero este buen comportamiento tiene un matiz, ya que Yolanda Díaz cosecha valoraciones positivas entre personas que difícilmente van a acabar votándola. "Hay quien a Irene Montero no le da ni una oportunidad, pero Díaz no le desagrada", cuenta Andrés Medina, director general de Metroscopia. No obstante, en el "voto potencial", es decir, el que procede del espacio de Unidas Podemos y que puede acabar en el saco de Sumar, la situación se iguala. La encuesta de Metroscopia elaborada la semana antes de la presentación del polideportivo de Magariños muestra este fenómeno. El 85% de quienes apoyan a UP aprueba a Yolanda, pero este porcentaje es del 75% para Irene Montero y supera el 70% en el caso de Pablo Iglesias.

"La diferencia es muy pequeña para tratarse del mejor momento de Yolanda Díaz, que una vez que ha acabado su proceso de escucha empezará su proceso de habla", añade Medina. Esto significa que tendrá que comenzar a posicionarse sobre asuntos espinosos y correrá, por primera vez, el riesgo de erosionarse. El consultor incluye otro factor que tiene que ver con el momento político que vive la izquierda, más de "resistencia" que de "atractivo", como ocurrió en 2015 con los ayuntamientos del cambio de la oleada de Ada Colau, José María González, Kichi, o Joan Ribó. "Ahora cada partido pone su identidad por delante de la apuesta por la unidad", zanja Medina.

"Quiero ser la primera presidenta de mi país". En el lanzamiento de su candidatura con Sumar, Yolanda Díaz puso el foco en esa posibilidad de ser la primera mujer que se siente en el sillón de la Moncloa. Unos días antes, en el debate de la moción de censura que le sirvió como preludio a su paso adelante, la gallega también marcó perfil feminista. "Bienvenido a 2023, bienvenido a la España de las mujeres", le espetó a Ramón Tamames. Ya lo hizo antes, cuando inició su andadura en Valencia en el acto que desató las iras de Pablo Iglesias. No es casualidad esa estrategia de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, que, además de solucionar su pugna con sus todavía compañeros de Podemos, tiene el reto de arrebatar al PSOE la primacía por el voto femenino en el bloque de la izquierda.

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